Por Andrea Palomas Alarcón.-
En Uruguay
En Uruguay hubo dos plebiscitos. En dos ocasiones se le preguntó a la ciudadanía si quería que los militares y policías que habían luchado contra el terrorismo en Uruguay fueran a prisión. Se trató de la Ley de Caducidad; en Argentina se llamaría prescripción.
Los delitos, grandes o pequeños tienen un plazo para ser reclamados. En parte por una cuestión de estabilidad institucional y hasta mental. En parte por razones procesales, no es posible que alguien se defienda correctamente de algo que ocurrió hace 40 años. ¿Usted puede probar en donde estuvo hace exactamente un año? ¿Tiene testigos? Por ahí justo fue el cumpleaños de su mejor amigo y tiene docenas de testigos. Y… ¿hace dos años? ¿Tres? ¿Cuatro? ¿Puede probar exactamente donde estuvo el día de hoy pero hace cinco años? Ante un testigo que afirma que hace cinco años usted tenía un apodo exótico y que lo torturó, ¿usted puede probar lo contrario? Transporte eso a cuarenta años atrás.
Dos plebiscitos se hicieron en Uruguay en los que los uruguayos votaron invariablemente que no querían perseguir a los militares y policías por la guerra de los 70. Dos veces.
Los defensores de la guerra por otros medios impulsaron dos plebiscitos porque creyeron que ganaban, que la gente iba a estar de su lado. La gente estuvo del lado de la paz. Dos veces.
¿Cómo aceptaron los defensores de la guerra por otros medios que la gente les diera la espalda? Con una de sus consignas automáticas “Los Derechos Humanos no se plebiscitan”
Los mismos que convocaron al plebiscito negaron la posibilidad de que se aplique cuando les salió en contra.
En Argentina
Más cautelosos, evitaron convocar a un plebiscito en Argentina. Cada vez que alguien decía “preguntémosle a la gente” contestaban “Los Derechos Humanos no se plebiscitan”.
En su guerra contra el Cardenal Bergoglio los Kirchner apoyaron el matrimonio homosexual. La Iglesia sabía bien que ése no era el sentir del pueblo argentino y solicitó que se consultara al ciudadano. ¿Qué contestó la izquierda “progre”? “Los Derechos Humanos no se plebiscitan”.
En Clarín del 28 de junio de 2010, Alex Freyre, quien junto con su pareja fue el primer matrimonio gay por conveniencia le contestaba al odiado Bergoglio que los Derechos Humanos no se plebiscitan. Digo “matrimonio por conveniencia” porque se casaron para las cámaras de televisión haciéndose pasar por una pareja enamorada. Los que iban contra la “pareja enamorada” iban contra los Derechos Humanos y ya sabemos que los Derechos Humanos no se plebiscitan.
En cuanto a la guerra de los 70, las leyes de obediencia debida y punto final fueron votadas por ambas cámaras del Congreso Nacional; fueron promulgadas por el Poder Ejecutivo y declaradas constitucionales, al menos, en 12 oportunidades por la Corte Suprema de Justicia. Pero ya sabemos que los Derechos Humanos no se plebiscitan y por eso, un grupo de diputados mercenarios (algún día se investigará cuánto cobraron por impulsar la nulidad) junto con jueces mercenarios (¿será cierto que un juez cobró diez millones de dólares por decretar la inconstitucionalidad?) las declararon nulas con efecto retroactivo, alegando una oscura responsabilidad internacional que impide perdonar a uno de los bandos aunque sí al otro. Cuando alguien recordaba que las leyes habían sido aprobadas por los representantes del pueblo la izquierda oponía que no se podían condonar penas ni delitos porque los Derechos Humanos no se plebiscitan.
En Colombia
En estos días, Colombia va a un plebiscito que llaman “por la paz”. El que no apruebe este plebiscito seguramente estará en contra de la paz. Se busca perdonar a las FARC delitos abominables que han sido declarados de “lesa humanidad”. No así a los militares y policías que los combatieron. Y no es que a las FARC, de pronto, les haya dado por la paz. Esa banda de narcoterroristas ha secuestrado, asesinado, violado, reducido a servidumbre, producido abortos forzosos, esterilizaciones forzosas, apropiaciones de menores, abandono forzado de menores, ha torturado, violentado cada derecho humano que uno pueda imaginar y hoy, por arte de magia y de una persecución militar que no les ha dado tregua, son los principales mentores de la paz.
