Por Carlos Tórtora.-

La contienda en la Cámara de Diputados por la aprobación de la ley ómnibus fue decantando anoche hacia los temas centrales. Y el más central de todos es el artículo 3, que establece para JM las facultades extraordinarias en materia administrativa, de seguridad, económica, financiera, energética y tarifaria. Con estas facultades delegadas, el Ejecutivo podría por decreto imponer muchas de las cuestiones que el Congreso le vetó al tratarse la ley.

El artículo 3 es el corazón del proyecto y la posibilidad de que no sea aprobado en particular coloca al oficialismo al borde del fracaso. Las facultades extraordinarias le fueron concedidas por el Congreso a varios presidentes, incluido Alberto Fernández y nunca hubo mayor resistencia. Con Milei todo es distinto, porque la oposición está convencida de que haría un uso intensivo y no moderado de las facultades. Se aplica acá el mismo razonamiento que se utilizó para el excepcional rechazo del DNU 70/23 por el Senado. El decreto es tan desmesurado que sólo cabe su rechazo.

Anotándose un primer éxito, Martín Menem consiguió que se aprobara que la votación en particular se haga por capítulos y no por artículos, aunque buena parte de la oposición seguía insistiendo en que algunos artículos se traten en forma diferenciada.

Incertidumbre

A esta altura de la noche, todavía hay incertidumbre acerca de si La Libertad Avanza tiene número para aprobar la delegación de facultades. De no aprobarse las facultades, la ley completa perdería entidad y la derrota del gobierno sería enorme.

Martín Menem se juega todo en una pulseada en la que se define buena parte de la gobernabilidad de Milei.

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