Catastrofismo sobre la elección de Trump es exagerado
Por Carlos Vilchez Navamuel.-
Nunca estuvimos a favor de los principales candidatos a la presidencia de los EEUU y señalamos en un comentario anterior que entre Trump y Clinton nos quedábamos con Johnson.
Aclarado el punto y con la victoria obtenida por Donald Trump en las elecciones presidenciales de los EEUU, hemos visto un catastrofismo o histeria exagerada de parte de la izquierda del mundo e influenciada especialmente por el poder mediático de ese país que durante toda la campaña apostaron por la candidata demócrata.
Por ejemplo, el premio Nobel de Economía, colaborador de opinión y economista del New York Times, Paul Krugman, predijo el miércoles por la mañana que “El mercado de valores “nunca” se recuperará del triunfo de Donald Trump”. Un día después el Dow Jones Industrial Average subió a un máximo histórico”.
Por su parte, Carla Hills, la jefe de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dijo que “De seguir adelante con sus planes, el presidente electo Donald Trump ocasionaría que Estados Unidos pierda cinco millones de empleos y entre en recesión”.
Sin entrar a analizar la matemática sobre el tema, nos preguntamos ¿Qué tan cierto es esto? Nosotros ya lo sabemos, los premios nobeles también se equivocan, no es la primera vez ni será la última. De igual forma, lo hicieron los analistas políticos, expertos y profesores de las mejores universidades que no le daban posibilidades al candidato Trump especialmente por su el manejo de la campaña y su manera de ser y expresarse.
Al cierre de la elección, una vez que comenzaron a salir las informaciones respectivas, estos medios apoyados por los analistas y expertos no podían creer que las encuestas y sus análisis habían fallado, han pasado tres días y todavía continúan comentando y analizando para ver que fue lo que sucedió. Junto a esto estos mismos analistas y presentadores de televisión entre ellos los de CNN en español, apuntan a un catastrofismo sin igual, cometiendo los mismos errores anteriores al hacer aseveraciones que no podemos asegurar.
Mientras estos analistas, seguidores y defensores del Partido Demócrata despotricaban contra Trump, su rival, Hillary Clinton, dijo al día siguiente de aceptar su derrota que “Trump será nuestro presidente, le debemos una mente abierta y la oportunidad de liderar” y el presidente saliente, Barack Obama sentenció “Los estadounidenses son patriotas, todos del mismo equipo, por ello le deseamos todo el éxito a Donald Trump”.
¿Cuánto de este catastrofismo lo ha producido el poder mediático? Y ¿Cuánto catastrofismo produce la izquierda a nivel mundial con sus comentarios? Mucho, pero el tiempo y el análisis de expertos, no de periodistas o comentaristas pagados por los medios nos lo dirá.
Por nuestra parte esperamos que las políticas de Estado de USA y sus asesores, iluminen al candidato electo en temas que tengan que ver con la paz y la seguridad del mundo. Ese es nuestro mayor deseo.
En discusiones sobre las causales del sorpresivo- para muchos de nosotros, al menos- resultado electoral, escuche razonamientos que sorprenden pero a su vez son aproximaciones al esclarecimiento del hecho.
Uno de los que mas me impactò fue el que decian que, al ser la estadounidense una sociedad extremadamente machista, y con rasgos definidos aun entre sus integrantes femeninas, era impensado que ganara una mujer…., los yankees se bancarian un negro-como lo hicieron por dos periodos-, tal vez un homosexual…, pero dificilmente aceptarian el liderazgo politico de una mujer…..
Sera materia de estudio de sociologos?????
Adhiero a sus dichos que no esperemos locuras de Trump. El tipo esta supercontrolado con las dos camaras en poder de los Republicanos.
Los rechazos en contra de Trump no son mas que la expresion dolorosa de los que perdieron, que no asumen lo ocurrido y actuan infantilmente….., un poco lo que ocurre aqui con solo ver la television dependiente del peronismo, son dueños de casi todos los medios y se privilegia, a un año vista de las elecciones, a mostrarnos personajes que son definitivamente el pasado . Algo similar ocurre con nuestra la prensa grafica que parece detenida en el tiempo….
