Por Hernán Andrés Kruse.-
Que la Argentina padece crónicos y gravísimos problemas educativos lejos está de ser una novedad. Hace décadas que se habla de la educación en crisis, de la “tragedia educativa”, del pésimo nivel educativo de los alumnos en todos los niveles. De ahí la importancia de leer y releer a aquellos intelectuales argentinos que se ocuparon del tema, que estudiaron la educación en profundidad. Uno de ellos es José Ingenieros quien en su libro “Las fuerzas morales” dijo lo siguiente sobre la educación:
“La educación es el arte de capacitar al hombre para la vida social. Sus métodos deben converger al desarrollo de todas las aptitudes individuales, para formar una personalidad armoniosa y fecunda, intensa en el esfuerzo, serena en la satisfacción, digna de vivir en una sociedad que tenga por ideal la justicia. Siendo indispensable al bienestar de todas las cooperaciones de cada uno, el que no sabe prestarla es un parásito; educar al hombre significa ponerlo en condiciones de ser útil a la sociedad, adquiriendo hábitos de trabajo inteligente aplicable a la producción económica, científica, estética o moral. Todas las posibilidades deben presuponerse en cada uno. La educación debe ser integral, desenvolviendo simultáneamente las energías físicas, morales e intelectuales. Capacitar al hombre para la vida civil importa no descuidar ninguna de las tendencias que expresa como gustos y deseos. Todo lo que él pueda aprender se le debe enseñar, sin poner límites a la cantidad ni a la calidad del aprendizaje. Cuanto más aprende el individuo tanto más útil resulta para la sociedad. Hay una base de conocimientos generales que es indispensable a todo hombre, aparte de las capacidades especiales que cultive vocacionalmente. Toda especialización exclusiva, sin preparación general, es nociva para la misma especialidad. Los conocimientos aislados son poco eficaces cuando se ignoran sus relaciones con las técnicas afines. Debe enseñarse desde el comienzo todo lo que pueda tener utilidad, sin perjuicio de que la vocación haga profundizar más tarde un género particular de estudios o de actividades”.
“Conviene a la sociedad el libre desenvolvimiento de las vocaciones. La cooperación de los hombres en el trabajo social exige que cada uno desempeñe con amor sus tareas, simples o complejas; y exige, también, que sea ilimitado el campo de expansión para todas las capacidades. La confianza en la eficacia del propio esfuerzo es indispensable para cumplir mejor la propia tarea y perfeccionarse en ella incesantemente. La educación es eficaz cuando respeta la vocación de los niños, no violentando su temperamento ni sus inclinaciones. Desde la escuela de primeras letras hasta el aula de la universidad, cada hombre debe aplicar su inteligencia a sus aptitudes; nada hay más estéril que el estudio forzado de lo que no se comprende, nada más triste que privarse de aprender lo que se desea. Es necesario tener conciencia del valor de lo que se hace. El mayor estímulo para la actividad humana es ver que ella realiza el fin pensado y querido. El carácter social de los fines debe ser acentuado desde que se inician las más sencillas actividades; de ese modo el niño se solidariza con la sociedad de que forma parte, se siente cooperador del bienestar común y aprende a serlo cada vez más. Es necesario tener conciencia del valor de lo que se hace. El mayor estímulo para la actividad humana es ver que ella realiza el fin pensado y querido. El carácter social de los fines debe ser acentuado desde que se inician las más sencillas actividades; de ese modo el niño se solidariza con la sociedad de que forma parte, se siente cooperador del bienestar común y aprende a serlo cada vez más”.
