Por Carlos Tórtora.-

A su vuelta de los EEUU, Javier Milei enfrenta decisiones que marcarán el rumbo de su gobierno. En minoría en ambas cámaras del Congreso, todo indica que el presidente electo dependerá del apoyo de los bloques del PRO pero en Diputados ni aun así tendrá mayoría para la sanción de leyes. Con una operación mediática pocas veces vista por su intensidad, Mauricio Macri juega todas sus cartas para imponer a Cristian Ritondo como presidente de la Cámara y tercero en la línea de sucesión presidencial. ¿Garantiza Ritondo que La Libertad Avanza consiga la mayoría? Desde ya que no, pero hace valer su supuesta capacidad de negociación con los demás bloques. En su desesperación por forzarlo a Milei, Ritondo desliza veladas amenazas como que, si él no es presidente, muchos votos de diputados del PRO podrían darse vuelta.

La realidad es que el PRO y LLA no integran una coalición y que todavía no se habla de la unificación de bloques. Lo que Macri quiere con Ritondo es asegurarse el control de la negociación política con un gobierno sin mayoría legislativa, sin gobernadores y, en particular, sin la provincia de Buenos Aires. Es probable entonces que Milei deba gobernar en un permanente estado de crisis y Macri quiere tener la llave de esa crisis en Diputados. Aunque hoy sea sólo una hipótesis, hay que pensar en qué pasaría con esta Cámara de Diputados si en el futuro llegara a prosperar un pedido de juicio político al presidente.

Obviamente, el remedio para estos males es que en la elección de medio término del 2025 Milei obtenga un resonante triunfo y mayoría propia en Diputados. Pero esto es, en términos de la política actual, el larguísimo plazo.

Ella quiere más

Así como Macri pretende envolver a Milei en Diputados y manejarle la gobernabilidad, Cristina Kirchner apunta a dejarlo al presidente sin el control de la Cámara de Senadores. Haciendo valer su mayoría, el kirchnerismo quiere designar como Presidenta Provisional del Senado a Juliana Di Tullio o Anabel Fernández Sagasti, quedándonse así con el segundo lugar en la línea de sucesión presidencial. Aparte de esto, Cristina pretende, siempre haciendo valer su mayoría, quedarse con el control de las secretarias Parlamentaria y Administrativa, las dos que gerencian el Senado.

Pero hay más. La Comisión Bicameral que aprueba los DNU podría quedar integrada con los libertarios en franca minoría, generándole al gobierno un severo condicionante.

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