Por Luis Alejandro Rizzi.-

Es obvio que leo, escucho y veo diversos medios “concentrados” y de los otros, pero advierto una diferencia entre dos expresiones de “La Nación”, el diario y el canal de TV.

Desde ya el diario es muy superior en calidad de contenidos y en variedad de temas y en su versión electrónica, junto con el portal “Infobae”, están entre las mejores expresiones del periodismo nacional.

En cuanto al “canal”, en particular en los horarios de la tarde hacia la noche, realmente aburren con el monotema relacionado con la interna del “PRO”, que parece ser la expresión excluyente de “Macri”, como la de un “monarca” cuya dinastía gozaría de derechos políticos hereditarios.

Cuando cuestionan la interna de esa “cofradía” que es PRO, es obvio que la tendencia se inclina hacia el “patricismo”, que en el ámbito nacional sería una de las ramas hereditarias de Mauricio Macri; en la ciudad, directamente impuso a su línea colateral familiar.

Quiero dejar en claro: no cuestiono -no soy quien para hacerlo- su línea editorial partidaria, menos cuestiono a los periodistas participantes, que son fieles a sus trayectorias y por eso merecen pleno respeto.

Pero también con la misma convicción hay un matiz que separa la “convicción” de la “obsecuencia”, entendida como “amabilidad y condescendencia”, y en ese punto, parecería que, en el PRO como cofradía, vale más la sumisión que la discrepancia, lógica y razonable que plantea Larreta y que mercería un debate abierto.

En lo personal, “La Nación+” me aburrió; veo parcialmente algunos programas por la sencilla razón de que, en este furgón, intento ser objetivo en los hechos, para sustentar mis convicciones que, con aciertos y errores, son genuinas y sólo tienen como finalidad ayudar al bien común.

Le escuché decir a Perón que con los medios en contra ganó y con los medios a su favor fue derrocado.

Durante varios años fui amigo y socio de Horacio Domingorena. Esa amistad se rompió en mil pedazos cuando llegamos a Aerolíneas Argentinas en 1983; sin embargo, guardo muchos buenos recuerdos, ya que con él conocí a políticos, periodistas, empresarios que me ayudaron a entender y no entender, a la política partidaria, el oxímoron es válido.

Domingorena, junto a Carlos Bulgheroni, se reunió con Perón en Gaspar Campos. Había logrado que yo también pudiera asistir, pero por una cuestión profesional no pude ir, pero le pedí a Domingorena que, si se daba la circunstancia, le preguntara sobre la prensa partidaria y la opositora.

Según Domingorena, la diferencia estaba, para Perón, en la “obsecuencia”, con una diferencia: hay obsecuencia partidaria y opositora, al final se anulan.

Para terminar, quizás esto explique la poca fiabilidad de las encuestas y la negativa a responderlas, como es mi caso. Estoy harto de las encuestas, por eso mis negativas y las de muchos otros.

Lo mismo puede pasar con los “ratings”, los que siguen ciertos programas ya definieron su voto, probablemente los “tercios” sean cuatro o cinco.

Hay un 60% que no votaría jamás a ninguno de los precandidatos desde Larreta a Massa, por lo tanto, ¿los que votarán, cómo encausarán su “rechazo”?

El que gane, lo hará con votos “negativos”.

Asimismo, quedarán muchos resentidos; también hay que tenerlo en cuenta.

¿El FMI como verá este cruce de diferentes rutas…? Un sano consejo: por ahora no largues más guita, Gita o Kristalina, el hilo siempre se corta por lo más fino y la mayordomía o la biblioteca no es un buen destino…

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