Se condonarán todas las aberraciones que las FARC han causado en Colombia durante décadas. Todo con el edulcorado argumento de que, de pronto, han entendido que la hermandad entre los hombres es mejor a enriquecerse con la cocaína que envían a Estados Unidos y Europa. Que la paz de la humanidad es mejor que secuestrar pequeñas niñas, asesinar a sus padres y convertirlas en esclavas sexuales a las que se les provocará aborto tras aborto para que no sean una carga, en contra de su voluntad la mayoría de las veces o abandonaran a sus bebés en la selva para que mueran víctimas de los elementos, el hambre o las alimañas.
Se condonará en nombre de la paz el secuestro de personas a las que se tuvo de rehén en la selva durante décadas, encadenadas a un árbol, como a Ingrid Betancourt. Todo en nombre de una sensibilidad que, de pronto, ha brotado en los corazones de los jefes de las FARC.
Este plebiscito, para la izquierda eternamente hipócrita, sí es posible porque ya sabemos que los Derechos Humanos no se plebiscitan pero los Derechos Humanos son lo que la izquierda quiere que sean, lo que le conviene que sean y lo que nosotros no sabemos defender.
01/10/2016 a las 6:50 PM
Maravillosa su Nota Sra Alarcon , lastima lo doloroso del tema en cuestion.
Alguna escuche a analistas , hablar de …que esta medida «plebiscitaria y pacifista contra el terrorismo» es , hilando muy pero muuuy finito , para quebrar la union y resquebrajar el frente interno de las Farc ,….estrategia elegida , antes que la confrontacion belica y volarlos con monte y todo.
Puede ser y no hay que descartar nada , a la guerrilla esta «paz» , le ha costado tambien serias divisiones internas , enfrentamientos armados entre ellos y algunas «supresiones fisicas» entre sus cuadros…..
El tiempo en lo inmediato nos dira el resultado.
Viene a la memoria la integridad humana de Ingrid Betancourt y no hay que olvidarla jamas a asi como a las cientos de Ingrid que hubo y hay en el Planeta.
Tema para desgranarlo con mas profundidad , de parte de los foristas ; con mas tiempo , su analisis lo amerita.
Gracias por su Pluma.
01/10/2016 a las 8:30 PM
Paloma, 2 nuevos muertos por la persecución marxista-internacionalista, el Coronel Cayetano Fiorini 87 años, ciego y enfermo y el ex- juez liendo Roca (80 años), con problemas de corazón fallecidos en las mazmorras de Santiago del Estero, de los jueces que integraban el Tribunal Judicial ( o tribunal Popular o Checka), dos Jueces eran ex-combatientes del ERP y otro integrante de las Organizaciones de Derechos Humanos, que imparcialidad puede haber???, No se excusaron. Hubo que recusarlos,
02/10/2016 a las 8:37 PM
Los derechos humanos no se plebiscitan……Ocurrio el Milagro Sra Alarcon !!!
Vayan nuestras Felicitaciones a la sufrida y heroica sociedad Colombiana !!!
03/10/2016 a las 10:55 PM
Lo que ocurrió en Uruguay Andrea, era lógico.
Pasa que en ese país…no hay argentinos; por eso!!
03/10/2016 a las 11:57 PM
GRACIAS A LA DIRIGENCOA ARGENTINA Y AL PUEBLO IGNORANTE, ANALFABETO, RESENTIDO, IDIOTA, INDOLENTE QUE HA VOTADO LOS GOBIERNOS DESDE 1983, HOY LA ARGENTINA TIENE POR DELANTE UNO DE LOS SIGUIENTES CAMINOS: IR DESAPARECIENDO LENTAMENTE SIN PENA NO GLORIA; QUE SE CONVIERTA EN.PROVEEDORA DE MATERIAS PRIMAS DE PAÍSES CON MAYOR DIGNODAD, BRASIL, URUGUAY, CHILE, PERÚ; QUE LA CORRUPCIÓN DE LOS GOBERNANTES CAUSE UNA GRAN REBELDÍA CIVIL Y CORRA LA SANGRE POR LAS CUNETAS HASTA QUE LLEGUEN OTROS PARA EJERCER EL GOBIEENO
04/10/2016 a las 8:05 PM
Para chumbiado,mas claro tu comentario echen agua
05/10/2016 a las 2:02 AM
Vean este video, cualquier semenjanza con Argentina es pura coincidencia. Esto pasó en Colombia, ojalá hubiese habido cuando el Alfonso mando juzgar a las FF. AA. Seguridad y policiales, varias mujeres en el Congreso que hablaran así y las siguieran algunos hombres. Pero fueron todos maricones y resentidos, amigos de los guerrilleros que asolaron el país y hoy disfrutan de las mieses del poder que nadie les dió.
https://youtu.be/agUcGD392nM
06/10/2016 a las 4:00 PM
JUECES PARCIALES , SENTENCIAS NULAS.
