Por Carlos Tórtora.-

La política local abrió un compás de espera hasta que se sepa cuáles son los efectos del Criptogate en la gira presidencial por los EEUU. De todas las primeras figuras, Mauricio Macri es sin duda el que hizo un mayor despliegue en los últimos días, ya que el escándalo de la mega estafa liberó al PRO de la presión de La Libertad Avanza y le abrió nuevas posibilidades. Por ejemplo, la caída de ayer de la designación de Ariel Lijo en la Corte Suprema de Justicia favorece netamente a Macri.

Para empezar, donde más influye negativamente el Criptogate es en el público porteño, que aparentemente va a votar diputados locales a fines de mayo. El deterioro de LLA en la Capital es importante. Manuel Adorni, que era la carta oficial para encabezar la lista para diputados porteños, aparece como uno de los funcionarios implicados en la estafa. Y el ex libertario ahora expulsado por Javier Milei, Ramiro Marra, podría postularse por su cuenta drenando así los votos libertarios. Pero Jorge Macri no sólo debe vencer a LLA sino a UxP, que llevaría a un Leandro Santoro bastante crecido en las encuestas.

Con este incierto panorama por delante, Mauricio Macri estaría desarrollando una estrategia dual en función de los dos escenarios más probables.

En el primer escenario, Milei quedaría seriamente lesionado por el Criptogate y su gobernabilidad se vería comprometida pero podría mantenerse en el poder. Claro que, por su debilidad, se vería obligado a cerrar con el PRO un trato lleno de concesiones. Macri colocaría a varios ministros en un nuevo gabinete y tanto Karina como Santiago Caputo se replegarían hacia roles menos estelares. En el plano electoral, habría una alianza en Buenos Aires entre LLA y el PRO, pero éste se aseguraría la mitad de las bancas de diputados.

La crisis

En el segundo escenario, Milei sufriría un derrumbe. Se vería obligado a devaluar, aumentaría entonces la inflación y la pobreza y el apoyo social al gobierno descendería bruscamente impulsado también por la corrupción y el aislamiento del oficialismo. El PRO, en este contexto, se presentaría a elecciones sin aliarse a los libertarios. Si Milei sufriera entonces una desastrosa derrota electoral y el Congreso avanzara hacia el juicio político, Macri apoyaría entonces un interinato de Victoria Villarruel y la convocatoria inmediata a elecciones presidenciales, presentándose el PRO como cabeza de un frente antiperonista.

Los mensajes ambiguos de Macri preservan la posibilidad de este segundo escenario, como cuando dice que no corresponde el juicio político, «por ahora».

Es así que el expresidente actúa en función del primer escenario pero sin descuidar la posibilidad del segundo, Es que, a partir de ahora, la moneda está en el aire.

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