Por Malú Kikuchi.-

Sé que es políticamente incorrecto. Lo siento, pero así lo siento. Hay demasiados puntos alrededor del femicidio con los que no estoy de acuerdo y otros que me generan preguntas incómodas.

En el código penal ya se diferenciaban varios casos de homicidio, culposo, doloso, intencional, criminis causa (para ocultar otro delito), agravado por el vínculo, con alevosía, por mandato de un 3°, para crear un peligro común, por emoción violenta (atenuante), y otros más. Ahora le agregamos el femicidio. Artículo 80, incisos 1 y 4 del nuevo código. Aprobado por unanimidad en diputados.

No por tener más leyes vamos a terminar con el delito. Y el femicidio es un delito complejo, con muchas aristas y todas pasan por la educación. Necesitamos que las comisarías tomen TODAS las denuncias de acoso, maltrato y abuso de mujeres. Que de ser necesario las lleven al hospital y queden registradas las heridas.

Necesitamos más casas refugio para mujeres golpeadas o abusadas o amenazadas. Necesitamos jueces que no sean discípulos de Zaffaroni y castiguen y alejen a los hombres culpables, de las víctimas. Necesitamos mujeres educadas en acusar y mantener la acusación hasta el final, cuando estén en peligro o sean amenazadas.

Necesitamos mujeres educadas en su propio valer y que no se sientan culpables de algo que no lo son. Esto es quizás lo más difícil. El síndrome de la mujer golpeada es incomprensible para el que está fuera de la pareja y al mismo tiempo construye un vínculo muy fuerte entre víctima y agresor, complicado para romper y liberar.

Necesitamos educadores que desde el jardín de infantes, enseñen a los varones que su naturaleza es más fuerte que la de las niñas y que deben respetarlas, y enseñarle a las niñas lo que valen y que no deben dejar que nadie amenace su integridad física o psicológica. El camino es largo y se centra en la educación de toda la sociedad.

Es un problema serio que debe ser atendido. Pero la ley en particular no creo que le agregue demasiado. Y me pregunto ya que estamos discriminando positivamente, por qué no hacer una ley sobre “geroncidio”, hay demasiados viejitos masacrados hasta a martillazos, para robarles una magra jubilación. Y de paso, una ley sobre ”infancidio”, para que no se mueran chiquitos de hambre, o arrojen bebés en basureros; o a los que los padres maten, porque lloran demasiado, o porque no los dejan salir y están hartos de cuidarlos.

Más preguntas. Si la ley del femicidio, N° 26.485 de 2009 votada por el congreso, que no está vigente porque no ha sido reglamentada, y no lo ha sido por que el ejecutivo no ha dado el visto bueno, -dicen que hay un artículo que abre la puerta al aborto- y Cristina es antiabortista, ¿porqué no veta ese artículo, la Constitución le da ese poder y la ley entra en vigencia?

Si el poder legislativo votó la ley y aceptó incluir el femicidio en el nuevo código penal, ¿por qué la multitud se reunió frente al congreso que apoyó con hechos concretos la demanda y no frente a la Casa Rosada que es la que no apoya la ley? Pequeña disquisición: si se aceptara el aborto, y el feto fuese femenino, ¿sería un femicidio?

Las divisiones abundan, todos somos diferentes y eso es bueno. El que piensa distinto enriquece al otro. Es la manera de ver las cosas de otra forma. A veces ponerse en el lugar del otro cambia nuestra manera de pensar. Enriquece siempre. Pero divisiones gratuitas, en un país que ya tiene brechas que llevarán mucho tiempo cerrar, parecen gratuitas.

Y la hipocresía del gobierno es fenomenal. Recordemos el Vatayón Militante de Víctor Hortel, ex capo del sistema penitenciario, que sacaba presos privilegiados para hacer música en libertad, entre los exclusivos estaba Walter Vázquez, ex baterista de Callejeros (Cromagnon), individuo icónico ya que fue el 1° que roció a su mujer, Wanda Tadei, con alcohol y le prendió fuego.

Recordemos a Cecilia Pando, maestra, madre de 7 hijos, que escribió una carta a La Nación defendiendo al destituido capellán militar, Monseñor Antonio Baseotto, que había osado usar una frase evangélica, y su marido, el Mayor Pedro Mercado fue pasado a retiro “por no controlar debidamente a su mujer”.

Lo mismo que el Capitán de Fragata Marcelo Toulemonde que recibió una fuerte medida disciplinaria, que no le permitió ascender, porque su mujer gritó el nombre del Coronel Larrabure durante un discurso de Néstor. También “por no controlar debidamente a su mujer”. Ya lo de “controlar” suena muy mal. Que desde el ejecutivo se den órdenes al respecto, es repugnante.

Sería bueno que todos se pusieran de acuerdo. Los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Sería bueno que la educación entre los sexos insista en el respeto del uno hacia la otra y viceversa. Sería bueno releer los 10 mandamientos que comparten la mayoría de las personas y detenerse en el 5°, internalizarlo hasta que forme parte de nuestro ADN para siempre: “No Matarás”.

* De acuerdo al Antiguo Testamento, Dios le entregó, en el monte Sinaí a Moisés, los 10 mandamientos grabados en dos piedras; el 5° es “No matarás”.

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