Por Carlos Tórtora.-

Pasan los días y no se define si se tratará en extraordinarias el proyecto de ley para suspender las PASO de este año, que presentó el diputado Pablo Yedlin y que expresa los deseos de la totalidad de los gobernadores peronistas. Como contrapartida, La Cámpora pone hoy toda su fuerza en Diputados para que la iniciativa no prospere. El motivo es uno solo: mientras haya PASO es más sencillo presentar listas que compitan con los gobernadores e intendentes y le permitan abrirse camino hacia la toma del poder en el 2023.

Como es obvio, si el proyecto se traba, a partir de marzo, la inexorable marcha del calendario electoral haría que la suspensión resulte jurídicamente imposible. Este escenario es hoy el más probable y en las áreas electorales del gobierno ya se preguntan cómo morigerar los efectos negativos de las PASO sobre la lucha contra el Covid-19. La aglomeración de gente en la jornada electoral implica una movilización de cerca de 30 millones, lo que expone a una multiplicación de los contagios que puede ser geométrica. Y exactamente el mismo problema se presentará dos meses después en la elección general. En los EEUU, las autoridades atenuaron la cantidad de votantes que se movilizó a través del criticado voto por correo, al cual Donald Trump señaló como un mecanismo fraudulento. Esta variable es impensable en la Argentina, donde además, a diferencia de USA, el voto es obligatorio.

Doble gasto

Si no hay entonces suspensión de las PASO por ley, el gobierno se vería obligado a implementar medidas de emergencia para evitar la multiplicación de contagios. La más importante sería llevar a la mitad de votantes la cantidad por mesa, es decir de 370 a 185, con lo cual las posibilidades de contagio se reducirían bastante. Pero esto implicaría duplicar la cantidad de lugares de votación y la infraestructura correspondiente. Esto es, edificios, fiscales, seguridad, urnas, aulas, transporte, etc. En términos monetarios, también el doble del gasto sumado a la siguiente duplicación del gasto en las elecciones generales. El gobierno argumentó que, luego del COVID-19, la segunda razón para suspender las PASO es su enorme costo. Pero la realidad de la pandemia hace que ahora se esté ante la necesidad de un gasto mucho mayor.

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