“En el pasado, educar fue domesticar, sometiendo todas las inclinaciones a una instrucción uniforme, reduciendo todas las vocaciones a un común denominador. En el porvenir será abrir horizontes a cada personalidad, respetando todas las diferencias, aprovechando todas las desigualdades naturales. La sociedad necesita aptitudes heterogéneas, pues son infinitas las funciones a desempeñar. Generalizar la educación, intensificarla, hacerla múltiple y varia hasta la madurez, no implica en manera alguna la pretensión de nivelar los gustos y las tendencias de los hombres. Nuevas costumbres y nuevas leyes podrán establecer derechos comunes a todos los miembros de una sociedad sin que eso importe igualar las vocaciones y las capacidades; la desigualdad mental de los hombres es un postulado de la psicología. Cada individuo es una síntesis sistemática de elementos afectivos, intelectuales y activos, diversos por su origen e intensidad, que se coordinan de manera varia y según relaciones complejas. Estas benéficas diferencias excluyen el peligro de que todos los hombres aspiren a realizar las mismas funciones en la sociedad”.
“La educación social debe estimular las desigualdades. El progreso colectivo comienza en la variación particular, que proviene de diferencias iniciales o adquiridas. La infinita diversidad de inclinaciones naturales debe ser conservada por la educación, dando oportunidades al incremento de las más provechosas en cada ambiente. Suprimiendo las presiones artificiales debidas al privilegio y a la injusticia, las aptitudes efectivas podrán perfeccionarse por la selección natural. La educación puede aumentar la capacidad de todos los hombres para la vida social, pero no puede habilitar a todos hasta un mismo grado, ni para el cumplimiento de la misma función. Desde el idiota y el imbécil hasta el talento y el genio, existe una variadísima escala de aptitudes, originariamente distintas; la educación integral debe desenvolver todas las que existen, renunciando a la pretensión de crear las que faltan. Y en cada grado, las variedades son inmensas” (…) “La intensidad de la educación no pretenderá, en suma, nivelar mentalmente a los hombres, sino aumentar la utilidad social de las diferencias, orientándolas hacia su más provechosa aplicación”.
29/05/2018 a las 9:59 AM
ELOGIO DE LA IGNORANCIA
Obedeciendo a nuestro deber pastoral, iniciamos hoy la cruzada para la reducción de los incrédulos, al tiempo que nos defendemos de los maliciosos y perversos; porque no es lícito burlarse de la religión como lo hacen. El que se burla es un blasfemo. Y la blasfemia es una bofetada a nuestra Iglesia y también a sus feligreses.
Necesitamos llevar a cabo una «persecución benigna y seductora», como la llamó San Jerónimo. Colaboraremos más eficazmente con el poder civil a fin de perseguir a los sin Dios, pero con especial cuidado de no otorgarles al alto honor de quedar conceptuados ante el pueblo como mártires del ateísmo, y ser así peor el remedio que la enfermedad.
En todas partes hay emisarios de Satanás que tienen por lema la herejía: «El catolicismo es el gran crepúsculo en el que la luz no avanza y las tinieblas crecen».
Nuestro primer deber es inculcar la fe a torrentes respecto a las verdades místicas, creando una devoción capaz de los mayores sacrificios; fanatizar a los fieles y convertirlos en paladines siempre listos para salir a la calle y defender con su sangre, si llega el caso, nuestra religión.
Hay que prevenirse contra las asechanzas del Diablo tentador. Él sabe hacer pecar a las gentes de muy distintas maneras. Una de ellas es halagándolas con la bella palabrita «personalidad». Aparentemente dicha palabra no parece mala, pero encierra todo un programa diabólico de peligrosísimas consecuencias. Porque un ser humano que quiera conservar su personalidad íntegra e inmaculada, empieza por independizarse de Dios, que es su dueño, luego del Vicario y de los ministros del Señor. Y todos saben lo desastroso que esto es para la fe cristiana. Por la gravedad que esto encierra, los doctores en teología y los pastores del rebaño clerical no podemos evitar el reclamar la más absoluta obediencia por parte de todas las criaturas humanas; una obediencia tan sumisa como la observada por las bestias hacia sus dueños.
