Por Hernán Andrés Kruse.-

Duele en el alma pero como afirmó Serrat la verdad no tiene remedio. Y la verdad es que desde hace muchos años Rosario es propiedad del narcotráfico. Lo acaba de reconocer el periodista y legislador provincial Carlos del Frade, quien en una entrevista con Crónica TV afirmó que Los Monos gobiernan la ciudad. Rosario se asemeja, por ende, a la Chicago de los años veinte y treinta cuando era propiedad de Al Capone. La Cuna de la Bandera no es más Rosario sino “Rosario narco”. ¿De quién es la culpa? No cabe duda alguna que mucho ha tenido que ver la complicidad de los poderes político, judicial y policial. Expresado en otros términos: los narcos se apoderaron de Rosario porque compraron la conciencia de un buen número de relevantes figuras políticas, judiciales y policiales. La corrupción le abrió las puertas de Rosario al narcotráfico, en suma.

Mientras tanto los crímenes se suceden sin solución de continuidad. El lunes 20 fue hallado el cadáver de un hombre que presentaba al menos siete heridas de arma de fuego y cerca suyo la policía encontró un papel con el siguiente mensaje: “Nico Camino dejá de matar gente inocente”. El hecho no hizo más que recordar el asesinato, a principios de febrero, de Lorenzo Altamirano, el joven de 28 años que fue ejecutado frente al Coloso Marcelo Bielsa. Horas más tarde un grupo de personas que asistieron al velatorio de una persona (Jorge Gustavo Maturano) fueron atacadas a balazos desde un automóvil que pasó frente al lugar. Como resultado de la balacera, siete personas resultaron heridas y una, lamentablemente, falleció. El miércoles por la noche dos sicarios ultimaron a balazos a una joven de 18 años e hirieron a su madre. El hecho tuvo lugar en Villa Banana, uno de los territorios más violentos de la zona oeste de Rosario. Hasta el momento en el Departamento Rosario fueron asesinadas 49 personas (26 en enero y 23 en febrero). Ello significa que en lo que va del 2023 una persona es asesinada en Rosario cada veinticuatro horas.

A mediados de este mes, luego de que una nueva sede policial fuera baleada, el intendente rosarino, Pablo Javkin, hizo un descarnado diagnóstico de la situación (fuente: Infobae, 13/2/023). “La Argentina es un país que se ha vuelto impotente ante el narcotráfico”. “La situación es contundente y clara. Un punto es lo que sucede en las cárceles del Servicio Penitenciario Federal y Provincial. Es un “home office” del delito, lo dicen los fiscales. El 95% de los hechos graves de la ciudad se arman en las cárceles”. “De todos los hechos de intimidación pública, como la muerte de Jimmy Altamirano y los ataques a las sedes policiales, se dejan mensajes entre personas presas. Una está en Rawson, Chubut”. “Falta presencia en las calles de las fuerzas provinciales y movilidad de las fuerzas federales en la Ciudad. Urge reconstruir la inteligencia de la criminalidad penitenciaria y cambiar la urbanización de algunos barrios”.

“Argentina se ha vuelto impotente para controlar el narcotráfico, Yo siento orgullo por mi ciudad y tengo bronca, porque las drogas y las armas nos las meten desde el conurbano o del norte. Pero no es el único lugar con disputas violentas, ya que pasa en otros lugares del país. Argentina debe enfrentar esta situación y no lo está haciendo”. “Se ha instalado una idea de Rosario como un no lugar, se habla como un hecho maldito. Acá confluyen la hidrovía y las rutas que traen las armas y la droga”. “Se necesita la reconstrucción de la inteligencia criminal penitenciaria para prevenir antes que esclarecer. Disponibilidad de las fuerzas en la calle, no menos de 1500 federales permanentes. Implementación del sistema acusatorio en el tema federal. Nombrar los fiscales de cámara y auxiliares. Que nos permitan invertir recursos en la urbanización de los territorios. Y que se vuelquen a eso los créditos internacionales que están. Esa es la agenda de trabajo”.

