Por Paul Battistón.-

La polinización de las flores del mal ya está completa. A los chicos grandes de la Cámpora le sigue la más siniestra infantilada de vaqueros rotos y ceremonias arricotadas, ésas que sin decir nada se autosatisfacen en la convicción que su voz lo sabe todo porque es la réplica de las palabras sagradas de su mesías.

Todos los ensayos ya han sido hechos en pequeño. En el tamaño adecuado para que en la vorágine de nuestra calamidad sólo sean un detalle más.

La redacción del libreto con todas las verdades absolutas ha sido puesta a disposición obligada de la infantilada que recorrerá el camino del calvario de su jefa para convertirse en los implantadores del nuevo testamento del proyecto.

Ejercitar la rotura de las normas del más alto cuerpo legislativo ya ha sido logrado con éxito; 37 senadores de ese peronismo supuesto no K lo han convalidado demostrando su inexistencia sin Cristina.

El golpe al estado judicial ya se ha concretado invalidando una sentencia suprema.

Todos los argumentos extracorpóreos están en el campo de batalla obligando a su debate y por consiguiente dándole existencia sin importar su amañado camino por fuera de toda norma acordada.

Lo físicamente sensible también ha sido ensayado. Oleadas de asesinatos sin sentido logran sentido desde la perversa óptica de planeadas ejecuciones colectivas, en especial en el conurbano, provocando el clamor justificado de las víctimas de mayor presencia de FFSS. El despliegue conjunto y vandálico de decenas y hasta centenas de motos en la ciudad de Córdoba sólo recuerda el accionar del movimiento de los colectivos bolivarianos (con el grave antecedente del 4 de diciembre de 2013). No es de esperar que el mecanismo se haya desaceitado.

Los espacios cedidos por la reina para el ejercicio del maniqueísmo profesional sólo puede leerse como el testamento en beneficio de Máximo.

Si no hay Macri, entonces una Cristina no tiene espacio, pero sí un Máximo, un candidato capaz de reunir voto peronista (nunca se debe subestimar el sentido de pertenencia al espacio); el miedo tiene sus canales precisos para su llegada a destinos federales partiendo de los 37 cómplices del golpe al estado judicial.

El 17 nos habría dejado Hebe, pero el 20 era mejor momento para que su partida se oficializara. Superponer su muerte con el definitivo sometimiento del peronismo a su rumbo sin salida no era conveniente. Una muerte tan fructífera no podía ser aprovechada a medias por los cultores de lo mórbido. Lo de Hebe fueron sólo 3 días; alguna vez Chávez permaneció 3 meses en su cajita frizada en La Habana para que Maduro pudiera asumir de presidente sin que las urnas lo revalidaran. La diferencia de escalas no oculta la igualdad del método, sólo lo refugia en la saturación de eventos y catástrofes cotidianas.

Nada menos que en este acto de fagocitación definitiva de los últimos indicios de existencia del peronismo por fuera del cristinismo fue donde erróneamente se cae en la trampa de aceptar literalmente su discurso con el giro repentino en la preocupación de la seguridad en el conurbano como sincero. Para llevar adelante este giro expresa (como siempre lo hace) la verdadera intención oculta en segundo plano como justificativo, la de vaciar su país (la Patagonia) de gendarmes. Una desmilitarización tan conveniente como la de militarizar el conurbano para cumplir con los reclamos de inseguridad provocada por el mismo gobierno y los 11.000 lúmpenes liberados.

El diputado Martín Tetaz, desde la visión de un mercadista, hizo una apreciación valiosa: supuso que una definición de Cristina en cuanto a su postulación definitiva para el 2023 significaría una buena señal para los mercados, ya que los mismos requieren ante todo certeza como materia prima para la devolución de confianza. Especulando una segura derrota del kirchnerismo, la señal positiva hacia los mercados se incrementa aun ante el hecho negativo de la continuidad de Cristina en su carrera a la competencia electoral. Toda la deducción valiosa de Martín Tetaz se descalabra cuando él mismo se impone la incertidumbre al suponer que toda su apreciación está sujeta a una continuidad sin el sobresalto que significaría la asunción anticipada de Cristina por algún “acontecimiento” limitándose a aseverar “ahí todo cambiaria”.

Alguna vez un recambio necesitado requirió de una arcaica campaña en semanarios coloridos anoticiando de un vaivén de diagnósticos médicos imprecisos ilustrados al mejor modo de un manual de biología titulado. ¿Cuál es la enfermedad del presidente? Así Roberto Viola se fue a su casa con las reacciones de las acciones de Martínez de Hoz dejando lugar a la mano dura que se suponía necesaria para alcanzar un orden también en lo económico. La violización de Alberto parece haber tenido su prueba piloto y las reacciones las lleva pegadas en su acción de haber sostenido a Guzmán.

El escenario más temerario de Martín Tetaz podría darse, ante lo cual se deduce que los espacios cedidos al gran maniqueísta Máximo no serían casuales. Un fracaso guiado por Alberto es inviable y un despegue improbable pero un fracaso (ajeno) enfrentado por Cristina es un combate contra un enemigo adecuadamente construido. El electorado peronista ha dado muestras de su volubilidad al votar a un candidato inexistente de no haber sido indicado como el candidato. Alberto por su cuenta habría sido en el peronismo el equivalente de Leopoldo Moreau en el radicalismo y su 2% de votos.

Sólo la mano de Cristina señalando le dio a Alberto lo que la polarización y Smartmatic le dieron a Scioli en el 2015 (insuficiente aquella vez pero suficiente frente a un Macri después de 4 años de desgaste).

El escenario distinto producto de algún “acontecimiento” al que hace referencia Tetaz significaría un cambio de tablero y sus reglas asociadas en pleno juego, dejando a la oposición con habilidades inútiles para el mismo y encerradas en su propia definición de oposición.

La absolución de la historia está en construcción tras la disolución de la historia. El nuevo testamento del relato es el Kappelusz de los vaqueros rotos y el mismo desciende de la voz de la sabiduría que todo lo enseña: ella.

Santa Hebe se proyecta como primera beatificada profeta e impulsora de la construcción absolutiva de una pueblada.

El camino ya está fuera de la historia que contiene a nuestros textos clásicos de convivencia.

Share