Por Jacinto Chiclana.-

Suena como algunas de las expresiones arrabaleras y soeces a las que nos hemos acostumbrado en estos doce patibularios años, en los que fueron masacradas en el altar de las bestias, la honestidad, la cordura, la transparencia, la honradez y varias otras virtudes liminares, hoy más devaluadas que un freezer en la Antártida.

Estos doce años fueron conquistados con prisa y sin pausa por la corrupción, el nepotismo, los negocios de oportunidad de funcionarios con información calificada, las adquisiciones a precio vil de la cosa pública, el atropello, la creación y profundización de la grieta social, la mentira, el relato falso y otros varios desvalores importados desde feudos lejanos, montados en el generoso lomo del caballo de un pseudo peronismo, maleable como plastilina y acomodaticio como leche a la botella.

Pero aunque suene soez y ordinario, por lo menos en esto, parecería ser que no les va a quedar otro remedio que cumplir los deseos del abogado del legendario Señor Juez de la Suprema Corte, el doctor Carlos Fayt, y comérsela doblada y… como si ello fuese demasiado indulgente… con un moñito estilo lazo en el medio y ballenitas de miriñaque.

No importa ya que en esta estrategia de “gota a gota que horada la piedra” consiguieran doblar la muñeca de algunos personajes tristemente recordados, como por ejemplo el senador de la zanahoria, aquel que como presidente, duró menos que un pollito BB en una jaula con gatos hambrientos. Ese mismo que ahora dice muy suelto de cuerpo: “…si la edad avanzada del doctor Fayt, yepresenta un yiesgo institucional, deberemos yevisar la situación y yealizar un pacto con el gobierno…” (sic). Como usted puede apreciar, la coherencia y lealtad de estos viejos y experimentados capitostes, que hace varias décadas viven bien prendidos a la tan vilipendiada profesión llamada “política”, es tan endeble como una hebra de lana en medio del huracán Katrina.

A pesar de todo esto y algunas otras sorpresas que el uso generoso de la billetera estatal pueda lograr de aquí en más, parece ser que el “viejo Juez”; dicho esto con el mayor cariño y respeto, como usted imaginará; se fortalece en la adversidad como un oso Grizzly rodeado de perros caschimotos y está dispuesto a repartir zarpazos y dentelladas a diestra y siniestra, prendiéndose a la lucha sin debilidades y, como dijera la filosa Lilita esta mañana, parece que el maestro, se agranda en la adversidad y ante esta situación, una más en la que los impresentables ciegos de poder atropellan en bandada, el tiro les saldrá por la culata y les dará en un ojo.

No faltará por supuesto aquel desorientado que piense que todo esto lo hace la jauría, para “democratizar la justicia”, o “asegurar calidad institucional”, o “lograr el funcionamiento eficiente de la Corte Suprema” …todo verso.

Como no hay nada más dúctil que la conciencia, muchos de los que piensan que esta flagelación a Fayt es una “patriada”, son los mismos que fueron o son favorecidos con algunas de las prebendas o negocios que se repartieron selectivamente o aprovecharon a montar industrias sin humo vendiendo influencias especiales.

Lo cierto es que esto es lisa y llanamente un plan desesperado para aventar las posibilidades de ir en cana. Así de simple y claro.

Ya descubrieron que como viene la mano, ni bien dejen el podio desde el que miran a “todos y todas” desde arriba y bajen al llano o a la meseta y lleguen al máximo tribunal las causas en las que se investigan todas las tropelías que cometieron, la taba caerá “culo” y llegará el desastre.

El bardo popular dice que entre bueyes no hay cornadas y que nunca los conspicuos integrantes de la corporación política se han desprotegido entre sí. Ponen como prueba al vetusto riojano, casi convertido en momia, al que van a buscar con un lujoso camión de Juncadella cada vez que lo necesitan para aprobar algo írrito y al que le estiran las convocatorias y mantienen los fueros hasta que parta a visitar a los correligionarios del más allá y no logre superar al experimentado ojo del portero, siendo enviado sin dilaciones al corazón mismo del volcán Calbuco.

Pero tengamos en cuenta que nunca antes se habían cometido las barbaridades de esta década y un quinto. Nunca antes tan pocos coparon el poder tan obscenamente y nos defecaron a repetición sobre nuestras cabezas con tanta impunidad.

Ya sé lo que me va a decir: no se deben confundir las posibilidades de que algo pase con las expresiones de deseo.

¿Pero sabe una cosa? Exclusivamente de nosotros depende que nuestros deseos se conviertan en realidades tangibles. No esperemos que cualquiera de los candidatos de ocasión se mantenga siquiera impertérrito ante la acción de la justicia el año que viene y que no los proteja por lealtad corporativa.

Exijamos que desfilen por tribunales, asegurándoles la mayor transparencia posible pero también la mayor rigidez, para que además de tener que “comérsela doblada” por sus ataques a Fayt, devuelvan lo que se robaron y terminen sus días detrás de los barrotes, meditando si no habrá sido cierto que “se les fue la mano”.

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