Por Carlos Lazzarini.-

Como telón de fondo de la dantesca escena de episodios judiciales, resultados electorales, grietas, fanatismos, polarizaciones y enfrentamientos, sobrevuela una pregunta recurrente: ¿Asistimos finalmente a un cambio de época? La pregunta se la hace, en mayor medida, el ya célebre círculo rojo que integran, entre otros, políticos, empresarios, miembros del poder judicial y periodistas. a El ciudadano lo sabe desde hace tiempo y se encarga de enviar señales a quienes aún circulan con la fecha de vencimiento estampada en la frente sin advertirlo o sin querer hacerlo. Repasemos evidencias:

  • La resistencia con aguante que experimentó el kirchnerismo y un sector del peronismo después de la derrota de 2015 no hizo más que demorar la fecha de vencimiento.
  • La misma finalidad tuvo la creación de nuevos espacios partidarios o electorales, con los que se intentó eludir o demorar autocríticas, debates, discusiones internas y renovación.
  • Los mandatos de las autoridades del PJ bonaerense tienen fecha de vencimiento cierta y legal: diciembre próximo. Pero algunos intentarán correr ese plazo a marzo 2018.
  • Algunos históricos intendentes ya vencieron, otros lo harán en el corto plazo. Por si acaso no lo advierten, chocarán con la Ley que puso freno a las reelecciones indefinidas de los alcaldes bonaerenses. Territorio emblemático donde supieron reinar los “Barones del Conurbano”.
  • Algo similar pareciera empezar a ocurrir con la dirigencia sindical, aunque ahí no hay tanta voluntad ni normas que exijan el recambio. Pero el vencimiento es evidente o la Justicia se encargará de hacerlo notar.
  • Pero algunos jueces, otros miembros, sistemas, mecanismos e instituciones del poder judicial, también parecen con los plazos vencidos, aunque continúen en góndola.

Y la lista podría continuar con las fuerzas de seguridad, y tantas otras instituciones.

En términos políticos, el gran favorecido por la circulación de zombies o dirigentes con vencimiento, es el gobierno. Nada mejor que disputar poder con aquellos que deambulan imposibilitados de inspirar futuro. Sin embargo, más temprano que tarde el sistema político, el país mismo, necesitará de una oposición, no sólo fuerte, sino como posibilidad de alternancia cierta. En eso ya están pensando, con los resultados de octubre en la mano pero sobre todo con una acertada lectura de la realidad, quienes pretenden ocupar ese espacio.

El gobierno ganó tiempo para acomodarse. Pese a un resultado electoral que se descuenta favorable, el futuro asoma diferente. En la provincia de Buenos Aires, la gobernadora Vidal pudo elegir aliados circunstanciales. Como a nivel nacional, la fragmentación le jugó a favor. Ganó gobernabilidad. Hizo pie. Pero ese esquema también tiene fecha de vencimiento: 10 de diciembre. Mejor posicionado en el ámbito legislativo, Cambiemos igual tendrá que construir consensos y trabajar acuerdos. La tendencia, en el campo opositor, seguramente será inversa a la que signó el recorrido desde 2015 hasta estas elecciones de medio término. Si hasta ahora el dato fue la diáspora, la fragmentación, la atomización de la oposición, se descuento que intentará ahora recorrer el camino inverso.

En la Legislatura bonaerense, la gobernadora ya prepara el terreno. Por un lado intentará desprenderse de la necesidad de atar las decisiones administrativas con el vicepresidente, algo establecido en el reglamento de la Cámara desde que la misma estuvo en manos de la Alianza. Atar la firma del presidente a la del vice significaba entonces y hasta ahora, una negociación permanente. En Cambiemos piensan que, pese a quedar mucho mejor posicionados, difícilmente se estire la situación de dispersión que hoy reina en los bloques de la oposición y, por tanto, el trabajo será arduo.

Por otra parte, los intendentes son los primeros que ya empezaron a buscar fórmulas que les permitan renovarse, ponerse en condiciones y a tono con la nueva demanda. No tienen mucho margen y por eso decidieron no esperar.

Las elecciones de 2019 están a la vuelta de la esquina y la oposición, fundamentalmente las distintas expresiones del peronismo, no puede darse el lujo de enfrentar esa instancia con jugadores vencidos. Esos dirigentes, difícilmente continúen en la góndola electoral. (7 Miradas, editada por Luis Pico Estrada)

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