Por Luis Américo Illuminati.-

Con la runfla de presidentes bananeros que hasta ahora hemos tenido, la idea de llevar al teatro la loca aventura de digitar un candidato o candidata al puesto más alto del Estado sin estar preparado /preparada para ello, no parece mala idea. «Costa presidenta» es una obra cómica de vodevil que se adecua perfectamente a nuestra realidad, ya que «la candidata a presidenta» sólo posee condiciones histriónicas, como Alberto y Cristina. El famoso sketch de Alberto Olmedo como presidente y dictador de pacotilla de Costa Pobre nos recuerda por irresistible analogía al lamentable rol que cumple Alberto Fernández y no parece exagerado si tenemos en cuenta la actual pesadilla institucional que hoy vivimos los argentinos (populismo exacerbado) de lo que fuera alguna vez la República Argentina, hoy convertida en un estado bananero igual que la republiqueta del sketch de Olmedo. El Gobierno es una comedia lamentable. Un stand up macabro. La «titerocracia» -vice que maneja los hilos de un presidente títere- en sustitución de la democracia es la última novedad como forma de gobierno, aporte indiscutible del kirchnerismo a la rama de la Teratología o Politología Biomórfica.

Sinopsis de «Costa presidenta»

«Tres inescrupulosos personajes, a los que podría ubicarse entre empresarios y/o políticos, deciden llevar a la presidencia del país a una mujer trans. Esa es una posible manera de limpiar sus imágenes, demasiado manchadas por su irresponsabilidad y corrupción. Costa, la candidata, acepta el desafío y llega al poder con una intención de máxima: devolverles la risa a los argentinos» (Carlos Pacheco, LA NACION).

Moraleja Patética

Risalandia, Argenzuela o Jaujalandia: «un país para la risa». Un país en joda, farra y circo todo el año. Como las dos caras del teatro griego, pero al modo argento, esto es, risa y llanto al mismo tiempo.

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