¿El nuevo orden mundial?
Por CATON
Lentamente empieza a bajar la espuma de la noticia de la elecciones estadounidenses, donde la verdadera noticia fue la vergonzosa caída de los alquimistas de las encuesta; los Merlín de las predicciones, los que no supieron ver aquello a los que pocos se asomaban y veían, o cuanto menos intuían, sobre los resultados “increíbles” que se dieron. Ahí empezó la carrera por explicar lo inexplicable, tratando de ver el o los errores cometidos, sin reconocer el mayor de todos, que fue el papel de la prensa tradicional, los auto-llamados “formadores de la opinión pública”, la que se niega a reconocer la pérdida de influencia, si es que alguna vez la tuvieron de verdad, aminorando su papel de “quinto poder”, la asombrosa expansión de lo que se llama las redes sociales, que no es ni más ni menos que la horizontalidad extrema del tráfico de la información, llegando al extremo de que, como dijera el recordado Humberto Eco, “en las redes sociales la opinión de un premio Nobel vale lo mismo que la del borracho del bar de la esquina”; dando así lugar a que los expertos en comunicación desarrollen la idea de la era de la pos-verdad; donde como en toda guerra, la primera víctima es justamente la verdad.
Los poderosos engranajes del periodismo tradicional permiten buscar la noticia, investigar; verificar su veracidad y desarrollar su opinión, la que para ser publicada debía estar en consonancia con sus puntos de vista, y de acuerdo a sus propios intereses. Hoy el cibernauta se lanza a la lides informativas prácticamente en soledad, sin infraestructura, sin medios económicos suficientes, más que su celular o su PC, lo que no le impide expresar sus ideas y opiniones, cualquiera sea el peso de importancia que tenga que enfrentar al defender sus posturas. Pero como todas las cosas nuevas se van degradando en su uso de acuerdo a la intencionalidad de cada dueño de su “importante empresa periodística”, que solo consiste en su smartfone o su PC; su inteligencia; su tiempo y sus ganas de trascender.
Luego vino la oleada de los futurólogos al estilo de Alvin Toffler, pronosticando lo que va a suceder en el mundo, cuando ni siquiera pudieron acertar el resultado de una elección, con todas sus herramientas supuestamente científicas, las que al ser manejadas por quienes son versados en las ciencias blandas carecen de la rigurosidad cartesiana que exigen los números.
Hablan como consumados, economistas, sociólogos, psicólogos, etc., etc. Si hasta nuestra inefable Cristina Funes, la desmemoriada, sale a pontificar como si fuera premio nobel de economía, tratando de exportar su exitosos “modelo de matriz diversificada con inclusión social” (¿?) sin aclarar que con la inflación usada como herramienta para lograr la inclusión lo único que hizo es tirar por la borda a casi el treinta por ciento de los ciudadanos argentinos, incluidos los inmigrantes. Obviamente no sabe que la generación de puestos de trabajo genuinos para incluir a los trabajadores que ingresan al mercado laboral, necesita de un crecimiento de más del 2 % del PBI, todos los años, cosa que estuvo lejísimo de alcanzar, a lo que hay que agregar la demanda que supone el ingreso irrestricto de los inmigrantes, por que se “olvidaron” de la Constitución Nacional, que entre tantas otras cosas, dice “para todos los hombres de buena voluntad …”, pero buena voluntad para trabajar e integrarse, sin tener como único objetivo el regreso a sus orígenes, olvidándose del porqué emigró. Tampoco vino para delinquir, ni para traficar estupefacientes, ni para lavar dinero sucio, mal habido.
