Por Sebastián Dumont.-

A las puertas del 2017 y con la elección de la provincia de Buenos Aires como la madre de todas las batallas, la presión por los fondos para los municipios empieza a llegar a su punto más álgido. Preocupados por lo que viene y, sobre todo, porque sus divisiones internas vuelven a poner cerca la ratificación del acuerdo entre Vidal y Sergio Massa, los intendentes peronistas buscan sacar alguna ventaja. Es ahora o nunca. Y el método de presión es la aprobación del presupuesto pero, sobre todo, del endeudamiento que pide el oficialismo para el año entrante.

Cuando desde el macrismo exploraron la posibilidad de entablar un acuerdo con sectores del Frente para la Victoria, le dieron oxígeno a un sector que venía dividido al menos en tres porciones en la legislatura como así también en los grupos de intendentes que lideran los territorios. Pero hay una asimetría. No es la misma proporción de poder que cuentan los alcaldes a la hora de poder garantizar diputados o senadores. Por eso, el Frente Renovador, en bloque, es quien más cerca deja a Cambiemos de lograr su cometido. Aunque no será exento de negociaciones duras.

Los jefes comunales del peronismo buscan mantener esa tenue unidad que mostraron en Lobos, a sabiendas que hay muchos de ellos que mantienen diálogos unilaterales con el oficialismo, pensando en 2017. Saben que en la división pierden y mucho más cuando se trata de negociar recursos.

A ese panorama hay que sumarle que la arena electoral empieza a moverse de tal forma que inquieta a varios. Las encuestas que circulan en Buenos Aires son bastante elocuentes. Encabeza la posible fórmula Massa y Stolbizer, pero atrás viene Cristina Kirchner. Todo un dato que empezó a dejar la sensación de un boomerang creado por el propio macrismo. La idea de polarizar con CFK le ha dado un margen a la ex presidente muy peligroso. Es cierto que todavía no se sabe quien será el candidato de Cambiemos, pero los sondeos muestran que pueden estar terceros. Habrá que ver si el aura y la buena imagen de Vidal alcanza para llevar de la mano a quien termine siendo el postulado.

No en vano, Emilio Monzó, titular de la Cámara de Diputados salió a asegurar que CFK será candidata pero por Santa Cruz y que el peronismo se alienará detrás de Florencio Randazzo. Eso es justamente lo que él mismo viene tejiendo con el ex ministro con quien trabajo durante muchos años. Uno de los brazos ejecutores es Sebastián De Luca, que cumple funciones políticas en el ministerio del interior. Lo de Monzó se ¿trata de información o de deseo?

Al margen de cual sea la respuesta, lo único cierto es que para hacer política se buscan recursos y el peronismo tratará de sacar lo que más pueda en el año electoral. Todos se juegan mucho.

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