Por Jorge Augusto Cardoso.-

Los medios que han sido afines al gobierno que se va, sin mencionar los desaciertos que han llevado al país a la situación en que se encuentra; han discutido semanas enteras sobre la vida privada y pública del presidente electo, del entorno que le rodea y de los candidatos propuestos a los diferentes cargos, olvidando mencionar las corruptelas, el favoritismo que perturbó la administración pública y el estado catastrófico en que se deja a nuestra patria.

Ningún equipo de gobierno ha concentrado en forma más intensa que el actual la esperanza del pueblo que aspira con justicia, por las potencialidades ciertas de la Argentina, a una vida con mucha mejor calidad en la que nos encontramos sólo por la mala y corrupta gestión de la conducción política que se va.

Ese ideal debería ser el vector que una las fuerzas de todos los partidos, por encima de los anhelos e intereses personales, gremiales o sectoriales.

Debemos preservar y cuidar el destino de nuestra Argentina. Para ello hay que asegurar el cumplimiento estricto de la Constitución; luego se debe dar la controversia fecunda en el Congreso para la sanción de las leyes que faciliten el camino al logro del bienestar general y la defensa común. Hagamos votos para que el patriotismo ilumine a nuestros representantes y se comporten con honradez, coraje y sabiduría. La situación lo exige.

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