Por Jorge Augusto Cardoso.-

El narcoterrorismo, neologismo que, en mi opinión, es una estrategia basada en el uso de la violencia y de amenazas de violencia por un grupo narcotraficante armado y organizado. Su objetivo es inducir un sentimiento de terror o inseguridad extrema en la sociedad civil asentada en zonas urbanas densamente pobladas propicias para sus escondites y para su accionar criminal.

Para oponerse a ello, hay que adoptar un conjunto de medidas normativas de empleo de las FFAA; de cooperación con las fuerzas de seguridad y judiciales, que deben ser impulsadas por una voluntad política plasmada en leyes que protejan el accionar de las FFAA antes del inicio de su empeñamiento. Éstas deben ser dominantes en todo el espectro de operaciones militares, decisivas y preeminentes en cualquier forma de conflicto. La serie completa de maniobras debe incluir mantener una postura de disuasión estratégica y la posibilidad del empleo de armas de guerra en operaciones militares.

Habrá que tenerse en cuenta que, cuando se emplea el instrumento militar, es para vencer; y para ello no debería haber reglas que limiten y dificulten su accionar. Ya lo decía Cicerón: “En el fragor de la lucha, no se escuchan las leyes”.

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