Por Carlos Tórtora.-

La crisis de liderazgos en Juntos por el Cambio está determinando que Mauricio Macri vaya ocupando el centro del ring. Así se vio en la reunión en Puerto Madero de ayer, donde el expresidente llevó la voz cantante ante un Horacio Rodríguez Larreta más bien a la defensiva. Razones para esto son varias. Para empezar, hay en el PRO una reacción ante la fuga de buena parte de sus votantes hacia Javier Milei. Esta reacción revaloriza a Macri, que tiene similitudes con el libertario y por estas afinidades puede competir por los mismos votantes. Este rol choca con la estrategia de la UCR de reducir la interna a una polarización con Larreta y así se viven los prolegómenos de una crisis que puede prolongarse todo el resto del año. Las probabilidades de que Macri renuncie a ser candidato son cada vez más remotas y las mismas encuestas que muestran el crecimiento de Milei indican un giro del electorado hacia la centro derecha. Este retorno del expresidente es una de las causas de que, poniéndose a la defensiva, Elisa Carrió haya insinuado que podría aspirar a la presidencia y que Miguel Ángel Pichetto, líder del peronismo, puede candidatearse.

La vista puesta en el interior

En la alianza opositora todos miran qué va a pasar con el despliegue que inicia Milei en el interior. La incógnita es si, aparte de la fuga de votos, se producirá el pase de dirigentes del PRO hacia la Libertad Avanza. Este cambio de bando dinamizaría la crisis de Juntos por el Cambio, ya que el PRO vería amenazada su estructura.

A todo esto, en las filas kirchneristas se festeja el resurgimiento de Macri, que tiene un alto porcentaje de rechazo, sobre todo en Buenos Aires. Alrededor de Cristina hay entusiasmo por una eventual contienda electoral entre ella y el expresidente.

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