Por Hernán Andrés Kruse.-

El lunes pasado, Empalme Graneros fue escenario de un grave hecho. Hartos del miedo, numerosos vecinos no soportaron el alevoso crimen de un nene de 12 años cometido por los narcos. Se dirigieron al domicilio del marco sindicado como el responsable de la masacre y decidieron tomar la justicia en mano propia. El narco, apodado El Salteño, se atrincheró y desde la terraza disparó varias veces contra los vecinos. Se trató de una pueblada fruto de tantos años de abandono, de desinterés por parte de la clase política y la policía. Desde hace años que Empalme Graneros es propiedad del narcotráfico y un buen día los vecinos dijeron “basta”. Así de simple. Así de contundente.

Resulta por demás evidente que nadie esperó semejante reacción popular. Ni los narcos, ni la policía, ni la clase política. La repercusión mediática de la pueblada fue de tal magnitud que el presidente de la nación no tuvo más remedio que hablarle al país sobre los hechos acaecidos en Empalme Graneros. Dijo Alberto:

“Desde el primer día en que asumí la Presidencia de la Nación, hemos venido trabajando junto al gobernador de Santa Fe y el intendente de Rosario. Resolvimos la cuestión de la deuda histórica con la provincia, avanzamos con obras imprescindibles como el tren o la hidrovía, construimos escuelas, rutas. Sin embargo, la lucha contra el crimen organizado, a pesar de los esfuerzos realizados, no ha alcanzado los resultados que esperábamos (…) Los hechos y las imágenes de los últimos días dan cuenta de hasta dónde son capaces de llegar con sus ilícitos propósitos (…) Frente a ese cuadro, quiero anunciarles que he tomado una serie de decisiones con el objetivo central de desarticular estas organizaciones del crimen con el claro propósito de fortalecer la convivencia social y la seguridad democrática.

En primer término, he dispuesto el refuerzo de las Fuerzas Federales hasta alcanzar en esta etapa los 1400 efectivos disponibles para la ciudad de Rosario (…) En segundo término, he decidido que el Ejército Argentino, a través de su Compañía de Ingenieros, participe en la urbanización de barrios populares, acelerando tareas pendientes de ejecución. Son las Fuerzas Armadas de nuestra democracia (…) También sumaremos rápidamente 600 cámaras de vigilancia con reconocimiento facial de última generación para la ciudad de Rosario. El sistema carcelario extremará la custodia contra los reclusos que han sido condenados y pretenden desde la misma cárcel seguir controlando sus objetivos criminales (…).

“Rosario, cuna de la cultura, de las ciencias y de las artes, no merece vivir en la zozobra. La manipulación informativa con el propósito del desgaste institucional y el juego político que hacen quienes quieren sacar provecho de esta situación sólo merecen el rechazo democrático. Vamos a hacer que Rosario recupere el orden y así su vida social en libertad y con seguridad, pero sobre todo vamos a hacer justicia, se lo debemos a las víctimas de las mafias y se los debemos a los hijos de la ciudad (…) Rosario es mucho más que los problemas que hoy atraviesa y sabemos que va a salir adelante. Vamos a ponerle fin a la violencia criminal de sicarios mercaderes de la muerte. Ninguna organización criminal ni ninguna red mafiosa puede contra la fuerza de un pueblo unido en defensa de su tierra y de su vida en comunidad” (fuente: Infobae, 7/3/023).

¿Qué lectura hizo el gobernador de Santa Fe de las palabras de Alberto? Respiró aliviado al escuchar al presidente la decisión de enviar a Rosario más policías federales para combatir la escalada de violencia narco y la intervención del ejército en tareas de urbanización de barrios populares. Y agregó: “Cuando el presidente en los últimos días dijo que “algo más habrá que hacer”, sentimos que se abría una alternativa de interpretar lo que Rosario, lo que la provincia de Santa Fe necesita en este momento. En esa línea he leído viniendo hacia aquí las declaraciones del presidente”. En relación con el envío de efectivos de la Policía Federal, consideró que “es otro empuje para poder tener más herramientas y dejar de lado una estructura pequeña, raquítica diría yo, de la justicia federal en Rosario particularmente, para enfrentar un delito federal como es el narcotráfico, como es el lavado de dinero”.

“Mañana mismo vamos a poner en marcha una delegación de la Unidad de Investigación financiera, de la UIF en Rosario, para que se ponga especial hincapié en la pata financiera, en el esquema de financiamiento de estas organizaciones” (…) Afirmó que todas esas “herramientas nos tienen que ayudar a superar esta situación, a mejorar el cuidado de la gente de Rosario, pero sobre todas las cosas, a que nacionalmente se entienda que estas cosas no pueden pasar en el territorio de la nación, que estas cosas nos requieren a todos los argentinos y en particular a todas las fuerzas políticas con expresiones de unidad en este trabajo. En cada discusión que tenemos los que se frotan las manos son los delincuentes, los que aprovechan cada una de esas diferencias son los delincuentes para crecer” (fuente: Infobae, 7/3/023).

