Por Luis Américo Illuminati.-

A gran parte de los medios de difusión de la Argentina habría que llamarlos «Tontos de Capirote». Después de escuchar las declaraciones del juez Casanello para justificar su sospechosa lentitud en la investigación del escandaloso expediente: autos caratulados «Lázaro Báez & Asociados», más me convenzo de que tenía mucha razón Tato Bores cuando dijo que un gran HDP plantó en esta tierra tan fértil un almácigo de pelotudos y que se reprodujo en forma tan vertiginosa que, salvo una minoría muy reducida, hoy tenemos las consecuencias.

La inteligencia, la moral y la cordura están en caída libre. Más que jueces tenemos ju-heces. Al ex pueblo argentino, hoy convertido en innoble masa por responsabilidad de su insidiosa dirigencia, lamentablemente le venden cualquier buzón. La justicia hiede. ¿Cómo se va a dar cuenta de algo el pobre animal argentino si tiene ya puesto cabestro, albarda y morral. Este ejemplar criollo pertenece a la orden ecuestre de «Caballlería» precisamente porque el sistema perverso lo ha convertido en un cuadrúpedo que relincha o rebuzna. A esto se le llama lavado de cerebro. La maga Circe convirtió a los hombres de Ulises en cerdos y la pepitocracia argentina (viva la pepa, como sistema de gobierno) obró al revés, convirtió a los cerdos en dirigentes políticos y sindicales. ¡Miserable asociación de puercos! Quien quiera entender que entienda y el que no, entonces que pida su bolsa de heno o alfalfa.

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