Las personas ignorantes de buenos sentimientos tienen la ventaja de descubrir con más acierto que el más grande de los sabios, los secretos de nuestra fe religiosa. Nuestra técnica tiene la ventaja de librar a los ignorantes corderitos de la tremenda tarea que significa el desenvolverse por su libre albedrío. Les ahorramos los muchos sinsabores que produce el pensamiento emancipado de nuestra tutela. De ahí que repitamos siempre con santo fervor que vengan a nosotros, como humildes ovejitas, estremecidas de emoción, pero sin inquietudes ni vacilaciones, dispuestas a aceptar nuestra dirección. «El que quiere ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» ha dicho Jesús (Mateo, XXVI, 24). Esto les salvará de toda responsabilidad, pudiendo descansar tranquilamente, confiados de alcanzar el Cielo el día que se mueran.
Alguien podría objetar que nuestra técnica es atentatoria contra el sagrado derecho de sentir y de pensar con autonomía de criterio; pero, ¿no hace lo mismo el gobierno con sus soldados, el patrón con sus obreros y el político con la masa popular? Ellos como nosotros, cuidan que no se despierte el sentido de la responsabilidad y de la dignidad, que llevan en sí el germen diabólico de la rebeldía y la pretensión de cambiar nuestras sagradas tradiciones y costumbres. Por eso recomendamos que todo trabajador debe ser fiel y obediente a lo que le ordenan el amo y sus representantes; el soldado ha de ser un muñeco galonado; y el buen cristiano ha de ser fiel al pastor que lo dirige. Así, y solamente así, puede haber paz, armonía, orden y bienaventuranza eterna; por la gloria de Dios y de sus ministros.
Los momentos que estamos viviendo son críticos. De donde más furioso arrecia el huracán satánico, es de las izquierdas, y especialmente del sector socialista puritano, cuyos analfabetos gañanes garabatean en su pasquín «La emancipación», asegurando a sus descristianizados lectores que nosotros falseamos la verdad engañando al público crédulo e ignorante, al cual, si no fuese por ellos, lo tendríamos postrado a nuestros pies. ¡Qué cinismo!
Afirman muy sueltos de lengua, esos renegados, que bajo nuestra negra sotana tenemos las más negras ideas; que son ellos los que ilustran y emancipan a los trabajadores contra «la gran fábula católica». Y, abusándose en su perfidia de que tenemos un gobierno tolerante y débil, se atreven a afirmar que nuestra religión, es oscurantista, supersticiosa, fantasmagórica, difundidora de sombras e ignorancia, agregando que «los sotanudos cuervos conspiran constantemente contra la razón, la luz y la verdad, atemorizando al mundo con fantásticas regiones de ultratumba totalmente falsas y anticientíficas».
No negamos que defendemos la fe ciega, y que cubrimos la ciencia verdadera con la negra sotana de la hipocresía y la falsía; pero también decimos la verdad cuando afirmamos que la salvación del alma se obtiene con la ignorancia y no con la sabiduría.
Si San José se hubiese enterado, pongamos de ejemplo, de que Jesucristo no era hijo suyo, y se hubiese encolerizado contra su esposa María y su primo San Juan Bautista, quizás los hubiese matado a los dos para vengar su honor vilmente ultrajado; con lo cual se hubiera hecho desgraciado y merecedor del eterno castigo. En cambio se salvó y fue al Cielo, y se hizo santo, con sólo ignorar la verdad y tener profunda fe en la Virgen. ¿Queréis una prueba más elocuente?
No saben nuestros enemigos las buenas razones que tenemos para defender la ignorancia… de los otros. Sabemos que: «Cuanto menos se comprenden los misterios divinos, más respetada y admirada es la religión», como dice San Gregorio.
Por otra parte, de no existir nosotros, igualmente existiría la ignorancia. Es el mismo pueblo que la ama y la reclama insistentemente. Él siente un gran placer con su ignorancia que suele llamar suerte. No son solamente los toscos jornaleros, que no han tenido tiempo ni dinero para recibir una buena instrucción; son también los de la clase media y alta, al parecer cultos y educados, los que se recrean en el café o en el club sacudiendo el cubilete y echando los dados sobre la mesa; ocupación ésta que no requiere un ápice de saber, de pensar, de destreza ni de fuerza; nada absolutamente. Su diversión consiste en no saber cómo quedarán los dados al echarlos. Si hubiera algún sabio que llegara a descubrir la causa y el por qué un dado se queda de una manera y no de otra, adiós juego.
