Por Rubén Lasagno (Agencia OPI Santa Cruz).-
Sin más datos que la observación, la información pública y el conocimiento empírico, en julio del año pasado, advertimos que el delito estaba cambiando metodológicamente y que una técnica delictiva que se volvía a imponer eran los secuestros. La cantidad de secuestros extensivos de los últimos meses, es alarmante. La organización de los grupos, mete miedo y la inacción del Estado (gobierno-policía-justicia), asusta tanto como los delincuentes.
El 29 de julio de 2014, escribí una columna bajo el título: “Volverán los secuestros. Una técnica delictiva que recrudece y desorienta”. Allí, predecía lo que en este momento se vive como una nueva variante del delito que nos acerca países con un viejo historial en la materia, como México, Colombia o Perú. Una decena de secuestros, más aquellos que nunca se denuncian, en menos de un mes, alientan la desesperación de la gente, los empresarios que ya no están seguros y quienes no pueden desarrollar una tarea productiva y social, sin estar amenazados, él y su familia, por este fenómeno que el Estado no sabe no puede o no quiere controlar.
Asaltan comisarías y se llevan armas de guerra. De las guarniciones militares han faltado cientos de fusiles y pistolas ametralladoras, y miles y miles de municiones de todo calibre. En el mercado negro de armas, actualmente en la Argentina se consigue de todo. Las villas en Buenos Aires son verdaderos aguantadores de narcos y contrabandistas y en cada procedimiento que hace la policía, vuelven a apresar a jóvenes con un largo prontuario, que implican robos, homicidios y narcotráfico. Los Jueces, bien, gracias. Ahora las bandas se arman con la lacra de Fuerzas Armadas y de Seguridad, nacional y de países como Perú, Colombia y México. En Televisión, la presidenta, por cadena nacional, se regodea de las “armas que le han quitado a la población civil”. Sin embargo, el gobierno nacional y el del candidateable Daniel Scioli no hacen nada por sacarle las armas a los chorros y narcotraficantes, que son quienes asolan barrios, ciudades y provincias. ¿En cuánto tiempo más, ya será tarde?
A continuación reproducimos aquella nota del 2014, que hoy toma más vigencia que nunca.
Argentina está ingresando en el segmento más temido del delito: los secuestros. Hay un silencio sepulcral sobre varios casos que nunca han salido a la luz, por obvias razones: evitar el efecto imitación. El narcotráfico trae al país una vieja práctica que se conoció en Argentina en los años 70 y 80. Este fenómeno indica que hay instalada en el país, bandas perfectamente organizadas y con estructuras poderosas. El delito muta y las antimedidas estatales son escasas, poco eficientes, desactualizadas y sin organización.
En poco tiempo más, la sociedad argentina deberá enfrentar un nuevo flagelo: el secuestro extorsivo en su más descarnada manifestación. El aumento de la criminalidad en un país como el nuestro, con pocas contramedidas y menos control, es proporcional al cambio metodológico del crimen y todo ello viene con el afianzamiento de las bandas organizadas que logran echar bases a través de delitos que manejan millones de dólares, anualmente, como lo son el narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas.
La ola criminal que ha llegado de países periféricos con migración acordada como Colombia y México, donde grupos para estatales convienen con los delincuentes (especialmente los primeros mandos o segundos, en el caso de los cárteles), facilitarles la salida hacia países más “amigables”, ha permitido que lleguen en los últimos 15 años a la Argentina y de a poco se ha ido instalando la metodología brutal de los narcotraficantes, especialmente el asesinato público, de manera express, con atentados de resolución rápida y escape asegurado. Esto ha dado lugar a la aparición de los conocidos Killer que se mueven en motos o autos pequeños, denominados “Sicarios”, una creativa forma de matar por la espalda que se generó en la Colombia anterior a Pablo Escobar Gavigria.
Pero la etapa que viene ahora es la de los secuestros, donde el delincuente logra en menos tiempo, mayores beneficios. Para tal fin, quienes más expuesta estará será la clase más acomodada y en la medida en que estos se vayan “blindando” con el paso del tiempo, el secuestro mutará hacia sectores medios y terminarán interfiriendo prácticamente con toda la vida ciudadana. Esto es así aquí y en cualquier país donde la inseguridad no ha podido ni puede ser combatida por los medios convencionales, porque este nuevo delito es de tal sofisticación, en su concepción, que hace imposible a gobiernos como el Argentino, con gran propensión a la improvisación en la materia, articular acciones planificadas, desarrollar políticas y recursos para generar grupos especializados de combate a esta verdadera lacra criminal.
