Carlos Tórtora dialogó con Martín Simonetta, Director Ejecutivo de la Fundación Atlas, sobre la etapa de transición que se inicia el lunes.

CAT: Dos opciones: ballotage o gana Scioli el domingo. Luego se abre una etapa de transición que, en el caso de ganar Scioli, es una etapa hasta el 10 de diciembre y, en caso de que haya ballotage, hasta el 22 de noviembre. Tomando estas dos vías, ¿cómo ves la economía en ese pequeño período y las variables que pueden jugarse?

MS: En todos los casos va a haber que hacer algún tipo de acomodamiento de los números, o sea, cuál fuera el resultado. Tiene que ser más rápido, más despacio, más lento, etc. Pero lo cierto es que va a haber que acomodar cuestiones como la inflacionaria y la cambiaria, que son dos puntas de este iceberg. Hay una serie de puntos importantes para corregir, debido al modo en el que se llega al final de este ciclo político y económico, con muy poco margen de maniobra.

CAT: ¿Vos creés que, si gana Scioli, este gobierno va a ayudarlo absorbiendo costos de decisiones impopulares para que llegue en buenas condiciones?

MS: Scioli tiene un discurso hoy, pero creo que va a tener otro si llega a ganar. Hoy en día tiene que negociar con Dios y con el diablo, diciendo cosas absolutamente contradictorias para los distintos mercados para los que habla. Hoy uno escucha el discurso oficial, que se basa en la «fe y esperanza» pero de medidas concretas no se habla. Lo cierto es que va a haber una realidad que va a tener que afrontar sí o sí una vez que gane.

CAT: ¿O sea, vos creés que Scioli, ganando, cambia el discurso?

MS: No sé si el discurso, pero va a tener que tomar medidas que contradigan el discurso. Un dato interesante para mí son los ministros que está señalando, que tienen que ver más con la Provincia que con los del Gobierno Nacional, salvo alguna excepción como Bossio. Es interesante escuchar lo que opinan los candidatos a ministros y el entorno, que a veces es un poco distinto al discurso oficial sciolista. Él va a empezar a librar una batalla interna. Y si llega a ganar, le espera a la vez la batalla contra la situación económica y lo que deja el gobierno actual.

CAT: Pero durante la transición, medidas no va a poder tomar sino más bien definiciones.

MS: Sí, en los primeros días no es esperable que se tomen grandes medidas. Es distinto en el caso de Macri, que ya anunció, por ejemplo, que vamos a tener expectativas más concretas, más rápidas, más de shock en los primeros 100 días. En el caso de Scioli, deberíamos pensar en reformas, que hay que hacerlas, porque son inevitables y no por convicción. En general, lo que suele pasar es que el peronismo deja la bomba para que explote al que sigue y en este caso los que siguen son ellos mismos o algo parecido.

CAT: Acá hay un juego especial. Muchos kirchneristas no lo dicen; otros lo dicen públicamente. Se imaginan que tienen que votar con la nariz tapada a Scioli pero porque después Zannini va a ser presidente.

MS: Es una situación muy compleja y por eso destaco esto de pensar desde el punto de vista económico pero a la vez desde la lógica política, porque hay cosas que desde la economía son relativamente sencillas de solucionar con una visión sensata; pero cuando agregamos la variable política, se convierte esto en algo de resultados mucho más inesperados o difíciles de predecir. Es cierto que si gana Scioli comienza una interna pero ya con en la pluma en la mano. Ahora, desde el punto de vista político, debe ceder ante el oficialismo y la Cámpora; después sería otra cuestión: que tampoco el sciolismo quiere realizar grandes reformas, pero va a haber muchas que van a tener que realizar porque no les queda otra opción. La situación que vemos en el campo, la situación en cuanto a las exportaciones e importaciones, en las economías regionales, hará imprescindible que tengan que tomar medidas con bastante rapidez. Nadie quiere decir que si asume vaya a devaluar, a bajar la inflación rápidamente y a recortar gasto público. Pero por algún lado dos más dos es cuatro, por algún lado va a haber que hacerlo aunque ellos mismos no quieran hacerlo. En el caso de Macri, está esto mucho más declarado; hay planes de distintos economistas, algunos más acelerados y otros menos, pero sí se identificaron los problemas y la idea es trabajar sobre estos. Por ejemplo, se reconoce una inflación cercana al 30%, una brecha superior al 70% entre el dólar oficial y el no oficial, se reconoce una «asfixia» en las economías regionales muy profunda y que se ve menos en CABA Y GBA. Y, digamos, sacarles un poco el pie de encima a los sectores más competitivos a nivel internacional.

