Por Luis Alejandro Rizzi.-

El orden lexicográfico podría ser Barrionuevo-Milei-Peronismo; o bien Peronismo-Milei-Barrionuevo o bien Milei-Peronismo-Barrionuevo; pero más bien podría ser una confluencia natural, se necesitan.

El “peronismo” tiene una tremenda capacidad de resiliencia. Perón lo sintetizó así: “todos somos peronistas”; y es cierto y a la vez podemos ser radicales, conservadores, socialistas, ateos o agnósticos.

El “peronismo” es una suerte de columna vertebral de la Argentina y lo decimos de modo muy simple: “sin el peronismo no se puede”, porque tiene capacidad de adaptación, pudo pasar desde la JP al consenso de Washington y luego retroceder como si nada, en su versión “K”. Hoy sabe que esta versión terminó, no se puede exprimir más, el viento viene en otra dirección.

Javier Milei, técnicamente, es un “outsider”; tiene algo del “Hombrevida” de Chesterton, nos puso frontalmente ante nuestros fracasos y el “peronismo”, que si algo no tiene es “pelos de sonso,” ve que se vienen otros vientos, que soplan en otra dirección, poco importa adonde nos lleven, hay que navegar en esa dirección y allá vamos. Eso es el “peronismo”.

No se mide la calidad, intensidad y destino de “los diferentes vientos”. Sólo hay que saber mantenerse a flote y en eso son maestros.

Javier Milei es el viento y el peronismo y Barrionuevo le pondrán velas, tripulación y los cinturones de seguridad y a navegar en la turbulenta política local.

Describo una realidad, no digo que esté bien o mal; es lo que pasa y la necesidad de que esta historia se defina el 22 de octubre.

La demora en tratar el presupuesto para el 2024 por parte del Congreso para después del 22 de octubre es una señal de máxima. Milei lo logró, antes de ganar la elección; “la casta” no come vidrio.

Esto es lo que me gusta, diría que no, pero me pregunto: ¿hay otra posibilidad?, no.

Esto no pasa ni por Santiago Kovadloff ni por Carlos Melconian.

Luis Barrionuevo sabe a dónde va y de paso se lleva puestos a Massa y Cristina y compañía y familia.

De todos modos, sigo creyendo que la sociedad desea que pierdan los tres, pero eso no puede ser y lo mejor es que esta historia termine el 22 de octubre. Podría ser el fin de la dinastía «K», que deberá soportar la reacción de los conversos; pueden ser muy impiadosos.

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