Por Sebastián Dumont.-

La polarización es un término que se viene escuchando en la política desde hace varios meses. Se trata del intento de instalar en el escenario de la provincia de Buenos Aires que la próxima elección será sólo una discusión entre el oficialismo y el cristinismo, representado claro, en la confirmada candidatura de Cristina Kirchner. Sin embargo, ha comenzado a modificarse ese esquema pero no a desaparecer. En Buenos Aires, y sobre todo en el conurbano, ya se habla de una polarización ampliada, es decir Cambiemos frente al peronismo, más allá de la figura de la ex presidente. O sea, en ello incluyen a Sergio Massa y Florencio Randazzo. La lógica de Durán Barba y Marcos Peña es clara, el peronismo es el responsable de los males de la argentina y en ello no distingue nombres. Todos fueron parte de lo mismo. Qué implica esto en los municipios e incluso en las organizaciones gremiales.

Entre los intendentes del conurbano se observó y fue motivo de charlas, la situación que se dio en Lomas de Zamora recientemente cuando se produjeron los habituales hechos de inseguridad, con condimentos excepcionales que fue la cobertura mediática que apuntó a la responsabilidad de Martín Insaurralde en el territorio. Y allí se volvió a poner en escena su supuesto domicilio en Puerto Madero, producto de, justamente, la inseguridad.

Más tarde, llegó el caso de Jorge Castillo y la Salada, donde el nombre de Martín Insaurralde apareció en escuchas telefónicas comprometedoras. Todo ello en poco tiempo. Casualidad o no, el alcalde de Lomas de Zamora se había mostrado como uno de los intendentes más dialoguistas con el gobierno nacional y provincial. Armó el grupo Esmeralda que pensaba llevar a Florencio Randazzo como candidato a senador. Pero algo cambió. Su rol fue, junto a Fernando Espinoza el de ir desarmando ese grupo y virar hacia el kirchnerismo más duro. Se lo nombró como posible candidato a diputado hasta que todo quedó en la nada. Ni siquiera estuvo en el cierre de las listas de Unidad Ciudadana. ¿Qué pasó en el medio?

Los fantasmas existen. Y son varios intendentes los que creen que el caso de Insaurralde se pude repetir en sus distritos bajo la lógica que no hay barones nuevos o viejos. El hecho de formar parte del peronismo es suficiente para ponerse enfrente del gobierno y activar la polarización en su fase más brutal.

Algo similiar observan esos mismos dirigentes con cuestiones sindicales. El caso Plaini creen que tiene el mismo objetivo. Aunque desde algunos sectores del gobierno provincial y nacional aducen que será sólo una cuestión electoral y que luego de ello, habrá un nuevo acercamiento con los líderes territoriales.

Es habitual escuchar a los voceros del gobierno plantear que Massa, Cristina y todos los candidatos que la acompañan son parte de lo mismo. Es un error sutil, ya que cuando Massa enfrentó al Frente para la Victoria en 2013, Macri se alió a ese sector y puso sus candidatos. O es lo mismo que decir que Graciela Ocaña fue parte del gobierno de Cristina y ahora encabeza la lista de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. Muchas veces, la polarización está floja de papeles.

Pero son estrategias. Y en tiempos de campaña a veces el todo vale, multiplicado por los medios masivos de comunicación y ahora las redes sociales, suelen ser efectivos en la instalación de conceptos y miradas.

Por tal razón, entre los jefes comunales del conurbano siguen con atención estos episodios y el caso Insaurralde. Saben que la inseguridad es un tema caliente que puede explotarles en cualquier momento. Las brujas no existen, pero que las hay las hay.

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