CAT: Pero Macri pertenece a la alternativa del ballotage; hay que especular con que el oficialismo entre en una situación de extrema tensión. Me imagino que Scioli sería acusado de ser un pésimo candidato que no supo defender con vigor la ortodoxia del modelo.

MS: Tal cual, y lamentablemente en este camino electoral, cuando todos estamos esperando a ver qué pasa, las cosas no se mueven y la economía está expectante a ver qué medidas se van a tomar, qué escenarios va a haber, que pueden ser muy buenos, porque el contexto internacional, tomando las decisiones necesarias, podría llegar a ser espectacular para la Argentina. Pero también podemos manejarlo desde una perspectiva de corto plazo, como se dice hasta el momento, viviendo de los buenos precios de los commodities, que siempre son zigzagueantes y hacen bailar la cuestión fiscal al ritmo de la incertidumbre. Sería interesante que se defina rápido para los argentinos y para poder a empezar a dar vuelta la página, porque hace mucho tiempo que venimos leyendo este cuento repetido. Mientras tanto, la economía está en una situación de estancamiento e inflación; las consecuencias las sufre la ciudadanía y, el hecho de que uno de cada tres argentinos vivan en la pobreza es una consecuencia inevitable de esto.

CAT: Ayer, en un reportaje en este medio, Roberto Cachanosky lanzó un hallazgo emblemático: “Lo que pasa es que inversiones para la gestión Scioli son imposibles porque el vice es Zannini, porque los inversores buscan un reaseguro y el mismo sería la mano derecha de Cristina.”

MS: Claro, realmente el factor Zannini es un punto que genera mucho temor, incertidumbre y es como construir un edificio sobre cimientos barrosos. Pensemos que en el mundo, nosotros hablamos de un mundo global en el cual los países compiten por tener inversiones y Argentina no es el único lugar donde pueden ir las inversiones. De hecho, tampoco Argentina puede atraer a las inversiones de los argentinos, por lo cual muchos ciudadanos prefieren tener su dinero bajo el colchón que ponerlo a trabajar o en un ámbito que pueda reactivar el resto de la economía. Por eso, digamos que los aspectos institucionales y la certidumbre que dan las discusiones tienen efectos fundamentales sobre la economía. Repito lo que decía recién, necesito eliminar el pantano institucional para poder empezar a soñar en un edificio.

CAT: Estoy de acuerdo con que la seguridad jurídica y la normalidad institucional son fundamentales para que la economía funcione. Lo que pasa es que cuando vos anunciás un gabinete, que en el caso del director de la AFIP tiene acumulada una docenas de causas penales, entonces el mensaje que estás dando ¿cuál es?

MS: Totalmente, es un mensaje complejo, incierto y va a ser lento. Vamos a tener que ir viendo paso a paso lo que sucede y, también en un punto la economía tiene que mirar cómo se resuelve la batalla dentro del peronismo K o no, sciolismo vs. Cámpora y ver qué es lo que sucede. Todo esto va a tomar tiempo, estamos cansados de esperar los argentinos. Las elecciones se dan en este marco.

CAT: La historia del peronismo hasta ahora siempre fue que el que está en el poder no permite formar oposición interna que valga. Estamos frente a un fenómeno curioso, a un aparato de poder que tiene muchos recursos fuera del Estado, el kirchnerismo. Puede ser el kirchnerismo la excepción a la regla y que le dé pelea a Scioli como nunca ningún sector peronista le pudo dar pelea a un presidente.

MS: Acá hay muchas preguntas y, todas van a lo político. Lo económico se apoya en lo político y en un país serio habría más posibilidades de que la política no afectase a lo económico. Pero acá podríamos ir al norte o al sur.

CAT: Vos decís que acá está claro lo que hay que hacer en economía pero que las variables políticas son demasiado fluidas o demasiado fuertes.

