Por Luis Alejandro Rizzi.-

Me gustó la entrevista que DIARIO.AR le realizó al presidente de Aerolíneas Argentinas y que leí hace un rato. https://www.eldiarioar.com/economia/pablo-ceriani-presidente-aerolineas-tuvimos-mejoras-productividad-fruto-concientizacion-trabajadores-habia-crisis_128_10235724.html

En esta nota me ceñiré a dos puntos de sus declaraciones uno se refiere al “low cost” y dice; “El modelo de negocios de ambas es low cost. ¿Eso qué quiere decir? Que ellos siempre se van a ubicar por abajo de las tarifas de Aerolíneas. Si yo bajo, ellos van a bajar también porque tiene una estrategia de tener tarifas más bajas. ¿Por qué? Porque el servicio que dan es peor. Nosotros tenemos catering a bordo, ellos no tienen ejecutiva, con nosotros sumas millas”.

Más de una vez dije que el costo de poner un avión en el aire es más o menos similar entre todos los prestadores de servicios aéreos, obvio hay diferencias, pero habría que ver en el largo plazo sino se compensan.

El “low cost” lo distingue una administración diferente de los recursos financieros lo que hace que las tarifas ofrecidas varíen permanentemente, su capital es el flujo financiero y la rentabilidad de ese “capital” genera beneficios a los accionistas, lo que no quiere decir que el sistema sea económicamente sólido, es rentable.

También su sistema tarifario es distinto, ya que con el billete solo se paga el transporte personal, todo lo demás, desde reserva de asiento hasta equipaje se paga por separado y suele ocurrir que más de una vez los precios del «low cost» hasta pueden ser superiores a los de las líneas tradicionales. Personalmente he hecho comparaciones tomando tramos determinados en Europa y más de una vez hubiera elegido la tarifa “tradicional”. Hice referencia a EUORPA porque la zona del euro tiene estabilidad.

En Argentina es diferente y el “low cost” se tuvo que adaptar a una economía con Alta inflación y escasez de divisas, por eso es probable que las tarifas de ese segmento coincidan con las de ARG, como lo dice Ceriani con estas palabras;

“Aun así, en muchos casos las tarifas nuestras están en niveles comparables. ¿Por qué pasa esto? Por esta cuestión de que la demanda supera la oferta. Eso hace que las tarifas de las low cost se muevan a estar muy parecidas a las de Aerolíneas.”

Donde pienso que se equivoca es cuando dice que “porque el servicio que dan es peor”, en verdad es diferente, además podía suponerse que su seguridad operacional es menor. Creo que se le escapó una imprudencia.

En mi gestión en ARG, habíamos suprimido el servicio en los vuelos inferiores a 120 minutos y pese a que Austral los mantenía, en las rutas en las que se concurría no perdimos ocupación.

Incluso había adoptado otras modalidades de lo que luego sería el “low cost” como la pérdida del billete al pax «no show” o incluso una estricta rigidez en las franquicias de equipaje, incluso por razones de seguridad operacional.

El otro punto al que nos referiremos es al futuro de ARG, Al respecto Ceriani decía: “El déficit no puede ser un objetivo en sí mismo. No sé cuál es el objetivo de Aerolíneas de no tener déficit. ¿Cierro todas las rutas, la transformo en una low cost que vuela solamente a donde le conviene? Para eso, no tengamos una aerolínea del Estado. La aerolínea estatal es necesaria para conectar a los argentinos. Se paga a un costo razonable y es eficiente en términos de que sea al menor costo posible. Más de la mitad de los destinos donde volamos no tienen otra compañía y quedarían totalmente desconectados. Tenemos un país inmenso y esta es una discusión que tiene sentido solamente en el AMBA (área metropolitana de Buenos Aires), en las provincias no tiene ningún sentido”

Me desconcierta cuando dice que no sabe sobre el objetivo de no tener déficit y el planteo sobre la conectividad interna o el cabotaje. Es obvio que el objetivo de toda empresa debe ser ganar dinero y en todo caso poder financiar sus eventuales déficit c on sus propios ingresos y su solvencia crediticia. En los casos de rutas no rentables, puede haber una obviedad, el transporte aéreo no es la solución o alternativa válida, sino deberían serlo modos alternativos, ferroviario, terrestre, sean buses o ferroviario o fluvial y marítimo según los casos.

Dicho de otro modo, rutas de escaso tráfico, no tiene motivo para que exista un servicio aéreo o para ello se podría recurrir a las líneas “feeder” y en último caso al subsidio a la demanda.

La otra posibilidad de análisis sería la existencia eventual de demanda, pero imposibilidad relativa de pagar las tarifas pertinentes, sería otro supuesto de subsidio a la demanda que no necesariamente debería ser otorgado por el gobierno nacional.

Es obvio que son temas polémicos, lo rescatable es que el objetivo sería lograr el autofinanciamiento, pero también se pone en evidencia la carencia de una política de transporte y las respectivas prioridades.

A modo de conclusión, antes de hablar y pensar sobre el futuro de ARG debemos pensar en una política de transporte nacional y a su vez las provincias deben diseñar su propia política de transporte local y regional.

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