Por José M. García Rozado.-

Las consultoras kirchneristas y las no K mostraron la ocasión para marcar que a un año de Gobierno macrista cientos de trabajadores se quedaron sin empleo o fueron suspendidos. Todos los análisis corren desde diciembre de 2015 y se comparan en meses y no años. Lo que no se atreven a afirmar los K es que el mayor problema es que, justamente, «no hubo cambio». Más de lo mismo, ¿los hace peores o mejores que el gobierno anterior? ¿De Guatemala a Guatepeor? De antesala a la sesión en la HCD, el bloque del Frente Renovador liderado por Sergio Massa le respondió al Jefe de Gabinete, Marcos Peña luego del pedido de «responsabilidad» y «autocrítica» solicitado por el funcionario nacional. La última medición de la consultora Grupo de Opinión Pública (GOP) seudo oficialista sostiene que cae el consumo mientras se profundiza la percepción negativa del Gobierno, al punto que para el 43,7% de los consultados la gestión de Mauricio Macri es peor que la de Cristina. En este marco, los números y las expectativas no acompañan, pues se prevé un rebote de la inflación en diciembre (superando la meta oficial), y para el electoral 2017, un 24%. Esas expectativas de precios para 2017, en alza, acota el margen para que el Banco Central (BCRA) haga más recortes.

En octubre y noviembre volvieron aumentar los despidos en el sector privado, y las consultoras kirchneristas y las otras también, aprovecharon la ocasión para marcar que a un año de Gobierno macrista, no hubo cambio. Acaso, ¿no es más de lo mismo? Cerca de 20.000 trabajadores se quedaron sin empleo o fueron suspendidos, llevando el acumulado en lo que va del 2016 a 232.286 afectados, sostuvo un informe de la consultora K, Centro de Economía Política (CEPA). Expresado en otros términos: «durante el primer año de Cambiemos en el gobierno nacional hubo 650 trabajadores despedidos o suspendidos por día», sostiene. «La cantidad de despidos se incrementó drásticamente. Mientras que en septiembre fueron 1.554 despidos y 3.532 suspensiones, entre octubre y noviembre se produjeron 11.127 despidos y 7.993 suspensiones. Esta cantidad resulta la más significativa para dos meses consecutivos desde el período abril/mayo». Según los informes, dentro de los trabajadores del área privada, los más afectados fueron los obreros industriales, ya que suman el 84 por ciento de los despidos y suspensiones. Las actividades más golpeadas de la industria son ocho: la metalurgia, los talleres textiles, las automotrices, la producción de electrónica y electrodomésticos, de alimentos y bebidas, los rubros petrolero, energético y frigorífico.

El CEPA viene siguiendo desde el verano pasado las consecuencias de las políticas del macrismo. De ahí que midió en diciembre de 2015 y enero de 2016 una ola de despidos en el Estado, y una pérdida masiva de puestos de trabajo en la construcción debido a la paralización de la obra pública. «Durante el mes de agosto ese proceso se conjugó con una nueva ola de despidos del sector público. En septiembre, una reducción en la cantidad de despidos hacía aparecer cierta estabilización en la dinámica del empleo. Sin embargo, tanto octubre como noviembre volvieron a mostrar una elevada cantidad de despidos y la continuidad de las suspensiones en la industria, reflejando la profundización de la retracción en la producción de bienes», advirtió. Los informes incluyen un desglose, dentro del sector privado, entre despidos y suspensiones: la cantidad de personas que perdieron su empleo fueron 122.802, mientras que 39.339 sufrieron suspensiones. En este contexto, otras herramientas de ajuste empleadas por las empresas son el otorgamiento de vacaciones anticipadas y la implementación de planes de retiros voluntarios.

El informe de CEPA y el de la CGT Azopardo ahora CGT unificada, indicó que el nuevo acuerdo de la Casa Rosada con las grandes empresas para frenar los despidos está siguiendo el camino del anterior. «Desde el 23 de noviembre, fecha de firma del actual compromiso, hubo despidos en Avenida.com, Brinkmann, Triángulo Color, Cerámica San Juan, casino Golden Night, Canal 13 de Santiago del Estero, Nevares y Pecom en Cerro Dragón. El total: 511 despidos». Para el CEPA, el mayor protagonismo del Ministerio de Desarrollo Social y la aceptación por parte del Gobierno de la declaración de una emergencia social son congruentes, porque implican un «esquema de contención funcional al modelo excluyente en el orden económico». Un esquema del que son parte el veto a la ley antidespidos, la negativa a reabrir las negociaciones paritarias y la amenaza de avanzar en la modificación de los convenios colectivos de trabajo. Asimismo el bloque del Frente Renovador le respondió al jefe de Gabinete, Marcos Peña, luego del pedido de «responsabilidad» y «autocrítica» que le hicieron en la negociación por la modificación del impuesto a las Ganancias.