El justificado apartamiento por parcialidad de tres magistrados a cargo de una causa de lesa humanidad constituye una buena señal
Como era de esperar, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, integrada por Juan Carlos Gemignani, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, ordenó finalmente apartar a los tres miembros del Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero, María Alicia Noli, José María Pérez Villalobo y Juan María Ramos Padilla, del juicio por presuntos delitos de lesa humanidad en el que intervenían, conocido como «Megacausa III».
La determinación fue adoptada ante la existencia de «dudas razonables acerca de la imparcialidad del tribunal recusado» y frente a la necesidad de «evitar una inusitada privación de justicia».
En el caso de la jueza Noli, la Sala IV sostuvo que existirían elementos de público acceso que permitirían avalar la hipótesis de que la magistrada formó parte del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y que, al igual que el juez Pérez Villalobo, se habría reunido con algunos de los querellantes sin anoticiar de ello a las defensas.
Asimismo, se recordó que la doctora Noli ha sido querellante en causas de lesa humanidad por la desaparición de su marido, ocurrida en el mismo marco histórico que los hechos ventilados en esta causa, lo que pone más que en duda su imparcialidad.
Respecto del juez Ramos Padilla, la Sala IV se hizo eco de los argumentos de las defensas, en el sentido de que ha sido, en tanto representante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), querellante a lo largo y ancho del país en causas en las que se investigan crímenes semejantes a los que se han denunciado en la llamada «Megacausa III».
Está meridianamente claro que la ausencia de imparcialidad debió haber llevado a los tres jueces del Tribunal Oral Federal que habían sido oportunamente recusados sin éxito a inhibirse de actuar en la causa referida, cuyo trámite está ahora obviamente viciado de una nulidad tan manifiesta como insanable.
Cabe recordar que, en esta misma causa, murieron dos de los más de 40 acusados, tanto por su avanzada edad como por su grave estado de salud, que no fue tratado como correspondía.
La sed de venganza pudo haber impulsado a los tres magistrados apartados a mantener una conducta profesionalmente indigna y moralmente perversa. Por ello se abren algunos muy serios interrogantes. ¿En qué otras causas de lesa humanidad intervinieron esos mismos magistrados, notoriamente afectados por su ausencia de imparcialidad? ¿Son sus decisiones en ellas también nulas?
¿Hay otros casos de magistrados con similares antecedentes que, obviándolos, tomaron también decisiones teñidas de parcialidad en temas de lesa humanidad? ¿Cuál es el futuro de los magistrados en cuestión? ¿Pueden seguir integrando, como si nada hubiera pasado, nuestra justicia federal? ¿Hay, de pronto, algún parecido con lo antedicho en la patológica causa AMIA?
¿Existe responsabilidad del Estado por lo que ha ocurrido en Santiago del Estero? ¿Quién asume la responsabilidad que cabe por la deshumanización generada por las detenciones provisorias en una causa que finalmente terminó en la nulidad?
Frente al mundo, lo de los jueces del Tribunal Oral Federal santiagueño, por su notoria enormidad, es escandaloso y mancilla la imagen de la justicia argentina en los juicios de lesa humanidad.
Nadie puede cerrar los ojos ante el verdadero fraude judicial que culminó con la acertada y valiente decisión de la Sala IV de la Cámara de Casación Penal, separando de la causa a los indignos magistrados antes nombrados. Era necesario, pero cabe preguntarse si es ello realmente suficiente. Como lección final, nos queda aquello de que en la perversión, incluyendo la llamada sintónica o conjunta, suele también haber un componente de odio y venganza, ostensible u oculto.
Los jueces no pueden, sin ofender a la Justicia, obrar del modo en que lo hicieron los tres magistrados que, como se ha visto, fueron objeto de remoción en la delicada causa en la que actuaban.