Por Carlos Tórtora.-

Los más optimistas de los funcionarios del gobierno que participan de las negociaciones de la ley ómnibus ya hacen cálculos sobre el tiempo que demandará el tratamiento de la ley en el Senado. Según esta visión optimista, la negociación en el Senado será más rápida por varios motivos. El más obvio es que el número de senadores es mucho menor al de diputados. La segunda razón es que la discusión sobre los cambios al proyecto estaría quedando agotada con las más de 100 modificaciones que se le están introduciendo.

Sin embargo, todo indica que en un proyecto de más de 600 artículos, es casi imposible que el Senado introduzca no una sino unas cuantas modificaciones. En este caso, si la Cámara revisora realiza modificaciones, la ley con media sanción debe volver a la Cámara de origen.

Un mecanismo complejo

En este punto entra en juego el complejo mecanismo que establece el artículo 81 de la Constitución Nacional. El mismo dice: «Si el proyecto fuere objeto de adiciones o correcciones por la Cámara revisora, deberá indicarse el resultado de la votación a fin de establecer si tales adiciones o correcciones fueron realizadas por mayoría absoluta de los presentes o por las dos terceras partes de los presentes. La Cámara de origen podrá, por mayoría absoluta de los presentes, aprobar el proyecto con las adiciones o correcciones introducidas o insistir en la redacción originaria, a menos que las adiciones o correcciones las haya realizado la revisora por dos terceras partes de los presentes (…) La Cámara de origen no podrá introducir nuevas adiciones o correcciones a las realizadas por la Cámara revisora».

En síntesis que Diputados, una vez girada la ley con las modificaciones del Senado, deberá optar por aprobar por mayoría absoluta o insistir con la redacción original.

Todo este proceso no sería de ningún modo breve, tratándose de un proyecto de tamaña complejidad.

Hay que dar por hecho que el Senado le hará cambios a la ley y que los mismos generarán una discusión en Diputados.

Desde ya que el plazo actual de las extraordinarias, el 15 de febrero, sería insuficiente para completar el tema en el Senado. Entonces Javier Milei se vería obligado a dar una segunda prórroga hasta el 29 de febrero. Y de no alcanzar, habría que negociar de vuelta en el Congreso para incluir la ley en la agenda de las sesiones ordinarias que empiezan el 1 de marzo.

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