«Nosotros estamos dispuestos a hablar y buscar un consenso. Pero el Gobierno también tiene que estar dispuesto. No puede plantear una modificación que implique que el año que viene haya trabajadores que empiecen a pagar Ganancias. Sería bueno que el Gobierno también hiciera su autocrítica, en lugar de calificarse con un ocho». El bloque hizo alusión al discurso de Mauricio Macri, el fin de semana después del retiro espiritual del Gobierno, cuando calificó con un «ocho» su primer año de gestión y minimizó el impacto de Ganancias. Este lunes 5/12, en la antesala de la discusión por la reforma de Ganancias en el Congreso, Peña no descartó un acuerdo con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, para avanzar con cambios en el impuesto, aunque pidió a los dirigentes de la oposición que tengan «autocrítica» y «responsabilidad» para negociar. «Nunca está descartado el acuerdo. Lo que creemos es que se debe construir en base a la verdad y en no mentirle a la gente», sostuvo Peña. Y agregó que «los números no cierran» en la propuesta del Frente Renovador. Desde la fuerza que conduce Massa respondieron que antes de presentar su proyecto, le enviaron al Gobierno una lista de preguntas para «chequear» el costo fiscal, pero no obtuvieron respuesta.

«El Gobierno nunca contestó nuestro pedido para compatibilizar la base de datos y así ver el gasto fiscal», remarcaron ante la acusación de Peña. Hoy martes 6/12 serían tratados en sesión especial en la Cámara de Diputados los proyectos de Cambiemos y del Frente Renovador, pero también del Frente para la Victoria y del Frente de Izquierda, que plantean diferentes alternativas para modificar, a partir del 1/01 próximo, el polémico gravamen. Massa impulsa una rebaja del impuesto, ya que buscan elevar el mínimo no imponible al 48%. La AFIP advirtió que la iniciativa del Frente Renovador costaría unos $ 40.000 millones adicionales al presupuesto, un impacto que sufrirían el Tesoro nacional y las provincias. Para compensar el costo fiscal, el proyecto del Frente Renovador propone crear impuestos al juego, a la renta financiera y restituir las retenciones a las mineras. En las negociaciones, el oficialismo aceptó el impuesto al juego. Los bloques de Sergio Massa, Héctor Recalde y Oscar Romero dieron una conferencia de prensa para dar a conocer el texto consensuado con el que buscan acorralar a Cambiemos. Diputados de los bloques del Frente para la Victoria, el Frente Renovador y Justicialista lograron acorralar a Cambiemos. Desde bien temprano, entablaron conversaciones para saldar las diferencias y avanzar en un proyecto único que reúna la mayoría necesaria para la media sanción. El diputado del Bloque Justicialista Oscar Romero anunció que «luego de un fuerte trabajo realizado en Comisión, se logró unificar dictámenes» para modificar el impuesto a las Ganancias. Unidos bajo la meta de que la futura ley no aumente la cantidad de trabajadores que tributan Ganancias, los diputados están cerca de alcanzar ciertos consensos básicos, aunque el jefe del bloque del FpV-PJ en el Senado, Miguel Pichetto, les manifestó a Diego Bossio y al massista Marco Lavagna que no garantizarán la aprobación de ningún proyecto hasta no tener el texto sobre la mesa.

«Se trata de una alternativa superadora en cuanto a Ganancias y hemos elaborado distintas alternativas para que las provincias y ANSeS no se desfinancien», dijo Romero. Él agregó: «Se demuestra el compromiso que tenemos los bloques al trabajar en defensa de los trabajadores que pagan un impuesto que es injusto y no tiene razón de ser. No queremos desfinanciar a nadie». «Lo que hemos logrado es que la mayoría de la oposición hemos podido unificar dictamen, un trabajo muy importante», consideró en conferencia de prensa. De acuerdo al Centro de Opinión Pública (COPUB) de la Universidad de Belgrano, que dirige Orlando D’Adamo, el 61% del universo encuestado repetiría su voto 2015, pese a que la mayoría califica como regular la gestión del Gobierno en economía, educación y seguridad. Ese resultado se produce a pesar de que el 48% de los encuestados califica a la gestión económica del Gobierno con una nota de entre 5 y 6 puntos, en tanto que la evaluación negativa alcanza en este ítem una de las tasas más elevadas: el 29% la evalúa con entre 1 y 4 puntos. El 61% de los encuestados repetiría su voto o sea volvereía a votar a quien ya voto hace un año, en tanto el 33% lo cambiaría, de acuerdo con el último sondeo del COPUB, dirigido por Orlando D’Adamo.

