Por Guillermo Cherashny.-

Hasta ahora, Lilita Carrió parecía haberse convertido en la fiscal de la República denunciando hechos de corrupción que tenían mucha veracidad. Pero últimamente sólo acusa de corruptos a los peronistas o a Ricardo Lorenzetti y hace caso omiso a los escándalos de corrupción del macrismo. Es cierto que atacó duramente a Daniel Angelici, pero en el nuevo libro de Laura Di Marco sobre el presidente Macri, quien dice que Carrió le pidió perdón en privado por calificar a Daniel Angelici como operador judicial, lo cual es una primicia y cierta, porque hace un tiempo que no critica al presidente de Boca y éste, como contrapartida, rompió relaciones con Jorge Rizzo, presidente del Colegio de Abogados de la Capital Federal, quien le inició una demanda por daños y perjuicios a la chaqueña por encargo de su cliente Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte. De este modo, se rompe la alianza gobernante en el Colegio de Abogados capitalino, que ganó por amplio margen las últimas elecciones.

En el libro citado de Laura Di Marco, el presidente dice que la legisladora acusa sin fundamente a Lorenzetti, Angelici y Jorge Macri y que esta situación devalúa su imagen. Además, agrega que si se va de Cambiemos no le producirá ningún daño a esa alianza, aunque le provocaría una gran tristeza. En verdad, Macri está muy contento con Carrió, porque en su actitud denunciadora no puso en la mira el giro de Odebrecht a Gustavo Arribas y tampoco los escándalos del Correo Argentino S.A. En este último caso, dejo que echaran como a un perro a su amigo Carlos Balbín, que estaba terminando una auditoría crítica sobre el comportamiento de Oscar Aguad en la negociación espuria del Correo S.A. con el estado y tampoco dirá nada del vaciamiento de esta empresa del grupo Macri durante el año 2016.

Está claro que el presidente Macri domestico a la inquieta diputada, que hace la vista gorda ante la corrupción institucional del PRO y sólo ve corrupción en cualquier variante del peronismo o del presidente de la Corte.

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