Lo mismo sucede con la lotería y las carreras de caballos que, de conocerse claramente las causas de por qué sale un número, o llega a la raya primero un caballo que otro, el «juego» no tendría razón de existir, y los jugadores se verían empujados a buscar otra «ignorancia», sin la cual no pueden vivir. Y conste que estas manifestaciones de ignorancia nada tienen que ver con la religión.
Lo que le falta a la humanidad, para gozar de paz y tranquilidad, no es ciencia, sino buenos sentimientos. Si todos fuésemos inteligentes, nadie estaría a las órdenes de otros; no podría haber jerarquía ni cristianismo. Esta nuestra clara posición no da derecho a nuestros calumniadores a decir, como han dicho, que «El cristianismo, desde sus primeros tiempos, tiene su base más sólida en los pobres de espíritu y en los ignorantes»… Haciendo exclamar a Nietzsche: «¡Qué aborto de falsedad debe ser el hombre moderno para no avergonzarse de llamarse todavía cristiano!»
El ocultismo es la salvación de la religión, el mismo «Dios permanece oculto, inaccesible a la inteligencia humana; que tanto ella como la palabra intentarían en vano conocerlo y explicarlo», tal como nos enseña nuestro Supremo Maestro.
Dios, cuando, de aburrido, se le antojó crear este mundo, dispuso que los hombres fuesen ignorantes como bestias, carentes del discernimiento del bien y del mal, puesto que a la primera pareja le prohibió saborear el fruto del árbol de la ciencia, como lo enseña la Biblia. Aun hoy la humanidad se masacra fieramente por no distinguir el bien del mal. Mas, todos los que pecan y se condenan al eterno Infierno, no es porque así lo quieren (sería absurdo), sino por la ignorancia en que el misterioso Dios los ha sumido. Esto es fatal. El que posee gran conocimiento es Satanás, por habérselo concedido el Creador a fin de pelear con él de igual a igual, como cuadra a caballeros, en la conquista de las almas.
«La muerte es hija del librepensamiento que predicó Lucifer en el paraíso. Contra el mandato (trampa o capricho) de Dios Padre, los primeros cónyuges se permitieron pensar y obrar libremente, y así pecaron y conocieron el dolor». (Luis B. Molina, El Pueblo, 2, IX, 41).
Por estas y muchas otras razones, los heréticos consideran a Dios símbolo de la ignorancia. Pero si la ciencia no se lo explica, se lo explicaremos nosotros por medio de las verdades «reveladas» y la fe. Poseemos profundos secretos, que lamentamos no poder descubrir a los profanos. Jesucristo nos ha dicho: «Porque a vosotros es concedido saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no es concedido. Por eso les hablo por parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden». (Mateo, XIII, 11-13). Recomendándonos: «Sed prudentes como la serpiente» que engañó a Eva y ganó la primera batalla.
El mismo Cristo, en sus dos años y medio de agitador profesional, no convenció ni a los ignorantes ni a los doctores con razones y argumentos filosóficos (a pesar de su omnipotencia), viéndose obligado a emplear medios contrarios a las eternas leyes de su Padre, que son los fantásticos milagros.
Si en el culto, al hablar de Dios, lo hacemos en latín, es para que el populacho no nos entienda; pues nada mejor que adoptar una pose misteriosa e incomprensible para obtener la admiración del vulgo.
Para que la fe sea absoluta, repetimos con San Ignacio de Loyola (Ejercicios Espirituales, 138): «Debemos siempre tener, para en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es negro si la iglesia jerárquica así lo determina». Nadie ha podido dar un concepto más claro y en menos palabras de la fe que predicamos.
La clara inteligencia y la percepción de nuestros sentidos han de estar sometidos al dogma inviolable del catolicismo. Todo el que acepte a Dios, por eso mismo ha de renunciar al libre examen; su cabeza le ha de servir únicamente para llevar el sombrero; para pensar ha de usar siempre la del Vaticano. Y ésta nos enseña que «Ante la ley de Dios, por nosotros conocida, toda discrepancia y oposición humana debe callar».
