Por Carlos Tórtora.-

El proyecto de ley para suspender por única vez las PASO, presentado por el diputado Pablo Yedlin, no avanza en su tratamiento legislativo. Esto hace que los principales impulsores de la iniciativa, los gobernadores peronistas, empiecen a programar el desdoblamiento de las elecciones provinciales. Máximo Kirchner y La Cámpora trabajan en sentido contrario bloqueando la ley. ¿La razón? Los kirchneristas duros quieren arrebatarles a los mandatarios provinciales cuando menos la minoría de cargos en las internas para elegir candidatos y para esto las PASO son una herramienta ideal. En cambio, los gobernadores quieren volver, pandemia mediante como justificativo, al sistema tradicional de elección a través de los aparatos partidarios, que ellos controlan cómodamente.

El caso es que dos provincias, Salta y Misiones, ya anunciaron que desdoblarán los comicios locales y Santiago del Estero y Corrientes se preparan para hacer lo propio.

Con serios riesgos

El desdoblamiento obviamente no favorece al control de la pandemia, porque se realizan así dos comicios, pero sí sirve para contrarrestar a La Cámpora y de paso despegar la elección local de la suerte nacional del Frente de Todos, que viene con serios problemas en las encuestas. Ahora bien, además de las razones de política partidaria, está la realidad del Covid-19. Las PASO deben realizarse en el tercer domingo de agosto, uno de los dos meses más fríos del año y, si en pleno verano se registran cerca de 10.000 contagios diarios y 200 muertes en promedio, no es exagerado pronosticar que en pleno invierno habrá un rebrote de casos que la vacunación, con la lentitud que se está dando, no alcanzaría a frenar.

En las PASO se deben movilizar más de 30 millones de personas que al concurrir a votar abandonarán el distanciamiento obligatorio aumentando significativamente la cantidad de los contagios. Algunos especialistas electorales sostienen que el único modo de disminuir los riesgos sanitarios es reducir drásticamente el número de votantes por mesa, por ejemplo a la mitad. Esta alternativa implicaría duplicar el costo de la elección, ya que toda la infraestructura debería multiplicarse, esto es, cantidad de mesas, fiscales, transporte, seguridad, controles, etc. En las recientes elecciones de los EEUU, por ejemplo, se atenuó el efecto negativo de la concentración de votantes a través del voto masivo por correo, algo impensable en la Argentina.

Los gobernadores temen que el proyecto de ley siga estancado en el Congreso y que ellos se queden sin poder desdoblar. Ante la actual situación, los desdoblamientos pueden multiplicarse.

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