Por Malú Kikuchi.-

¡Qué cansancio! Otra vez los mapuches son noticia. Y lo seguirán siendo mientras los gobiernos, el nacional, los provinciales y municipales, le tengan miedo a utilizar las leyes que amparan la propiedad privada.

Habría que recordarles a los magistrados en particular y a las Fuerzas de Seguridad, que en la Constitución Nacional, artículo 17, dice que: “La propiedad es inviolable y ningún habitante puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley.”

Pero… con respecto al ¿pueblo? Mapuche, no tiene vigencia. Desde que volvió la democracia, existe una lamentable confusión entre autoridad y autoritarismo. También entre víctimas y victimarios, teoría Zaffaroni.

El seudo pueblo originario, aprovecha la confusión. De un tiempo a esta parte las ocupaciones de territorios que no les pertenecen, que tienen dueños que pagaron por ellos, son permitidas por las autoridades.

Grave error. Esto empieza a ser incontrolable, y hasta la integridad de la nación, de seguir así, se verá comprometida. Hay que volver al principio. Los mapuches no son un pueblo originario, son inmigrantes araucanos.

Pueblo nómade, algunos de sus miembros cruzaron la cordillera en tiempos de la conquista. Muy pocos y acá, no eran precolombinos. La primera invasión real fue en 1830, con Yanketruz y unos cien capitanejos.

La Argentina ya era un país independiente. Los invasores comenzaron el genocidio de los tehuelches, real pueblo originario. En 1834, Calfulcurá, con un ejército bien armado y numeroso, venció al ejército nacional.

Las armas y municiones les llegaban desde Chile. Calfulcurá se conviertió en el emperador de la pampa. Firmó en 1836 la paz Del Pino con Rosas, que lo tuvo controlado hasta Caseros. A partir de 1852, se desmadraron.

Invadieron el sur de Buenos Aires, Santa Fe, San Luis, Córdoba y Mendoza. Mitre fue derrotado en 1855 en Sierra Chica por Calfulcurá. Así siguieron, malón tras malón; en 1872, 35 malones; en 1873, Calfulcurá perdió la batalla de San Carlos. Después, murió. Lo sucedió Namuncurá, su hijo.

Alsina y su famosa zanja. Los malones continuaron. Namuncurá, como antes su padre, envió a Chile el ganado robado y recibió Remingtons a cambio. En 1878, presidencia de Avellaneda, por ley del congreso Nº 947, el General Roca fue enviado a la Campaña del Desierto, mientras Chile estaba en guerra con Bolivia y Perú y el suministro de armas a los araucanos era menor. Y la Patagonia dejó de ser araucana y volvió a ser Argentina.

Hoy, después de muchas ocupaciones ilegales en Neuquén y Río Negro, luego de violentas tomas de puestos de estancias, de cortes de ruta, de reclamos delirantes, todo ha sido permitido por las autoridades.

El año pasado después de quemar la trochita de un emblemático tren turístico, vino el caso Maldonado. Artesano “huinca”* amigo de los mapuches, que se ahogó en el río Chubut, mientras se acusaba a gendarmería. Las ONG de DDHH están hermanadas con los mapuches.

A fines del 2017 ocuparon un hotel vacío en Villa Mascardi y prácticamente toda la zona, lugar turístico y bellísimo. Con el cuento de que es una tierra sagrada, no permiten que los “huincas” la visiten.

Ahí murió Rafael Nahuel, 22 años, de un disparo hecho por un gendarme. Hace varios días cortaron durante 4 horas la ruta nacional 40, en plenas vacaciones de invierno. Detuvieron el tránsito, repartieron panfletos.

Gendarmería puso dos puestos para avisar del corte, una ONG de DDHH puso el grito en el cielo, aduciendo que eso generaba tensión y la tensión podía derivar en disturbios. No se impidió el corte. La autoridad no existe.

Parques Nacionales denunció la toma del hotel, la reacción fue el corte de ruta. La fiscalía, acompañada por FFSS, intentó hacer una revisión ocular del hotel y los recibieron a piedrazos. La fiscal renunció a la revisión.

El domingo 15/7/2018, en Córdoba capital, al finalizar la misa de 11 en la iglesia del Sagrado Corazón (capuchinos), 4 mujeres vestidas de mapuches, avanzaron hasta el altar, desplegaron una pancarta exigiendo la libertad de Jones Huala y del machi (líder espiritual) Celestino Córdova.

Micrófono en mano, contaron los horrores que los españoles, ayudados por la Iglesia, habían cometido en contra de sus pueblos. Estaba presente el ministro de seguridad de la provincia. Los feligreses las llevaron fuera.

Ahí esperaba la policía que las trasladó a la comisaría y después de multarlas por la contravención, las dejó ir. Jones Huala está con prisión preventiva (en su casa), esperando si se lo extradita o no a Chile.

La justicia chilena lo reclama por el incendio y la muerte de los dueños de una estancia que quemaron, el responsable directo fue Celestino Córdova, chileno, preso desde hace 5 años. Las autoridades no responden a la justicia de Chile. Las autoridades le tienen miedo a las ONG de DDHH, a la prensa de izquierda (casi toda), a la opinión pública manipulada por los medios. Las autoridades permiten lo que la ley no permite.

Con autoridades temerosas de casi todo, menos del cumplimiento de los mandatos de la Constitución Nacional, los mapuches avanzan. La pregunta es ¿hasta dónde y hasta cuándo?

* Huinca: hombre blanco

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