Nosotros, por no decir lo mismo tan claramente, que podría chocar a personas muy sensibles, usamos eufemismos, circunloquios, diplomacia, de cuyo arte hemos formado una escuela, organizando militarmente a la juventud del Opusdei cursillista, la que, el día que se decida salir a la calle, ha de asombrar hasta a los mismos componentes. Con estos pregoneros clericales hemos de conquistar el mundo entero; y al atrevido que osara pedir pruebas científicas de lo que afirmamos, lo enviaremos a que se las dé el tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, al tiempo que rogaremos al Diablo que lo haga morir retorciéndose de dolor como una S.
El que hable mal de la potestad eclesiástica, por ese solo hecho, implícitamente, habla mal del gobierno, puesto que éste es católico; por lo cual atenta contra la seguridad del Estado; y es de necesidad pública eliminarlo. Tal ha de ser la jurisprudencia a sentarse entre las dos potencias.
El estudio que se realice sin el permiso eclesiástico firmado y sellado por el arzobispo de la diócesis, será pecado; debiendo ser castigado en esta vida para limpiar su alma antes de expirar. El libre estudio aleja a las personas de nuestra religión; mientras que la ignorancia y la fe los acercan. Por otra parte, no hay nada que analizar; la fe lo resuelve todo. «Credo ut intelligam». Creo para poder comprender, como dijo San Anselmo. Jamás a la inversa: buscar comprender para creer.
Nuestra bondadosa misión no puede ser la de permanecer indiferente e impasible ante el sacrilegio y la apostasía de nuestros enemigos; y haremos todos los sacrificios que sean necesarios (como el de la misa) para salvar las almas con el piadoso martirio de sus cuerpos. No olviden nuestros queridos corderitos que tres son los enemigos del alma: el Mundo, el Demonio y la Carne. Y que, para libertarla, se hace indispensable separarla del cuerpo que quiere perderla.
Con el dogma y la disciplina, impondremos un orden cristiano perfecto y, luego, parodiando a Napoleón, podremos decir que «la paz reina en el mundo».
La ciencia carece de seriedad y abunda en contradicciones. Lo que afirmaba ayer lo niega hoy, y sostiene hoy lo que ha de negar mañana. En los países liberales, sus admiradores discuten, se apasionan, odian, pelean y se matan. En cambio, en un país católico puro no puede haber nada de eso; la religión lo resuelve y lo aclara todo con pasmosa facilidad. Los detalles que no puede explicar la Biblia los explicamos nosotros.
Para mayor seguridad, nuestros queridos hijos han de colgarse al cuello el escapulario y prenderse a la solapa el distintivo de la Obra: (Opusdei), dejándose llevar por nuestra paternal dirección, como lleva el lazarillo al ciego. Todos los católicos han de tener sus pastores, sus directores, sus guías y maestros fijos y determinados, de sotana y coronilla, consagrados por la voluntad de Dios y decreto arzobispal, a los cuales deben obediencia y acatamiento absoluto.
La fe y la obediencia que inculcamos a los trabajadores, les darán el confortante aliento y la fuerza necesaria para seguir tirando del carro de la vida con la voluntad y la ilusión que jamás pueden darles los teorizadores del comunismo y la libertad.
A fin de que nadie pueda falsear el sentido de nuestras palabras, antes de terminar el artículo de hoy debemos aclarar que a nadie queremos privar de la libertad y de la inteligencia, de las verdaderas libertad e inteligencia que se encuentran en las Sagradas Escrituras, en el catecismo y en la palabra del sacerdote. Fuera de la Iglesia Romana no hay más que libertinaje, inmoralidad, corrupción y concupiscencia, que las autoridades civiles, con nuestra apostólica colaboración, están en el deber de impedir por todos los medios.
