Por Maxi Pérez (Agencia NOVA).-

La gobernadora María Eugenia Vidal, con blindaje mediático (Dibujo: NOVA).

El blindaje mediático sobre la gobernadora María Eugenia Vidal, que como ya advertimos varias semanas atrás se ha convertido en la reserva de poder político para el macrismo a nivel nacional, tuvo esta semana un pico máximo motivado además por las por lo menos sospechosas excentricidades de algunos ex funcionarios del gobierno anterior.

Todo empezó el domingo pasado en el living de la diva de los teléfonos Susana Giménez que entrevistó de manera exageradamente amigable a la gobernadora y como remate tuvo al aún no recuperado de sus problemas de adicciones Chano Carpentier, remarcando que no sabe nada de política, que no le gusta leer nada pero que se entusiasma cuando ve «gente copada (sic) como María Eugenia y Mauricio (Macri)».

En esa aparición televisiva Vidal reclamó achicar el gasto de seguridad de los funcionarios y no más de 3 minutos después relato que vive con sus hijos en una base militar que le garantiza mayor seguridad y espacio para que puedan andar en bicicleta y otra actividades al aire libre. Omitió hablar de los gastos de mantenimiento de esa propiedad o al menos de los más de 600 mil pesos que costó su remodelación. Por supuesto que la conductora no repreguntó sobre ese asunto.

Pero ni la mejor estrategia comunicacional del gobierno podía incluir la espectacularidad que representa una caja fuerte oculta en la escultura de un dragón metálico en un patio con pileta, ni más ni menos que en una propiedad del exclusivísimo country Abril de Berazategui.

Fue una denuncia por enriquecimiento ilícito de la Diputada Elisa Carrió la que llevó al fiscal Álvaro Garganta a allanar la casa de Walter Carbone, ex director General de Administración de la jefatura de Gabinete en el gobierno de Daniel Scioli y encontrar el mamotreto metálico.

De poco sirvió que esta semana la investigación perdiera fuerza porque no hubo forma de encuadrar un delito por la sola presencia de una caja fuerte, más allá de las cuestiones éticas y por supuesto la sospechosa excentricidad del ex funcionario que de todas maneras continuará siendo investigado. La cortina de humo creció a niveles insospechados por los propios operadores del gobierno y quitó de la vista todos los baches de la gestión en los últimos días.

Es cierto que el recorrido en la provincia tiene muchos menos curvas peligrosas que a nivel nacional, pero también es cierto que la cuenta regresiva está en marcha y Vidal no consigue los fondos para poner en marcha en plan de obras públicas que vienen anunciando con bombos y platillos, y hasta algunos funcionarios de segunda línea admiten que por el momento sólo se han reactivado tareas en obras licitadas durante la gestión anterior.

Por ahora ni paridad ni blanqueo

El equipo económico de Alfonso Prat Gay tiene todas las expectativas puestas en la llegada de dólares a través del plan de blanqueo de capitales que, esperan, logra captar ahora por entre 40 y 60 mil millones de billetes norteamericanos, aún cuando sean «exteriorizados», es decir que siendo declarados sigan depositados en el exterior.

Pero para lograr que la oferta sea verdaderamente atractiva para los ahorristas, es necesario que las provincias adhieran al blanqueo y también condonen deudas por el dinero no declarado, de manera que no sea tan onerosa la regularización. Por eso, otra vez Vidal se convertía en la mejor alumna del presidente Macri y acordaba una ley con sus socios massistas para garantizar la adhesión a pesar de las críticas de otros sectores.

La negociación se trabó por dos motivos, uno de superficie, que es la negociación con el Frente Renovador que a cambio del tratamiento y aprobación exigía el acompañamiento a la ley de paridad, una reivindicación de derechos políticos femeninos que le permitiría a Sergio Massa sacar a la cancha a su esposa Malena Galmarini sin pagar el costo de llegar por ser «la mujer de».

Pero hay otro motivo, no del todo explicito y que tiene que ver con las necesidades de financiamiento de la provincia. Es que en el gobierno no ven con malos ojos darle entidad a la propuesta de algunos sectores del Frente para la Victoria que buscan incluir una cláusula en la ley que condicione la condonación de deuda a los ahorristas que adhieran al blanqueo a un compromiso del Estado nacional de transferir parte de los nuevos recursos obtenidos, como coparticipación o como aumento del fondo del conurbano.

Además, de primar la interpretación según la cual condonar deuda equivale a generar un gasto, la legislatura necesita de una mayoría especial de dos tercios de los legisladores presentes, y como lo explicamos la semana pasada, si el FPV en todas sus variantes logra acuerdo tiene chance de bloquear el tratamiento y aprobación del proyecto en diputados.

En el oficialismo saben que los acuerdos con los renovadores tienen fecha de vencimiento cuando Massa lance su propia candidatura o la de Malena y buscan acuerdos más territoriales, por ejemplo con los intendentes del Grupo Esmeralda, que le permitan mantener el equilibrio legislativo, al menos hasta diciembre de 2017, momento en el cual esperan aumentar el número de legisladores propios y obtener mayorías propias.

Sindicatos, bien gracias

Una breve pero necesaria mención merecen los sindicatos “dialoguistas” de la provincia que han encontrado en la negociación de paritarias cortas un mecanismo para no tensar la cuerda con el gobierno a pesar de que sus afiliados terminaran el año igual que el resto, con una pérdida del poder adquisitivo del orden del 15%.

La Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN), junto con la FEGEPPBA y nuevamente Soeme, funcionan como una suerte de pata sindical del gobierno de Vidal bloqueando cualquier iniciativa del resto de los sectores gremiales, aunque miran con preocupación lo que ocurre a nivel nacional porque si finalmente como se anunció este viernes la CGT convoca a un paro general no tendrán margen para esquivar la medida.

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