En realidad todo lo que está sucediendo en el mundo es lo que en las élites del poder mundial se viene analizando desde hace tiempo; claro que para los argentinos que no sabemos si vamos a comer mañana, esas elucubraciones no existen; menos para algún presidente que solo está para apagar incendios todos los días. no para pensar en serio sobre el futuro de la humanidad, a la cual pertenecemos mal que nos pese, quien esto escribe ya ha expuesto algunas cosas que se vienen dando y que se van a dar en el marco de un cambio que se basa, fundamentalmente, en que el planeta no es sustentable para la enorme cantidad de habitantes que se incrementa en forma exponencial; planeta en el que los recursos se empiezan a volver verdaderamente escasos, transformándose en una realidad apremiante, y dejando de ser una premisa teórica que da basamento a toda la teoría económica. A eso hay que agregarle la expansión sin límites de la ciencia y tecnología, como ha sido siempre a lo largo de la historia de humanidad, y que enfrentó a todos los paradigmas existentes, siendo los huesos más duro de roer, las religiones, en especial la católica y la islamita. Recordemos que a la católica le llevó cuatrocientos años reconocer que Galileo Galilei tenía razón. Cuántos más deberán transcurrir para aceptar que el hombre evolucionó, que la vida hoy se generan en laboratorios, que el mundo, mejor dicho el ser humano ha evolucionado, tal como debe ser por su naturaleza misma, más allá de los dioses respectivos. El Islam, luego de haber sido, para todo el mundo, un Faro de sabiduría, siendo, por ejemplo, quienes introdujeron el cero en las matemáticas; y los que revolucionaron la arquitectura; hoy se niega al futuro, reniega de todos los cambios que se produjeron para bienestar de los hombres, siguen considerando a la mujer como una simple incubadora, negándole su carácter se ser humano, con todos sus más y con sus menos, pero con absoluto derecho de vivir al compás de los tiempos. Por otra parte el cristianismo, en casi todas sus vertientes, desde su raíz socialista, en su búsqueda permanente de la equidad, pretende que todo alcance para todos, y en el ciego fanatismo de algunos de sus líderes, deja en el olvido cosas elementales como la restricción presupuestaria; y siendo que al definir la “casa de todos” también olvida que en una casa con límites definidos no se puede meter más gente de la que su capacidad admite
Esto revival del proteccionismo tendrá demasiadas consecuencias, tal vez una de ellas sea la pérdida de poder del sector financiero mundial, que aprovechando la debilidad de, casi todos, los políticos que se creen Papá Noel y entran regalando de todo para ganar una elección, para lo cual sin hesitar se vuelcan a endeudarse a lo tonto, total lo paga el que sigue.
Los EEUU son la primera potencia mundial, con una brecha científica y tecnológica tremenda, insalvable en las próximas décadas, un presupuesto en defensa que duplica el de las doce potencias sumadas que le siguen en monto de dinero invertido. Ese liderazgo debe ser defendido ante el avance de China, a quien sacándole el apoyo de las multinacionales, y desvalorizando el dólar para licuarles sus reservas de dólares físicos (Fariña dixit) le creará un serio problema, cuando deba sostener el ingreso a la clase media de millones de chinos, con el agravante de la espada de Damocles sobre todo su sistema bancario. Actualmente con todos los inmensos problemas existentes, como agravante tenemos a la progresía mundial, clamando por la pérdida de un status quo favorable, que le permitió vivir con holgura, ante el inicio de un proceso parecido al que se dio con el tándem Reagan-Thatcher , en un revival de lo que se conoció como el neo conservadurismo, y le dio impulso al neo liberalismo, en donde los poderes se concentraron aún más y las masas retrocedieron esperando el efecto derrame, dejando de lado, lo que el ser humano en su soberbia de creerse el rey de la naturaleza, una locución latina que traducida dice que “el Hombre es el lobo del Hombre” y que fuera popularizada por Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII.
Tal vez el efecto Trump no sea tan catastrófico como nos quiere hacer creer los que se sienten más afectados por el cambio. Pero que el cambio ya está entre nosotros no cabe ninguna duda; y tampoco se puede dudar de que los avances de la ciencia y la tecnología generan procesos sociales, políticos y económicos, a escala mundial, y que son irreversibles, y, a lo sumo, sólo se pueden atemperar, o resistir por algún tiempo, antes de imponerse definitivamente.
El hombre está en una encrucijada, solo queda rogar para que prime la cordura.