Esta vida ha de ser preparación para la otra. Por lo tanto, ¿hay algo mejor que la felicidad eterna, la que nunca, ¡nunca!, ¿se acaba? ¡No! Pero, como ha dicho aquel vago de Galilea hace veinte siglos, la otra vida hay que ganarla con la fe y el sufrimiento en el breve paso por este mundo.
«Laissez faire» a vuestro padre cura y que, en conclusión, lo que él diga «se non e vero e ben trovato».
Mientras tanto, pidamos todos a Dios de rodillas ante su altar, que la paz vacuna reine en esta breve vida, a fin de que al morir nos haga gozar eternamente con su presencia permanente.
Que nuestro Purísimo San Josemaría, ampare y proteja al párroco con todos sus parroquianos.
Héctor Ruben Aguer
donhector@speedy.com.ar
03/06/2018 a las 11:03 AM
SI FUERA VALIENTE EL VEDOSIANO DE AGUER DENUNCIARÍA ESE CONCILIÁBULO MASÓN Y SUS CONSECUENCIAS LA NUEVA ERA OCULTISTA LUCIFERINA.
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Cuando tuve mis despertares de la kundalini, sentí exacto lo que detallan, la subida por la columna vertebral, una sensación energética demasiado fuerte, como una sensación casi orgásmica ( que realmente era placentera, por lo que mucha gente no pensaría que es algo peligroso, pero que sucede por la subida de la kundalini que se genera en los dos primeros chakras y por ende, los estimula con una respuesta sexual… esto es lo que muchas llegamos a confundir con : hacer el amor en astral con la llama gemela… en realidad son las subidas de la kundalini provocadas por la comunicación interdimensional con entidades que están buscando eso precisamente : activarte ).
En ocasiones la subida de la kundalini duraría horas, dejándome agotada y pidiendo que se detuviera porque mi cuerpo ya no podía con la intensidad. Y es que el cuerpo humano NO está hecho para estas subidas de kundalini, esta energía equivale a conectar una enorme batería con descargas eléctricas que te fríen el sistema nervioso central y te pueden dejar esquizofrénico, con fibromialgia (mi caso, estoy sanando y mejorando de ello pero al salir de la nueva era, me quedó ese “regalito” de vivir con una dolorosa enfermedad crónica inexplicable plenamente por los médicos pero que se ha confirmado por muchas canalizadoras y ex-mediums que quedaron enfermos también de lo mismo… para leer más al respecto de la correlación fibromialgia y kundalini, haz click aquí ) fuera de la realidad, inestable, con déficit de atención, y listo para ser manipulado y poseído por entidades.
Esto me abrió todos los chakras pero sobre todo el tercer ojo el cual sentía pulsar y emitir energía todo el día. Lo pude notar claramente, y posterior a esa apertura, pude tener mayor conexión espiritual, canalizar, escuchar a éstos seres, adivinar cosas, ver el futuro, tener sueños lúcidos…. uno dirá que qué gran regalo es ésto… pero tal como la manzana ofrecida por Lucifer en el jardín del Edén, es un regalo envenenado que desconecta del Padre Creador haciendo sentir a la persona poderosa, y de tal modo quedando a la merced de las entidades de obscuridad.
Uno puede decir : ¿pero qué pasa si yo uso ese poder para ayudar a otras personas? la respuesta es : estás usando un poder “prestado” controlado por unos seres que no tienen la mejor intención a la humanidad, para que ellos se sirvan de tí como instrumento de sus fines. Y pagarías el precio más alto gracias a la pérdida de tu salud mental, emocional y energética, eventualmente convirtiéndote en una marioneta completa de éstas entidades… y lo peor : la pérdida de tu alma.
La kundalini es una experiencia muy buscada por quienes desean iniciarse en el ocultismo y aunque no lo sabe mucha gente, el satanismo busca la subida de la kundalini también como medio de empoderamiento.
