Por Alexis Di Capo.-

El escándalo del dictamen blue de la ley ómnibus abre distintos interrogantes. Luego de que se hubiera firmado por 55 diputados el dictamen por mayoría, el mismo continuó corrigiéndose fuera del Congreso. Aparentemente, en este dictamen blue aparecen nada menos que 70 artículos que anteriormente habían sido excluidos. De ser así, estaríamos, entre otros delitos, ante la falsificación de documentos públicos. En efecto, el dictamen blue no fue entonces votado por los diputados y se lo pretendería oficializar de ese modo.

En este orden de cosas, la presencia de Miguel Ángel Pichetto, Rodrigo de Loredo y Cristian Ritondo en el departamento de Recoleta de Cristian Caram tiende un manto de sospecha. ¿Se convalidaba en esa reunión el armado del dictamen blue? Dos legisladores experimentados como Pichetto y Ritondo no pueden desconocer que las reuniones por cuestiones oficiales deben realizarse en las oficinas públicas.

El único procedimiento válido para introducir nuevas modificaciones al dictamen era una nueva reunión de comisiones con la correspondiente votación.

Lo que se viene

El escándalo del dictamen blue en lo inmediato paralizó la convocatoria a la sesión para darle media sanción a la ley ómnibus. Pichetto, rápido de reflejos, salió a despegarse del gobierno descalificando a Sturzenegger y poniendo así distancia del dictamen blue. Si se votara la ley en base a un dictamen de comisión inválido, estaría viciado el procedimiento de la sanción y el escándalo se multiplicará entonces. Ahora, con la maniobra al descubierto, la posición del gobierno pasa a ser mucho más débil. Algunos ya hablan de que estamos ante el primer escándalo de corrupción grave de la era Milei. Lo cierto es que el daño ya está hecho y quedó bajo sospecha el procedimiento para la sanción de la ley más importante de los últimos años.

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