Por Guillermo Cherashny.-

Los cálculos del gobernador para intentar ganar en primera vuelta establecen que necesita más de un millón de votos más de los que tiene, de los cuales 400 ó 500.000 debería encontrarlos en la provincia de Buenos Aires. Con estas necesidades, las opciones básicas que se barajan son desmarcarse del cristinismo o, por el contrario, sacar a la cancha a la presidente para que sume votos en el segundo y tercer cordón del conurbano. Hasta ahora, la opción elegida sería dual, intentando utilizar los dos recursos, dirigidos, obviamente, a distintos públicos. Como se advierte, en los nuevos afiches dice sólo Scioli y no figuran ni Carlos Zannini ni la kirchnerizada palabra Victoria. También la presidente visitará el conurbano, que asimismo la tendrá de gira a Juliana Awada, la esposa de Macri que, como dijimos ayer, presenció la reciente comida entre éste y Massa. Es cierto que el incremento de votos planteado como objetivo no asegura el 45% necesario para ganar en primera vuelta. Para que no haya segunda vuelta, es necesario alcanzar el 40% y obtener 10 puntos de ventaja sobre el segundo. Algunas estimaciones indican que el Jefe de Gobierno el 25 de octubre tendría un techo de aproximadamente 32%, así que Scioli, con un millón de votos más, obtendría el margen del 10% necesario para ganar.

Números finitos

En este punto es donde los cálculos se vuelven muy finitos, porque CAMBIEMOS podría estar en el borde de los 10 puntos de diferencia con Scioli. Mediciones recientes indican que habría perdido el 1% que se fue para el lado de Margarita Stolbizer y aparentemente le quitó a UNA el 1,5%, que se concentra en votos correspondientes a Córdoba. En la docta, cuya ubicación en el padrón nacional es de más del 9%, el gobernador se acercó al 40%, es decir, un 3,5% del padrón nacional. Macri podría aspirar a un poco menos de la mitad de este paquete, aunque el «Gallego» se juega entero para mantenerlo, con el objetivo de conseguir dos senadores nacionales y 4 diputados nacionales. Está claro, por otra parte, que el gobierno llegaría al 25 de octubre en materia económica con la lengua afuera y que el electorado muestra señales de cansancio por estos doce años. Sin embargo, la ventaja que tiene Scioli sería la posibilidad de capitalizar algunas deficiencias de Macri como candidato. Es un hecho que, al conservar Massa el 20% de los votos en las PASO, la polarización real entre Scioli y Macri no se produjo, lo que perjudica en buena medida al gobernador, al no facilitarle la captación de los votantes peronistas que siguen al tigrense. En la vereda de CAMBIEMOS, se alegran por el estancamiento del gobernador, porque saben que no pueden subir mucho, así que rezan para que éste no consiga una ventaja del 10% y llegar así a la segunda vuelta contando con el apoyo de Massa en el ballotage. Pero si Scioli no gana en primera y a la vez mantiene los más del 8 puntos de margen que obtuvo en las PASO, Macri necesitaría para ganar quedarse con 14 puntos de UNA y que Scioli se lleve el resto. Esto produciría un empate técnico y pesarían entonces los votos en blanco, que aumentarán, por el Frente de Izquierda de los Trabajadores y parte de los votantes progresistas que no se decidan por ninguno de los dos candidatos.

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