Mucha gente está consiguiendo subir la kundalini sin saber lo que hacen, al meterse de manera inocente a todas las prácticas de la new age que lo que provocan es abrir los portales para dar paso a las entidades. Otros como en mi caso, tuvimos la subida espontánea sin hacer nada, puesto que nos habrían elegido por las capacidades psíquicas y la influencia de un linaje que tenemos, sabiendo que podrían usarlos para sus fines. Y debido a la falta de información… cuando me puse a buscar qué era lo que me pasaba, solo encontré dos temas : la subida de la kundalini ( y que decían era “buenísima señal” de empoderamiento espiritual ) y / o la conexión con el “etérico” de la llama gemela. Por lo mismo, al no saber, no tener información, uno no sabe y se deja llevar, agravando el tema de la dominación interdimensional con cada día que pasa.
Cuando una persona empieza a darse cuenta de la verdad y a dejar de cooperar y opone resistencia, las entidades iniciarán su proceso de “castigo” y sometimiento, enfermando a la persona físicamente, mandándole sincronías negativas, situaciones raras, sueños tipo pesadilla, ataques psíquicos etc. También buscarán alejar a la persona de la Biblia y de cualquier persona que pueda provocar que su parasitado acepte a Jesucristo y pueda sanar. Si la persona cede y coopera con la manipulación, puede esperar que las cosas sean relativamente sencillas, se le irán poniendo en el camino más cosas y personas que deberá seguir pero que han sido planeadas por otras entidades y que ésta persona cree que son “el destino” o “el universo” mandándole lo que debe hacer, cuando en realidad es la marioneta de un titiritero que ya tiene acceso a su vida, psique y experiencias.
La kundalini lleva a la apertura para la manipulación interdimensional de entidades negativas. Es la apertura al virus de la obscuridad por los ángeles caídos que se infiltra y parasita la vida y la psique humana. Y cuesta mucho eliminarla y desprogramarla porque la persona no está consciente, y cree que todos sus síntomas tienen explicación, basada en lo que el new age y enseñanzas canalizadas le han enseñado. Sin cuestionarse. Y cuando alguien le desea presentar información que pudiera hacerla cuestionarse, principalmente el Evangelio y la salvación mediante Jesús, muchas veces la persona se termina alejando de ella y rechazando la información, sin saber que quien la rechaza no es ella, sino la entidad que le controla. Pues no desea sanar, no desea ser expelido de su “anfitrión”.
29/05/2018 a las 11:37 AM
Hernancito, hoy tengo que felicitarte! Muy buen articulo, corto y muy preciso sobre este tema tan delicado e importante para Argentina.
En el día del Ejercito Argentino, te dedico esta marcha, es educación también.
https://www.youtube.com/watch?v=qcX0EGhmoBA
29/05/2018 a las 7:44 PM
Excelente articulo y sobre todo no se trato de un comentario sobre una publicación de Pagina 12
03/06/2018 a las 11:05 AM
NADA QUE PROVENGA DE UN MASÓN -J.I.- PUEDE SER EXCELENTE.
29/05/2018 a las 8:04 PM
Dn Hernán Andrés Kruse, en primer lugar lo felicito por citar a quien fuera un gran analista de las mediocridades de su época; en segundo lugar y ya que copia, copie bien y no reitere el mismo tramo dos veces en el mismo párrafo. Haga de ello la tarea de un buen editor, La tercera y última lea detenidamente todo lo por Ud. copiado y aprenda que parte de esas críticas bien le caben a los que Ud. viene apoyando durante esa perdida década kirchnerista donde no sólo cayó en picada la educación sino la moral del pueblo en su conjunto como el desconocimiento de los próceres y fechas patrias, entre otras guarangadas K.
31/05/2018 a las 3:52 AM
ESTIMADO EPICARDIO: MUCHAS GRACIAS POR SEÑALARME EL ERROR DE TIPEO QUE COMETÍ. SIEMPRE RELEO LO QUE ESCRIBO CON DETENIMIENTO Y EN ESTA OPORTUNIDAD SE ME PASÓ.
HERNÁN ANDRÉS KRUSE
03/06/2018 a las 11:06 AM
AH JAJA EL MASÓN JOSÉ INGENIEROS Y SUS ALABARDOS…..