Según el Centro de Opinión Pública, el 48% de los encuestados califica a la gestión económica del Gobierno con una nota de entre 5 y 6 puntos, en tanto que la evaluación negativa alcanza en este ítem una de las tasas más elevadas: el 29% la evalúa con entre 1 y 4 puntos. Si hubiese que votar en 2016. En materia de educación, el 61% le adjudica al Gobierno una nota de entre 5 y 6 puntos, mientras el 14% lo evalúa de forma desaprobatoria. En el caso de la seguridad, finalmente, el 61% propone una evaluación de entre 5 y 7 puntos, pero el desaprobado crece al 33% de los encuestados. En la calificación del Gobierno MM un 45% califica al gobierno con entre 4 y 5 puntos, mientras un 8% lo aplaza definitivamente, 31% lo aprueba escasamente con entre 6 y 7 y apenas un 6% lo califica como lo hizo Mauricio o con un poco más) ver infografía). “En términos generales, la gestión del primer año del Gobierno registra una nota medianamente aceptable, aunque seguridad y economía registran las peores calificaciones. El gobierno aún goza de un cierto crédito político a su favor”, concluye Orlando D’Adamo, director del COPUB. ¡En general, y con mucha bondad, casi casi como el 8 que se autocalificó Macri!

El 51% de los encuestados califica entre 5 y 7 puntos la gestión del 1er. año de gobierno. Un 22%, en cambio, la evalúa entre 1 y 4 puntos. Para el 41% de los encuestados hubo aciertos y desaciertos, o en sus propias palabras “cosas buenas y malas”. Un 48% califica a la gestión económica entre 5 y 6 puntos, pero a su vez la evaluación negativa alcanza uno de los porcentuales más altos. El 29% la ubica entre 1 y 4 puntos, es decir por debajo del aprobado. En educación, el 61% le adjudica una nota de entre 5 y 6 puntos, mientras un 14% la ubica dentro de la desaprobación. Seguridad también concentra una aprobación/desaprobación ubicada entre los 5 y 7 puntos, pero el desaprobado crece al 33% de los encuestados que la ubican entre 1 y 4 puntos. Para el 55%, Cristina Fernández no es una perseguida política y el 70% cree que miente cuando describe su relación con el empresario Lázaro Báez.

Consideraciones de COPUB: «En términos generales, la gestión del primer año de gobierno registra una nota de aprobación aceptable. En Seguridad y Economía se registran las peores calificaciones. El gobierno aún goza de un cierto crédito político a su favor. Las afirmaciones de la ex presidente Cristina Fernández respecto de su situación procesal concentran una muy baja aprobación y un elevado consenso negativo, cuando un 70% considera que no dice la verdad al describir su relación con Lázaro Báez.» A propósito de la última medición de la consultora Grupo de Opinión Pública (GOP), que sostiene que cae el consumo mientras se profundiza la percepción negativa del Gobierno (para el 43,7% de los consultados la gestión de Macri es peor que la de Cristina Kirchner), las expectativas no mejoran. Para la inflación, prevén un rebote en diciembre y que ronde un 2%, superando la meta oficial, mientras que para el 2017 esperan un 24%. Y esa expectativa de inflación deja menos margen para bajar tasas. Así, sostiene que este año cerrará con una inflación mensual que estará por arriba de la meta oficial del 1,5%, como consecuencia de la suba del dólar, la estacionalidad generada por los feriados y las fiestas y de una inercia en la suba de precios a la que el Gobierno todavía no logró hacerle frente.

