Por Carlos Tórtora.-

El kirchnerismo sigue adelante con el conteo de votos en Diputados para la sanción de un proyecto de ley suspendiendo las PASO, aunque en realidad el único proyecto presentado hasta ahora, del diputado Luis Di Giacomo, directamente deroga la ley de primarias. Los preparativos se hacen con mucha prudencia, porque Cristina Kirchner todavía no habría dado su consentimiento para dar por tierra con una norma que es una de las herencias que dejó su difunto esposo.

Mientras tanto, JxC navega en un grave desconcierto sobre qué hacer. Para empezar, la oposición no quiere ponerse a criticar un proyecto que el gobierno todavía no levanta como propio. La otra razón para el silencio es que la suspensión tiene buena prensa, porque se trata del supuesto ahorro de 20.000 millones de pesos, que serían dedicados a gastos de educación y discapacidad.

Por su parte, Alberto Fernández también se resiste a ceder ante el proyecto, porque conservaría la secreta esperanza de que su figura se revalúe y pueda colarse como candidato en una PASO. Pero si Cristina da la orden, lo más probable es que el presidente baje la cabeza.

La hora de la UCR

No es un secreto que la suspensión tiene como verdadero objetivo complicarle la vida a la oposición; lo que no se sabe es hasta qué punto. Si se sanciona el proyecto, la oposición se vería privada del único mecanismo consensuado que tiene para definir la candidatura presidencial. Hasta ahora, el PRO confiaba en imponer un candidato en base a su mayor presencia en la opinión pública. Pero sin PASO las cosas cambiarían. Habría entonces internas con el padrón de los afiliados de cada partido y es la UCR la que cuenta con la mayor estructura partidaria, extendida al 100% del territorio nacional. No sería casual entonces que Facundo Manes y Martín Lousteau estén activando una movida para distanciarse lo más posible de Mauricio Macri. Se trata de un primer intento para posicionar a la UCR como cabeza de la coalición opositora. Es obvio que al kirchnerismo lo que le interesa de la suspensión es que puede ser el punto de partida de una fractura de JxC. La misma básicamente no se produce hasta ahora por la convicción generalizada de que ninguna de las fracciones podría triunfar ante un kirchnerismo que seguramente llegará unido a los comicios bajo la batuta de CFK.

Sin embargo, el riesgo de una crisis grave está a la vista. Y ni Horacio Rodríguez Larreta ni Patricia Bullrich están dispuestos a bajar sus candidaturas, en tanto que Mauricio Macri insinúa que intervendría si las cosas se ponen feas. En la UCR avanza la idea de impulsar a Manes como candidato a presidente en vistas del escaso éxito de Gerardo Morales en las encuestas.

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