Las palabras del presidente y del gobernador santafesino fueron ignoradas por los narcos. Horas después del saqueo a la casa del narco sindicado como responsable del asesinato de Máximo Gerez, varios vecinos de la zona recibieron un video sencillamente espeluznante y que fue transmitido por varios canales de televisión. Un joven enmascarado portando varias armas de fuego amenaza a los vecinos de Empalme Graneros: “Escuchen, manga de giles”. “Van a tener que devolver las cosas, o sino todos los días les vamos a dejar un muerto. Todas estas balitas son para ustedes. Más vale que devuelvan las cosas o les damos plomo, giles” (fuente: Infobae, 7/3/023).

Horas más tarde los atribulados vecinos por fin pudieron salir de sus casas sin temor a ser ejecutados por los narcos. En horas de la mañana del miércoles 8 el ministro de Seguridad Aníbal Fernández arribó a Rosario para poner en marcha el operativo para combatir la violencia narco en Rosario. Se trata de un refuerzo de 300 gendarmes y 100 policías federales. Flanqueado por Omar Perotti y Pablo Javkin, el ministro expresó: “Es imperioso que nos metamos en cada lugar y lleguemos hasta el hueso, es una situación indeseable. Ya es mucho lo que ha pasado, hemos visto demasiado, hemos traído fuerzas federales lo suficientemente importantes para actuar en cada uno de los lugares”. “La presencia de la UIF es fundamental, hay que seguir el dinero de lo que está sucediendo para romper una rosca que sabemos que nos hace daño y que es por donde camina el tema más difícil; hay que romper con esa lógica de situación de estar armando desde las casas y estar amenazando al pueblo” (fuente: Infobae, 8/3/023).

Alberto Fernández grabó un mensaje para anunciar que enviará más fueras federales a Rosario

Una vez más, tanto el gobierno nacional como el gobierno santafesino no han hecho otra cosa que vender humo. Tanto Alberto Fernández como Aníbal Fernández y Omar Perotti deben pensar que los rosarinos somos estúpidos. ¿Realmente creen que con un mínimo refuerzo de gendarmes y policías federales el problema del narcotráfico estará solucionado? Una vez más debemos recurrir a la sabiduría de Albert Einstein, quien afirmó que es de locos creer que aplicando los mismos métodos se obtendrán resultados diferentes. Pues bien, ha quedado dramáticamente en evidencia que el mero envío de gendarmes y policías federales a Rosario demostró su ineficacia para combatir al narcotráfico. ¿Por qué ahora esa estrategia daría resultado?

Emerge en toda su magnitud la mezquindad tanto del presidente de la nación como de su ministro de Seguridad y del gobernador Perotti. Ellos saben muy bien que la llegada de este puñado de uniformados no sirve absolutamente para nada. Pero este año hay elecciones donde se juega, nada más y nada menos, que el poder. Entonces algo había que hacer para no darle pasto a las fieras de la oposición. Algo había que hacer para demostrarles a los atribulados vecinos de Empalme Graneros que no fueron abandonados por la clase política. Ello explica la premura del presidente por enviar un mensaje intentando calmar las aguas y el rápido arribo del ministro de Seguridad a Rosario para afirmar que era fundamental “ir hasta el hueso”. Pensar que hace unos días había afirmado que los narcos habían ganado.

El arribo a Rosario tanto del ministro como del refuerzo de gendarmes y policías federales fue una típica puesta en escena con fines electorales. El problema de fondo seguirá sin solución a la vista porque nadie quiere tocar intereses muy peligrosos. En efecto, el narcotráfico sólo puede moverse a su antojo en un territorio si cuenta con la complicidad de la policía, la política y la justicia. Es lo que sucede en Rosario. En estos dramáticos días varios vecinos de Empalme Graneros reconocieron la connivencia de los narcos con la policía. Ello significa que la policía como institución está corrompida hasta el tuétano. Mientras tanto, los fiscales y los jueces se hacen los distraídos, al igual que los políticos. Actúan de esa manera porque han sido comprados por los narcos. ¿Qué fiscal, qué juez, se animaría en estas circunstancias a desenmascarar semejante red de complicidades mafiosas? La misma pregunta cabe formular en relación con los políticos y los policías. La respuesta se cae de madura: ninguno. Ello explica por qué los narcos ganaron.

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