Por Guillermo Cherashny.-

No hay ninguna duda que estamos frente a un gobierno mediocre que recibió una pesada herencia y una pandemia nunca vista, pero su performance es mediocre, por no decir mala, en economía y salud. En efecto, Kulfas, Marcó del Pont y Pesce son los inventores del cepo de 2011, que fracasó rotundamente y que le hizo perder las elecciones a Cristina en el 2013, y Martín Guzmán, al que se lo quiere mostrar como un amigo de los mercados, no sabe cómo salir del cepo y mantiene una brecha entre el dólar oficial y los otros cercana al 80%, por lo cual los buenos precios de cereales y oleaginosas no se pueden aprovechar en plenitud y el BCRA no para de perder reservas, aunque en enero ganó la módica suma de 100 millones de dólares, pero a mitad de febrero se cae la demanda de dinero y falta para que se liquide la cosecha gruesa y lo que queda de la anterior unos 7 millones de toneladas de soja no se liquidan por la amplia brecha.

En cuanto a la gestión de salud y en lo que hace a la provisión de vacunas, hasta ahora es una fracaso total, no sólo por la demora de la Sputnik V y la de Astrazeneca, es decir, la de Oxford, sino por la vacuna china de Sinopharm, que ya la tienen Brasil y Chile y que no la tenemos por las intrigas palaciegas de Felipe Solá y Sabino Vaca Narvaja, el supuesto experto en China que brilla por su ausencia y que ni siquiera logró firmar un convenio marco.

A pesar de todos estos desaciertos, hoy por hoy el Frente de Todos tiene grandes chances de ganar las elecciones en la provincia de Buenos Aires si se mantiene unido -como seguro lo hará-, porque la última derrota del peronismo unido fue en 1997, cuando Menem y Duhalde perdieron con la alianza que era una visión de la política del radicalismo liderado por De la Rúa y los ex peronistas del Frepaso encabezados por Chacho Álvarez y Graciela Fernández Meijide. En cambio, Juntos por el Cambio tiene muy fresco el rotundo fracaso de Macri y surgió una nueva alternativa liberal encabezada por Milei y Espert, que tiene buena intención de voto, y también el lavagnismo residual, que puede sumar votos peronistas anti K, por lo cual, pese a todo, lo malo de este gobierno puede ganar en octubre y más si se suspenden las PASO, porque los votos de los liberales quedarían firmes y no se fugarían a la oposición más fuerte como es Cambiemos. Pero esta suspensión de las PASO hasta ahora no se logró por la falta de visión de La Cámpora, que antes que ganarle a la oposición macrista piensa en derrocar a los barones del conurbano, lo que demuestra que La Cámpora sólo quiere cargos con caja para quedarse con todo el Frente de Todos. Y si eso pasa, en lugar de ganar las elecciones, las perdería por el miedo que generan en gran parte de la opinión pública.

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