Gabriel Dreyfus, uno de los publicistas de más trayectoria en nuestro medio, hizo con Carlos Tórtora un diagnóstico sobre las actuales campañas electorales.

CAT: Aprovechando tu especialidad en publicidad, ¿cuál es tu apreciación del debate presidencial?

GD: Mirá, el debate estuvo bien, pero no sirve para mucho; sobre todo, un debate entre cuatro o cinco no es un debate. Por lo general son más chicos. Entiendo que sea difícil hacerlo porque estarían dejando afuera a otros que también son candidatos pero evidentemente los candidatos que tienen posibilidades de ganar son menos.

CAT: ¿Para vos el debate a medida que crecen los participantes se desnaturaliza?

GD: Sí, se desnaturaliza. Pierde interés. El debate generalmente es entre los dos que tienen más posibilidades de ganar.

CAT: ¿El debate es a la americana?

GD: Claro. Los americanos inventaron esto.

CAT: ¿Es una creación de las campañas electorales americanas, no?

GD: Creo que sí. Por ahí hubo debates en Inglaterra pero antes de la televisión.

CAT: ¿Cómo analizarías las 3 campañas presidenciales más importantes (Scioli, Macri y Massa)?

GD: En realidad yo no veo ninguna campaña sólida. No sé hasta qué punto una campaña por creatividad o inteligencia puede captar el voto de alguien. No vi nada en las campañas que diga “¡qué maravilla lo que están haciendo!”

CAT: Parecen muy convencionales, faltos de originalidad…

GD: Vos lo dijiste. Les falta originalidad.

CAT: No siempre ha sido así comparando para atrás…

GD: No, no siempre. Hubo mejores campañas. Yo trabajé en la de Alfonsín y me acuerdo de ésa, pero hubo mejores.

CAT: Cuando hubo mejores, ¿era porque había más ideas, otro clima social o porque eran distintos los candidatos?

GD: Porque eran distintos los candidatos. No podés cambiar la imagen que tiene un candidato conocido que no se destaca por sí mismo, y la publicidad no hace magia. Entonces la campaña de Macri yo la considero correcta pero no mucho más que eso.

CAT: Me acuerdo de Fernando de la Rúa. ¿No tuvo una buena fabricación de imagen?

GD: Tuvo una pésima fabricación de imagen. Quisieron transformarlo en Perón. Pésima decisión, generando las expectativas de liderazgo para lo que era De la Rúa.

CAT: ¿Pero fue exitoso o no?

GD: No. Lo que pasa es que a él no lo hizo presidente la campana. Lo hizo presidente la pelea entre Menem y Duhalde, entre otras cosas. Iba a ganar De la Rúa. Entonces esa campaña para mí sobreestimó al candidato. Creó expectativas que De la Rúa evidentemente no cumplió.

CAT: Ahora tenemos una situación bastante extraña. El tercero, que está por debajo con bastante diferencia, o sea, Massa con relación a Macri, tiene un protagonismo mediático que por momentos lo supera a él y hasta al propio Scioli. O sea, el tercero tiene una iniciativa de campaña mayor, lo cual me parece bastante extraño.

GD: Puede ser. De todos modos, el adversario de Massa es Scioli y el de Scioli, Massa. La gente que va a votar a Macri no va a votar ni a Massa ni a Scioli. Entonces, casi diría que hay una pelea entre ellos por captar votos peronistas. Es más, ellos creen que hay que captar los votos del peronismo.

CAT: Vos no creés que Massa le quite votos a Macri.

GD: Y… algún voto le quitará. Pero en realidad están peleando en el mismo patio Massa y Scioli.

CAT: Lo que pasa es que Massa está peleando para un objetivo que, para mí, no está claro. Está peleando como si le fuese posible llegar al ballotage, lo cual es casi imposible…

GD: Yo creo que es casi imposible. Pero ese “casi” nadie dice que puede pasar. Pero de todos modos, uno no puede hacer futurismo. Lo que creo es que está ahí y si se está presentando es por algo. Si no, buscaría una excusa y no se presentaría. Nadie se presenta para perder; en todo caso, para perder siendo segundo y consagrándose como la principal fuerza opositora…

CAT: En el caso de que salga tercero tendrá un conjunto de bancas.

GD: Eso sí, en ese caso, yo haría otra campaña.

CAT: Ahora, en el caso de que haya ballotage, el tercero que es Massa, en un país donde el voto se ha volatilizado, puede arrastrar a sus votantes…

GD: El voto se definiría entre bambalinas. Se define supongo que con Massa hablando con Macri o con Scioli, dependiendo de quién va primero.

CAT: Eso significa que los votos de Massa van a ir adonde él arregle personalmente.

GD: De ninguna manera. Y eso tampoco Massa lo puede decir. Ninguno puede decir que no va a ganar y que sus votos van a otros. Pero lo pueden decir indirectamente en reportajes, notas. De todos modos, lo que yo creo es que la gente a la que le interesa la política no está de acuerdo con el voto obligatorio. En la Argentina hay que mantenerlo por diversas razones, la posibilidad de fraude entre ellas. Pero obligar a alguien a votar es una locura. Si no estás capacitado para votar, no votes. No sé cuánta gente piensa el voto. Creo que la gente que piensa su voto está por debajo del 50%. Otros van a votar según simpatías u odios pero tampoco van a razonar su voto totalmente.

CAT: Aparte, existe el condicionante económico, que en estos últimos años se ha convertido en determinante para un porcentaje muy alto de la población.

GD: Sí, para todos. “Los pobres votan con el estómago y los intelectuales con la cabeza” y por eso casi siempre se equivocan. No podés racionalizar tu voto. Si votás porque eso es lo mejor para la patria, bueno. Pero no siempre es así. Además, los que votan pensando en el voto son la minoría.

