Por Luis Américo Illuminati.-

Indigna cuando un abogado pretende justificar lo injustificable. Si bien todo abogado debe trabajar para lograr la mejor situación de su cliente frente a una acusación penal, ello no autoriza echar mano a lo inverosímil que se asemeje a un «cuento del tío» o a una tomada de pelo que va contra la naturaleza de las cosas. Es lo que intenta el abogado de Felicitas Alvite para justificar que ésta pasó 5 semáforos en rojo después de chocar bárbaramente a un motociclista y minimizar y restarle importancia a las barbaridades que escribió su defendida en Instagram, olvidando que el hombre (y la mujer también) es dueño o esclavo de las palabras que dice. Es lo que indica la «teoría de los actos propios» que coincide con las afirmaciones de Freud sobre el remanente que subyace en la conciencia acompañando todos los actos humanos. No nos podemos desprender de los dichos que reflejan nuestro modo de pensar. Y para más sospechas la imputada no se hizo el test de alcoholemia. La hermana de la conductora refiriéndose al motociclista, dijo desaprensivamente «un flaco murió». El defensor de Felicitas, dijo que su defendida “está muy mal con lo que hizo” y que sufre “taquicardia, angustia y depresión” e insistió en que “no hubo intención de matar” y adelantó que pedirá su excarcelación. Nos preguntamos cómo se deben sentir entonces los familiares del joven fallecido que aún estaría vivo si ella no hubiera conducido a tanta velocidad, tal como lo decía ufanándose en las redes. Es evidente que no estamos frente a un accidente, sino que se trata de un homicidio con dolo eventual. Nuestras condolencias a los padres del motociclista fallecido trágicamente y un consejo a los jóvenes y adolescentes de esta época de vértigo, inconsciencia y locura. No escriban cosas en las redes de las que después se tengan que arrepentir. La vida se debe vivir despacio, usando prudentemente las máquinas, sobre todo los automóviles, teniendo siempre presente que a altas velocidades es un arma mortal.

Share