Por Oscar Edgardo Garcia.-

A la continua licuación que vienen sufriendo los haberes previsionales se suma que la ANSeS no cumple con el pago de las sentencias judiciales favorables a los jubilados y la Corte se toma un parsimonioso tiempo para dictar sus sentencias. Prueba de ello es que a la fecha sigue sin resolver apelaciones realizadas por ANSeS desde el año 2009, o sea desde hace ¡15 años!

Como si todo esto fuera poco, las sentencias favorables de los jubilados deben pasar por un «sorteo» para que sean incluidas en el presupuesto que la ANSeS tiene asignado para el pago de ellas, el que según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso tendrá este año una reducción de alrededor de nada menos que el 40% en términos reales con respecto al año anterior.

Finalmente, el jubilado que tenga la suerte de percibir el ajuste retroactivo de todos los haberes reclamados judicialmente sufrirá una importante pérdida de su poder adquisitivo, dado que se actualiza con la tasa pasiva del Banco de la Nación Argentina, y deberá desembolsar el 25% para el pago de los honorarios de su letrado más el 21% sobre el monto de los mismos para pagarle al fisco nacional el impuesto al valor agregado. Ergo, cobrará menos del 70% de su beneficio.

Este cuadro de situación configura un entramado miserable para la clase pasiva, totalmente injusto e inaceptable.

Es indubitable que la indefensión de los jubilados es absoluta y que no hay voluntades visibles predispuestas para resolver la cuestión.

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