Por Guillermo Cherashny.-

Sorprendió que en la reunión de La Plata del sábado, donde concurrieron los principales dirigentes de Juntos somos el Cambio, con el presidente Macri a la cabeza, Miguel Pichetto y María Eugenia Vidal, se pidiera lista completa. En efecto, sólo pueden pedir a los 300 dirigentes que concurrieron -todos de la provincia de Buenos Aires- que voten lista completa si la diferencia que tienen los Fernández en ese distrito es grande y no sólo eso: al día siguiente, en Twitter, convirtieron en tendencia #votelistacompleta. Pero en esa reunión del sábado, Federico Salvai, el jefe de gabinete de Vidal, señaló que no alcanza con el 41% que obtuvo Cambiemos en el 2017, lo cual significa que los números que maneja el vidalismo le dan cerca del 45% a la fórmula de los Fernández, lo que pone en serio riesgo la reelección de la gobernadora. Es más, si en el conurbano el Frente para Todos tiene una distancia considerable, también lo tendría en el gran Córdoba y en el gran Rosario y eso significaría que la fórmula peronista supera el 40% en todo el país y, para ser más precisos, estaría rondando el 42% de los votos y, si se tiene en cuenta que en las PASO los votos en blanco se cuentan pero no en la primera vuelta, el que obtiene el 42% en las PASO pasa automáticamente al 44% en la general, o sea, muy cerca de los 45 puntos para ganar en la primera vuelta.

Así las cosas, en esa reunión del sábado se reconoció tácitamente que el gobierno está en serios problemas electorales.

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