Por Guillermo Cherashny.-

Las declaraciones de Elisa Carrió en La Nación fueron elocuentes ya que, al decir que Cristina no ganará en octubre está reconociendo que en las PASO la ex presidente ganará el domingo próximo.

En el mismo sentido, el presidente Macri y la gobernadora Vidal, al pronunciarse por la derogación de las elecciones de medio término, también están admitiendo la derrota, al mismo tiempo que reconocen que en 21 meses no han podido mejorar la vida de los argentinos y que necesitan 12 meses más, es decir tres años, para arreglar la situación económica.

Está claro que para la anulación de las elecciones cada dos años -que están desde la constitución de 1853 y las reformas de 1860 y 1994- están pidiendo una reforma constitucional, pero al mismo tiempo admiten que en 21 meses han empeorado la situación económica o bien que necesitaron dos años para que la gente esté como en el 2015.

Muy diferente la va al cuestionado Donald Trump, que en seis meses -es decir en el segundo trimestre- bajó el desempleo de 4,7% a 4,3%, mientras en la Argentina Macri necesitó cuatro semestres para volver a estar igual que en 2015, cuando inició su mandato.

Lo más grave no que es pierda contra un cuco que infló sino que está en empate técnico con Sergio Massa, el político moderado al cual el presidente lo considera más nocivo que la propia Cristina.

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