Por Carlos Tórtora.-

Según refieren los entendidos en el tema, cuando Sergio Massa era Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, hizo grandes esfuerzos para que la Iglesia jubilara al entonces cardenal Jorge Bergoglio. Massa habría entonces clasificado al actual Papa como uno de los principales enemigos del gobierno. Este habría sido el origen de una enemistad que fue creciendo con el correr de los años.

Hoy, Bergoglio aparece como el más encumbrado enemigo del proyecto presidencial massista. Dentro de no muchos días, el Vaticano auspiciará un seminario con la participación de otros dos enemigos de Massa: Gustavo Beliz y Martín Guzmán.

Sombras

En el peronismo se registra con fuerza la decisión papal de oponerse a la candidatura de Massa y en las cercanías de Cristina Kirchner hay quienes especulan con esto. Son los que piensan que el ministro de economía inevitablemente traicionará a la jefa y que entonces lo lógico es no dejarlo crecer. Esta situación sería interpretada como una señal favorable por Alberto Fernández, que todavía mantiene aspiraciones presidenciales. Aunque en lo que hace al Papa, Alberto también está mal parado desde la legalización del aborto.

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