Por Carlos Tórtora.-

Paradójicamente, el presidente que aseguró que gobernaría sin el Congreso está a partir de hoy totalmente pendiente de lo que pase en la Cámara de Diputados. Después del rechazo por el Senado, un segundo rechazo en Diputados sería el fin del mega DNU y el gobierno se quedaría entonces sin su principal herramienta jurídica. Con la derogación, obviamente dejaría de aplicarse la norma, aunque sería válido todo lo ya realizado con el decreto. La situación es grave, porque no existía, al menos hasta ayer, un conteo exacto de cómo se ubican los diputados de la oposición dialoguistas. Pero el número obtenido por el rechazo en el Senado -42- da para que Javier Milei se preocupe más. El voto negativo de varios senadores radicales indicaría que en Diputados podría ocurrir algo similar.

Ayer a la noche ya había especulaciones sobre la estrategia que seguirá la Libertad Avanza y gana terreno el pronóstico de que, en principio, Martín Menem recibiría instrucciones de postergar el inminente pedido de la bancada de UxP para tratar el DNU. La postergación sería sine die. Como señalaba ayer un dirigente libertario: “Martín no es como Victoria, que jugó a defender la institucionalidad. Él va a cumplir órdenes hasta las últimas consecuencias”.

De cualquier modo, una parte del daño ya está hecho, porque a partir de hoy internacionalmente estará en duda la capacidad del gobierno de llevar adelante su política económica. La inseguridad jurídica se cierne sobre el oficialismo.

Ingenuidad política

Lo ocurrido en el Senado no cabe duda de que tiene mucho de devolución de gentilezas por los sistemáticos ataques de Milei al Congreso, simbolizados en la calificación de “nido de ratas”.

A partir del 1 de marzo, con el anuncio del Pacto del 25 de Mayo, el presidente incurrió en una grave ingenuidad política. Creyó que, dialogando con los gobernadores, éstos neutralizarían a los senadores y diputados. Cualquier dirigente político sabe que los mandatarios provinciales no suelen ser los jefes de los legisladores nacionales y que éstos tienen su juego propio.

La votación de ayer, conociendo la irritabilidad del presidente, bien puede ser la partida de defunción del Pacto de Mayo. En la interna del gobierno, la derrota en el Senado puede caer sobre la cabeza, entre otros, de Guillermo Francos, que sería acusado de ineficiencia política.

Con su decisión de convocar a la sesión por el DNU, Villarruel consiguió dos objetivos. El primero es que despegó de la estrategia del todo o nada de Milei y quedó en una postura moderada. Pero la jugada dio para más y la vicepresidenta le apunta a convertirse en la garante del orden constitucional en un gobierno donde predomina el cuestionamiento al funcionamiento del sistema republicano.

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