MS: Exacto, por eso es importante ver la forma en que se resuelven. Una característica de los países con baja calidad institucional es la imposibilidad de prever. Justamente el rol de las instituciones es dar certidumbre, venga quién venga tenemos una regla para los próximos 5-10-20 años. Esto no sucede en la Argentina. Podemos ir al norte o al sur sin ningún tipo de miramientos. En un país como EEUU, si gana un demócrata o un republicano, se pueden modificar determinadas variables pero hay aspectos esenciales de los fundamentos de la economía que no van a variar. Ése es el gran tema de nuestro país.

CAT: En el caso de lo institucional seguramente vamos a salir del autoritarismo, porque no le veo a Scioli voluntad de ejercer un poder así de omnímodo como han ejercido Cristina y Néstor. ¿Pero vamos a salir del hiperpresidencialismo o vamos a entrar en otro más moderado o más contemporizador?

MS: No debemos esperar que los genes de la sociedad cambien de un día para el otro. Vamos a salir tal vez de la era K, que fue la peor de las opciones, pero no vamos a pasar a ser un país como Suiza de un día para el otro.

CAT: O sea que vos ves un gobierno fuertemente presidencialista.

MS: Absolutamente, un liderazgo carismático, un liderazgo mucho más amigable en términos de Max Weber. La historia de Scioli se construye sobre ese perfil y le ha rendido políticamente. No es que sea bueno o malo pero va a ser un gobierno basado en la figura del presidente y muy dependiente.

CAT: Con las instituciones en cuanto a justicia, etc., ¿todavía en terapia?

MS: Como ya sabemos nosotros, Argentina es un país con tres poderes pero en lo formal. No hace falta que chequeemos demasiado cómo el Congreso puede llegar a ser una escribanía y la Justicia también, en muchos casos. E incluso el cuarto poder, los medios, no en su totalidad, pero una parte importante está regada por la billetera oficial.

CAT: Se habla mucho de que ahora las circunstancias van a obligar por la situación del Congreso a que haya permanentes coaliciones y acuerdos. Yo no digo que no, pero ¿vos creés que acá el eje del equilibrio político va a pasar por acuerdos entre partidos o esto se va a concentrar en el presidente y él hará alianzas personales?

MS: No, yo calculo que se va a basar en la figura del presidente y los acuerdos que puedan devenir del mismo. La capacidad que tenga la billetera oficial y federal de alinear a los demás jugadores políticos tanto al nivel parlamento como al nivel de gobiernos provinciales y municipales. Ahora el desafío es la construcción y la solidificación de un vector sobre el cual poder gobernar en esta Argentina salvaje. Por eso digo que la economía es importante y fundamental, pero ésta se asienta en la política lamentablemente. Sería ideal que hubiera reglas independientes de la situación política, lo cual nos transformaría en un país serio y previsible en el cual se pueda planificar. Y que los presidentes fueran simples administradores y, que no es el caso de la Argentina, lamentablemente.

CAT: Volviendo al ballotage, ¿ves en las semanas sucesivas al 22 de noviembre un calentamiento importante de los mercados?

MS: Sería complicado por muchas cuestiones; una de ellas es cuál es el costo de mantener el dólar barato. Cuántas reservas va perdiendo el Banco Central por día en la medida que no sabemos a dónde vamos todavía. Por eso lo más rápido sería una pronta solución para cualquier lado. Nosotros, lo que vivimos en la Ciudad, ¿cuántas veces hemos votado? Cinco domingos sobre cincuenta y dos que tiene el año. Es horrible, un abuso en el contexto de un voto obligatorio donde la gente debe disponer de su tiempo para legitimar un régimen que en muchos casos no está convalidando. La gente quiere que esto se defina de una vez por todas para poder planificar, y los negocios y las inversiones argentinas y extranjeras para terminar con las incertidumbres.

CAT: En el caso de que gane Macri, le podría ir peor o mejor, pero sabremos cuál es el rumbo. En caso de que gane Scioli, la interna peronista va a ser tan fuerte que va a haber que descifrar todos los días lo que está pasando, ¿no?

MS: Coincido plenamente. Por eso, digamos que creo que va a negociar desde otro lugar de poder al ser ya presidente pero va a haber una batalla interna muy fuerte. En el caso del PRO, está mucho más alineada, si bien las estadísticas muestran algunos obstáculos para llegar. Pero, como no podemos creer en nada, veamos qué pasa el domingo.

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