Entre la comprobación de si los bandidos hablan en serio o son simples aprendices de secuestradores, la sociedad va a sufrir importantes bajas, en su mayoría producida por la mala praxis policial o la incapacidad para resolver por parte de Jueces y Fiscales que tras la búsqueda del garantismo al criminal, le quita la garantía a nuestras vidas y familias. El secuestro debe ser tratado como un delito de lesa humanidad y sus autores debieran ser expuestos a las leyes de mayor rigurosidad y sin ningún tipo de excepción. Así como se ha procesado y condenado al aparato del Estado y a los criminales del Proceso, por secuestro y desaparición de personas, al secuestro civil se le deben aplicar las mismas penas, por lo que implica el delito en sí, la vejación de la víctima, la tortura física y/o psicológica a la que la someten, los tormentos que recibe o la muerte con la que en muchos casos terminan estos aberrantes hechos. Un secuestro no es un crimen “al voleo”; casi siempre existe una organización, estructura, una planificación previa y los autores actúan con total premeditación y alevosía.
Para combatir eficazmente el secuestro, hace falta decisión política, fondos, capacitación y por sobre todo, jueces y fiscales probos con vocación de servicio, no solo por impartir justicia en un nivel de equidad, sino sin colgar detrás de la puerta la ética, la valentía, la honestidad intelectual, el sano criterio y el juramento de defender a la sociedad de este tremendo flagelo.
15/05/2015 a las 10:59 AM
REGRESAN LOS SUBVERSIVOS?? – AL IGUAL QUE EN LOS ’70 UNA BANDA ARMADA COPÓ UNA SUBCOMISARIA DE SANTA FE ROBO ARMAS, MÓVIL POLICIAL Y ASALTARON EL BANCO – SILENCIO EN LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN NACIONALES
Banda de subversivos copa subcomisaría, había una sola policía de guardia
Santa Fe, 13 de may/15 (www.apropol.com.org) –
General Lagos – Cerca de las siete de la mañana cerca de una decena de delincuentes subversivos coparon la Subcomisaria 11 de esta localidad y luego robaron el Banco Credicoop. Se llevaron las armas y hasta el móvil policial.
No hay heridos y no se sabe la suma sustraída. Es lamentable la situación de la inseguridad en comisarías.
15/05/2015 a las 11:41 AM
Los secuestros no son novedad, existieron y existirán siempre en la órbita del delito universal, hay secuestros sencillos de horas e incluso minutos y los hay complejos, en la Argentina se a secuestrado gente por largo tiempo, los militares mantuvieron gente secuestrada por largo tiempo lo mismo que la guerrilla, la delincuencia autóctona ya desde principios del siglo pasado secuestraba y pedía rescate, y si nos remontamos en la historia cuando el aborigen maloneaba y “dentraba” en estancias y caseríos, secuestraba y pedía rescates, hoy en este momento ahora el ISIS secuestra diariamente a decenas de personas a la vez (a la mayoría los asesina) y por otros pide rescate, por ello no debemos se rasgarnos las vestiduras en la Argentina la mayoría (casi el 90%) de los secuestros no se denuncian y no se denuncian porque, la gente sabe que radicar la denuncia es PERDIDA DE TIEMPO, las fuerzas provinciales y federales an sido sobrepasadas por el delito, el balance natural hace años que se rompió o lo rompieron ex profeso, y no necesariamente tienen que ser “expertos” en este tipo de delitos, un grupo de chorros mas o menos organizados te hace un desastre, para combatir esto se necesita, gente que sepa en serio e ingeniería contra este tipo de delitos, y principalmente buenos sueldos o sueldos especiales, hay que contratar profesionales desde ingenieros hasta psicólogos y todo esto apoyado: inteligencia y contra inteligencia y elementos y cuando digo elementos hable de vehículos especiales, helicóptero y hasta aviones, equipos de comunicaciones el ultima generación y tipo satélite, rastreadores y drones de vigilancia y muchas muchas cosas mas, CURSOS de capacitación para la formación de sus integrantes realizados aquí o en el exterior, porque así como al “problema droga” hay que combatirlo con la ley y la tecnología, al “problema secuestro” ya que estos dos delitos van en paralelo y se potencian mutuamente, pero si no tenemos ley porque se perdió el “Principio de Autoridad” y no tenemos los elementos tanto en personal como en tecnología para combatirlo, y a los que nos gobiernan les importa un coño, por lo tanto: -agua y ajo.-
15/05/2015 a las 3:45 PM
Estamos en un año electoral y para las campañas se necesitan varios Antonini Wilson y como este año ya no viene, vienen muy bien los secuestros extorsivos… ¡son una excelente fuente de recaudación!. Esa es la pura y puta verdad. No esperen nada de los que gobiernan porque la recaudación tiene un clarísimo destino: Cada vez que tenemos elecciones, aparecen como por arte de magia los secuestros extorsivos ¡qué casualidad, no!
16/05/2015 a las 12:35 PM
Cabo Savino
Muy cierto lo suyo.
Vaya uno a saber cuantos “chanchos” no llegan al matadero ,simplemente,de casualidad.
15/05/2015 a las 11:53 PM
Siendo “gobernados” por montoneros no es nada extraño que haya secuestros seguidos de tortura y muerte por alimañas entrenadas en venezuela y cuba. El archicriminal fascista de peron los utilizo y los quiso descartar, murió o lo murieron pronto y nos dejó esta mierda que no deja de azotarnos. No olvidemos que estas mafias tienen el visto bueno de la KK y zona liberada, ademas de protección legal judicial ilimitada.