Para las consultoras privadas, en noviembre la inflación se ubicó entre 1,5% y 1,8%, por debajo de los valores registrados en octubre, cuando impactó con fuerza la normalización de las tarifas de gas en el consumo residencial luego del freno puesto por la Corte Suprema. Por lo cual en el último mes del año la suba de precios volvería a mostrar un repunte después de la desaceleración del mes pasado. El economista Fausto Spotorno, de Orlando Ferreres y Asociados, señaló en diálogo con el diario “BAE” que la inflación de diciembre estará en torno al 2% o menos, luego del 1,4% que midió la consultora en noviembre. Según un relevamiento elaborado por Martín Polo, de “Analytica”, la inflación mensual histórica entre 2005 y 2015 -excluyendo años de devaluaciones como 2009 ó 2014- para el cierre del año fue del 1,71%, y es siempre la cifra más alta desde agosto. Spotorno cree que la disparada del dólar de los últimos días «no tendrá impacto» sobre el índice de precios. Es que tras el recorte de tasas del Banco Central que perforó el nivel de 25%, la divisa superó los $16 la semana pasada. Pero lo cierto es que los economistas coinciden en que diciembre mostrará una evolución de precios superior a la de noviembre y por encima del objetivo oficial del 1,5%. En tanto, Federico Furiase, del Estudio Bein, planteó que «dado que el precio del dólar ya estuvo en estos niveles y que estás en un contexto de enfriamiento del nivel de actividad saca margen a las empresas para tocar precios».

«Quizás no estés en ese punto en el que la suba del dólar impacte sobre la inflación pero claramente el equilibrio dólar tasa de interés juega en las expectativas de inflación con lo cual el Banco Central no debería dejar de lado el equilibrio dólar-tasa de interés», amplió el analista. De acuerdo con el último Relevamiento de Precios Minoristas (RPM) de esa consultora, la inflación se ubicó en 1,8% en noviembre tras un 2,4% en octubre. El informe sostiene que el dólar a $16 «no ayuda» a desacelerar los precios, «sobre todo en un mes como diciembre, con estacionalidad», producto de la mayor demanda por las fiestas y el feriado largo. En tanto, en diálogo con “Ámbito Financiero”, Miguel Bein y Marina dal Poggetto, del estudio “Bein &Asociados”, analizaron las perspectivas para el próximo año electoral. Sobre las expectativas de crecimiento para el 2017 sostuvieron que: «Hasta ahora mantenemos el escenario base con un crecimiento de la economía del 5% con el consumo creciendo 3% y la inversión 15%. Este escenario es consistente con una recuperación del salario real en el año electoral entre 4 y 5 p.p. apuntalada por paritarias que estarían más cerca del 28% y una inflación en torno a 24% (con un dólar que sería utilizado como semiancla al menos hasta octubre subiendo a mitad de camino y tarifas de servicios públicos agregando alrededor de 3 p.p. a la inflación). Tentativamente y luego del aumento en la volatilidad de los mercados internacionales reflejada en la aceleración en las expectativas de inflación, el empinamiento en la curva de bonos de EE.UU. y la fortaleza del dólar a nivel global que generó la victoria de Trump, construimos un escenario alternativo en el cual el BCRA podría priorizar la flexibilidad cambiaria por sobre el ancla antinflacionaria limitando la recuperación del salario real. En este escenario, los salarios no le ganan a una inflación que se acelera, el consumo no tracciona y el crecimiento en 2017 está dado fundamentalmente por la obra pública (2,9% y 12% respectivamente)».

¿Se puede cumplir la meta de inflación de 17% en 2017?, se les preguntó. «Sólo con un atraso cambiario mucho más agudo, lo cual no es recomendable, particularmente en un contexto de volatilidad del mercado global. La meta máxima del 17% apunta a intentar coordinar expectativas, aunque difícilmente las paritarias se cierren cerca del 20% que plantea el BCRA. Obviamente sería mejor para la economía una menor nominalidad. Paritarias al 21/22% con inflación del 17% es mejor que paritarias del 28/29% con inflación del 24%; lo que luce poco probable es que el sindicalismo avale una menor nominalidad y/o el Gobierno esté dispuesto a sostener el conflicto entrando al año electoral», dijeron. Finalmente, en cuanto al Banco Central y la baja de tasas, dijeron que «hace meses que decimos que viene sobrando tasa de interés en un contexto donde el anclaje del dólar estaba dado por el ingreso de dólares financieros (Nación, provincias y empresas). Sin embargo, con una demanda de dólares que empieza a escalar frente a la combinatoria de incertidumbre local (gobernabilidad) e incertidumbre global, forzar la baja en las tasas hoy no luce apropiado. Como siempre ocurre en la Argentina, cuando el dólar sube el problema es la inflación, y cuando cae es la competitividad. En el año electoral siempre prima la baja inflación y la mejora del salario real, aunque por ahora en el discurso el Gobierno sigue haciendo hincapié en las ventajas de la flexibilidad cambiaria».

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