Por Máximo Luppino.-

En vez de brindar un gracias infinito a los valientes tripulantes del ARA San Juan, quienes fallecieron cumpliendo una misión asignada, el Estado espiaba a sus familiares y seres queridos.

Espiar a personas es violar sus intimidades y la privacidad regalada por Dios mismo en el sagrado libre albedrío humano. Entrometerse ilegalmente en las cuestiones reservadas a la intimidad del corazón es no sólo un delito claramente especificado por nuestra legislación, sino también un hecho aberrantemente cobarde e insolente. Agravado por el hecho no menor de que a quienes ultrajaban era a los seres más queridos del célebre navío de nuestra Armada Nacional. Ultrajaban a quienes debía cuidar, especialmente en memoria de los marinos caídos en cumplimiento de su patriótico deber.

Mauricio Macri pagaba la devoción a la Nación de nuestros soldados, manoseando los hogares de sus seres amados, cual Judas Iscariote contemporáneo merodeaba a hurtadillas y clandestinamente los “secretos” de familiares dolorosamente afectados por la ausencia de sus desaparecidos submarinistas. Madres, padres, hijos y amigos, todos violados en sus derechos de digna privacidad. Gobierno de torpes desagradecidos en cuestiones del honor y la lealtad, que no tuvieron pudor en enlodar la memoria de nuestros propios prohombres.

Los periódicos informaron el llamado de la justicia al ex presidente de esta forma: “El juez Martín Bava citó a indagatoria a Mauricio Macri para el próximo jueves 7 de octubre y le dictó la prohibición de salir del país por el espionaje a los familiares del ARA San Juan”.

Los espiados en cuestión no eran potencialmente extremistas, ni subversivos, tampoco ex convictos ni delincuente en forma alguna. Además de ciudadanos con derechos propios inalienables eran los seres más queridos de nuestros 44 héroes más recientes, a ellos les faltaron el íntimo respeto en forma sistemática y artera.

Infiltraciones, fotografías, teléfonos intervenidos sin orden judicial, seguimientos y ciberpatrullaje, entre otros ejercicios ilegales son los cargos que Macri debe afrontar. También cabe destacar que la causa de espionaje se proyecta a opositores políticos, periodistas y hasta miembros de su propio espacio político. Es el caso de Larreta, Santilli y María E. Vidal entre otros personajes relevantes del mundo político propio al de Mauricio Macri.

Ya años atrás Macri afrontó una causa de espionaje presuntamente ejercida a su propio cuñado y otros familiares. El de “espiar, vigilar y controlar” es un ejercicio que parece seducir inconteniblemente al ex primer mandatario.

Los Héroes de la Nación deben honrarse en todo tiempo y lugar, son las mejores personas de nuestra sociedad, custodios de nuestros valores comunales, cultores de la argentinidad floreciente en ideales y vocación de servicio. Sus familiares son los que desde siempre apoyaron la vocación de servicio de estos hombres y mujeres ejemplares que priorizaron la misión de la patria antes que las ambiciones individuales, personas dignas de la más profunda admiración. Espiando a sus familiares mancillaron sus augustas imágenes de gigantes soldados con espíritu sanmartiniano.

Hay quienes con sus ruines acciones parecen actuar como desalmados de los valores patrióticos. Cárcel para los delincuentes del espionaje interno. Nuestro repudio para los que profanan la memoria del uniforme heroico de nuestros soldados.

Nuestra solidaridad y respeto a las víctimas del ruin espionaje interno, en especial a los familiares de nuestros 44 marinos héroes de la República.

¡Honor y gloria a la inmortal tripulación del ARA SAN JUAN, en patrulla eterna por los océanos de la fidelidad y alegría infinita!

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