Por Luis Américo Illuminati.-

Durísima contra el peronismo. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid cargó contra las medidas de Pedro Sánchez que, según su visión, quieren replicar las políticas económicas del peronismo argentino. “Me niego a que el peronismo arruine la economía de España”, dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid.

La portavoz Gabriela Cerruti -La Urraca- contestó con atrabiliaria ironía y particular hipocresía: “Si la señora Ayuso cree que es mejor para España el macrismo que el peronismo, nosotros le recordamos que el macrismo en la Argentina nos dejó con una deuda de 40 mil millones de dólares, con el país endeudado por los próximos cien años, con una inflación del 50%”, apuntó hoy la Vocera en una destemplada conferencia de prensa.

No la culpamos y la entendemos perfectamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sí protestaríamos y la refutaríamos si su crítica fuera dirigida contra la República Argentina. Isabel se confunde como mucha gente que cree que kirchnerismo es peronismo.

A la alcaldesa doña Isabel Díaz Ayuso -bellísima española- habría que explicarle que el peronismo murió desde el momento que tomó el poder el kirchnerismo, una suerte de aliens que aprovechando la coyuntura del agotamiento del menemismo devoró las entrañas del viejo y gastado peronismo y usando el caparazón de la tortuga, por así decirlo, se instaló adentro y usurpó la identidad de la tortuga. Y después de 20 años ha devenido en un Leviatán frankensteiniano que se lleva todo por delante y que va camino al Infierno del Dante.

Se fue Alcorta dando un portazo

El «ministerio de la mujer y otros asuntos», un buró o enclave biomórfico que más que proteger a las mujeres, sectoriza y divide a la sociedad en cumplimiento de la máxima «Divide y reinarás», lema favorito de la izquierda berretonga. Sabina Frederic antecesora de Aníbal Fernández en el ministerio de seguridad, dijo que durante su gestión no hubo “vandalismo”, pese a la larga lista de propiedades incendiadas y vecinos atacados; ligó el conflicto mapuche con el atentado a Cristina Kirchner.

Entre Acorta y Frederic no hay ninguna diferencia, son comodines, militantes izquierdistas. Sirven en cualquier labor que vaya en contra de los valores tradicionales que dieron vida a la Nación, sin los cuales sólo queda una extraña burocracia del Estado sin ningún sentimiento de Patria, carísima y unívoca palabra a la que han bastardeado poniéndole adelante el término «Instituto» para fines extraños igual que la patria socialista o la patria financiera o la patria sindical. La Patria no es una sociedad anónima ni un instituto ni un partido político ni un club de fútbol, es el alma de la Argentina.

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