Por Luis Américo Illuminati.-

El Gobierno llamó a un «paro activo» de media hora para «defender la obra pública».

La insólita convocatoria la realizó el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis, que lanzó un delirante anatema a las ideas de la oposición como si fuera un iluminado profeta bíblico. Manifestó que funcionarios y empleados del ministerio estarán en la calle. «Estamos convencidos de que todos los votos del peronismo irán detrás de Sergio Massa», expresó.

La salud mental de los miembros del gobierno «K» empeora cada día más. Ya no saben más que inventar para convencer a la gente de que voten al impresentable candidato Massa. Es tan grande el temor de que gane Javier Milei o Patricia Bullrich que sus intentos de convencer a la gente que por causa de Cristina y su fámulo Alberto, está deprimida, angustiada y desamparada. Intentan convencer al argentino sumergido y degradado y envilecido por un gobierno que ha perdido el rumbo como un tren fantasma que se dirige a la misma isla del diablo, por no decir otra palabra. Verlo y escucharlo a Alberto apuntalando a Sergio Massa y a Katopodis, defender lo indefendible, resulta intolerable, vomitivo.

Es colmo de lo absurdo organizar un paro desde el mismo gobierno, como excusa de defender la «obra pública» más corrupta y cara de la historia. Katopodis pretende hacer creer que si gana la oposición no se construirán más escuelas ni hospitales, universidades ni tampoco se realizarán obras de saneamiento. Es una cosa muy loca, inventar algo imposible: un «paro activo», un oxímoron. Es lo mismo que decir muerto viviente, silencio atronador, tensa calma o valiente cobarde. Una cosa no puede ser dos realidades, o es una o es la otra, pero no puede ser dos cosas a la vez. Semejante proposición o sintagma –contradictio in adjecto– atenta contra el principio de identidad y no contradicción de un ente o una cosa. Un paro o huelga implica inactividad total, inacción, abstención de la acción de trabajar, de modo que decir un «paro activo» revela el grado de incertidumbre y confusión y desorden mental del gobierno.

El propio Katopodis explicó el alcance de semejante payasada en una entrevista en C5N: «Todos los trabajadores del ministerio, ingenieros, arquitectos, directores, que muchas veces están trabajando en las oficinas y escritorios, van a estar trabajando en un puente, en una ruta, en una universidad, en una planta potabilizadora de agua, hablando con los trabajadores». Está todo dicho. Están todos locos en el gobierno in adjecto u oxímoron «K». La falta de lógica, la sinrazón y el sinsentido, les ha agarrado más fuerte que nunca, síntoma inequívoco de que saben que tienen que ir preparando las valijas y entonces «Gran Liquidación», ofertas increíbles de última hora, igual que en las tiendas y negocios que cierran por quiebra. Creen que la gente es idiota.

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