CAT: Todavía las encuestas muestran inseguridad, porcentajes altos de gente que todavía no define el voto. Acá, ¿qué es lo que juega fuerte, el cansancio por las campañas electorales infinitas o la poca diferenciación entre los candidatos?

GD: Eso último que dijiste es importante. Yo creo que otra cosa importante es el desencanto. Digamos, en la primera elección de Perón, por ejemplo, uno daba la vida porque Perón estuviera o todo lo contrario. Esas cosas se perdieron. En este momento yo creo que no hay nadie en esa postura. Si vos le explicás a un extranjero quiénes son Massa y Scioli no va a encontrar diferencias… No son del mismo partido pero tampoco se puede decir que son peronistas.

CAT: Macri sí se diferencia de ellos.

GD: Macri se diferencia un poco pero tampoco es el polo opuesto. Son diferencias. Los votos de Macri son auténticos, no digo que sean buenos o malos. Hay un sector de la población que piensa y lo vota a Macri. Ahora, lo vota a Macri y habría que ver cuántos son felices votándolo. En este momento no hay un fanatismo ni un amor u odio por ninguno de los tres candidatos. Esto tiene su parte positiva y tiene su parte negativa.

CAT: Positiva porque la política es menos violenta.

GD: Es menos violenta. Yo creo que antes dividía hasta familias y ahora no ocurre. Ahora, ¿será bueno o malo que no ocurra? En parte es bueno pero en realidad es malo, porque no hay esperanzas puestas en nadie.

CAT: Esta escasez del consenso social, del apoyo, ¿no debilitará a cualquiera que gane?

GD: No. Yo creo que no. En países donde hay dos partidos y bipartidismo fuerte evidentemente hay gente demócrata o republicana que disiente, porque si no, no siempre ganarían los mismos. Pero acá, en este momento, no hay un bipartidismo fuerte. Ni siquiera hay un peronismo ni un antiperonismo fuerte. Por suerte o por desgracia, se perdió. Yo creo que no hay alguien que represente un amor absoluto para nadie ni un odio absoluto. La gente que razona su voto puede llegar a votar tan bien o tan mal, al igual que la gente que vota por obligación.

CAT: ¿Esto por qué es?

GD: Y bueno, esto es porque se ha perdido confianza e interés en la política. Esperábamos que la democracia fuera un bien universal y no lo fue.

CAT: Acá hay algunos hechos discutibles. Por ejemplo, el gobierno, me da la impresión de que ha ganado una batalla psicológica importante y es que mucha gente de clase media que no tiene planes sociales le ha tomado cierto temor o desconfianza al cambio económico, al modelo “Cambiemos” y esto lo ayudó a Scioli.

GD: También hay mucha gente que está esperando el cambio. Entonces, para eso sirven las elecciones. Si me preguntás a mí, yo estoy esperando un cambio. Para eso sirve la democracia. Pero también hay que ver otra cosa que es aún más difícil: quién representa el cambio y quién la continuidad. Tampoco lo sabemos. Yo no creo que Scioli sea la continuidad del kirchnerismo; viene del mismo espacio pero quizás es más anti kirchnerista que Massa.

CAT: Podés presumir que tal vez Scioli esté mucho más dispuesto a cambiar cosas.

GD: Sí, de lo que sería un candidato postulado para la continuidad.

CAT: ¿Eso significaría que el peronismo se alinearía con la nueva postura?

GD: El peronismo, si es que sigue existiendo, que todos sabemos que no. En algún momento pasará. Nadie te puede decir en el país si es federal o unitario.

CAT: ¿Potencialmente Scioli podría ser tan innovador como quiere ser Macri?

GD: Sí o no. Massa es el que planteó y dijo cuál sería su equipo económico. Eso es un punto a favor de Massa para ganar votos. Sea cierto o no lo sea. Pero los demás están votando etiquetas. No sabemos quién va a ser el ministro de economía de Macri ni de Scioli. Quizás nos desayunamos con la idea de que tal vez ambos están pensando en la misma persona.

CAT: Es probable.

GD: Hay partidos que pueden despertar simpatías u odios que no tienen la posibilidad de ganar.

CAT: ¿Tu impresión es que vamos hacia un período de transición e inestabilidad o hacia la consolidación de un nuevo poder muy concentrado?

GD: Yo quiero ser optimista y pensar en la segunda opción que me decís. Pero no creo que esto se dé ahora; se dará dentro de cuatro u ocho años, recién. Lo que hay que hacer ahora es salir de la mejor manera posible. Y que de a poco vaya surgiendo un modelo que represente una esperanza para la gente. Yo no creo que nadie en esta elección vaya a votar con una enorme esperanza o un amor por nadie salvo su mujer (risas).

CAT: ¿Qué harías si fueras el publicista de Scioli o Macri, si se da el ballotage?

GD: Mirá, la verdad es que sería un audaz si te contestara ahora. Evidentemente hay que pensarlo mucho y si tuviera la respuesta, la cobraría. Macri puede ser diferente, te guste o no te guste, pero los demás están comprometidos con el pasado y no pueden despegarse de eso. Si a alguien le contás la historia política de Massa sin decir que es un candidato de la oposición, es el candidato de la continuidad. Está todo muy mezclado.

CAT: ¿Y esto en el ballotage no lo favorecería a Macri?

GD: Sí. Pero yo dudo que Macri pueda ganar el ballotage. Yo preveo que Macri llega al ballotage. Me parece muy posible. Ahora, después, es dudoso lo que pase…

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