Javkin se expresó de esta manera hace diez días. En ese lapso fueron asesinadas varias personas. Ello demuestra que el mensaje de Javkin cayó en saco roto. Expresado en lenguaje coloquial: a los narcos les importó un rábano lo que dijo el intendente rosarino.

Javkin asegura que “la argentina es un país que se ha vuelto impotente ante el narcotráfico”

El departamento de Rosario acumula 37 homicidios dolosos en lo que va del año

Quien también habló fue María Eugenia Iribarren, jefa de los fiscales de Rosario (fuente: Infobae, 14/2/023). Consciente de la crítica situación por la que atraviesa la ciudad en medio de la escalada de crímenes narcos, lanzó sus dardos contra el Servicio Penitenciario Federal al denunciar que, pese a su detención, hay jefes de organizaciones criminales que “comparten celda y generan nuevas relaciones comerciales”. Respecto a la utilización de teléfonos celulares por parte de los presos afirmó que si bien en la Bota está prohibido, en el ámbito federal “no es así y no hay ningún tipo de control”. “Las cárceles están pensadas con otro tipo de conectividad donde los teléfonos celulares no existían, hay que abordar y pensar cómo se establecen las comunicaciones entre las organizaciones criminales”.

Reconoció que el mensaje de las autoridades nacionales hacia los fiscales es poco claro y que en estos momentos “todos están atentos a lo que pasa en Rosario porque la situación es crítica. Venimos de una escalada de delitos y homicidios gravísimos”, e insistió con que “tenemos problemas con el Servicio Penitenciario Provincial y Federal”. “En el Servicio Penitenciario Federal pudimos advertir que los presos más importantes de Rosario no estaban considerados como detenidos de alto perfil, incluso compartían celda con otros capo narcos y se generan incluso nuevas relaciones comerciales”. “Acá no se produce la droga, llega de otras provincias y esa inteligencia y logística que debería estar en otros ámbitos del Estado federal no repercuten en Rosario”. “La policía”, remarcó, “es una parte fundamental del problema”. “Teníamos una tasa de homicidios similar a la de Córdoba hasta el 2009, hoy casi la cuadruplicamos. Algo pasó, algo no se enfrentó como correspondía”.

Por su parte, Ricardo Toranzos, presidente de la Asociación de Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público Fiscal de la Nación, expresó (fuente: Infobae, 14/2/023): “Amenazas en todo tipo de delito pueden existir pero aquí se ha superado la lógica de la habitualidad, se amenaza sin tener miedo a una consecuencia. Ellos entienden que amedrentar no tiene consecuencias jurídicas. Termina siendo como gajes del oficio. No es normal que nadie viva amenazado. El mismo fenómeno se ve en otros países pero en Argentina se va naturalizando. Todos los días surgen amenazas, se hacen repudios pero en el orden de la programación del abordaje no se cambia. Siempre tenemos el temor que un juez o un fiscal terminen muertos. En 2022, cinco fiscales fueron asesinados en América Latina”.

“Hay una cierta incapacidad de comprender el fenómeno. No se puede tomar este delito de manera aislada, sino que es una acción delictiva que promueve otros”. “La boca de venta de drogas en un barrio crea una sensación de violencia en el lugar, de amenazas, hay competencia con otros vendedores. Eso produce un ambiente de irritación comunitaria. Muchas veces se entendió que era un tema de jurisdicciones. Si tenía que investigar la justicia federal o la local. Pero no es una problemática de una jurisdicción. Ahí falta un abordaje integral”. “Sumar manos de manera no organizada o no planificada no necesariamente es un buen abordaje”. “El narco gasta mucho en su impunidad, tiene un poder corruptivo muy grande. Eso se tiene que contrarrestar con instituciones fuertes. Pelear contra el narcotráfico sin tener en cuenta el delito de corrupción es en vano”.

Toranzos dio en la tecla. Narcotráfico y corrupción son gemelos. Mientras desde la cúspide del poder político no haya una firme decisión de combatir al narcotráfico combatiendo al mismo tiempo a la corrupción, los narcos seguirán siendo los dueños de la ciudad.

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