Por Guillermo Cherashny.-

Hasta hace unas semanas, Horacio Rodríguez Larreta era atacado en Twitter y Facebook por los fanáticos de Juntos por el Cambio, más conocidos como “los trolls de Marquitos”, que en realidad no son cuentas falsas sino personas de carne y hueso de la una línea dura sin concesiones al kirchnerismo y al peronismo, que cuestionaban al Jefe de Gobierno de CABA por una posición “blanda” ante el Presidente de la Nación.

En efecto, el presidente, en una oportunidad, lo trató de “amigo” y ese calificativo enfureció a los K y al ala dura de Juntos por el Cambio que organizó los cacerolazos contra el gobierno junto a marchas en varias ciudades del país y que preparan otra para el 17 de agosto en contra de la reforma judicial.

Hasta ahora, Rodríguez Larreta nunca contestó los ataques del fuego amigo; pero desde el domingo pasado, la vicepresidenta lanzó una crítica en Twitter por la represión policial contra unas organizaciones de derechos humanos que marchaban por el año de la muerte de Maldonado y que agredieron a la policía, a lo que siguió un tweet de Wado de Pedro, el Ministro del Interior.

Pero en la semana, a los ataques diarios de Kicillof y sus autoridades de salud, Gollan y Kreplak, se sumó Luana Volnovich, la titular del PAMI, que acusó al gobierno de CABA de no atender a los jubilados, que fue refrendado por el mismísimo presidente Alberto Fernández, convalidando esa crítica.

Algunos analistas interpretaron que la aparición de encuestas que le dan muy bien a Rodríguez Larreta por encima del Presidente es lo que no se soportó en el gobierno nacional. Sin embargo, esa andanada de críticas que nunca contestó Rodríguez Larreta lo convirtió en indiscutido líder de Juntos por el Cambio en ausencia de Macri por su viaje a Francia y opacó la figura de Patricia Bullrich, que todos los días lanza dardos contra el gobierno nacional sobre cualquier tema.

Así las cosas, no hay mejor estrategia para un líder político que sus adversarios cometan el error de atacarlo por hechos discutibles o chicanas políticas para defender el descontrol del conurbano.

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