Por Guillermo Jesús Fanego.-

Buenos Aires, 19 de febrero de 2016.-

Excmo. y Rvmo.

Mons. Víctor M. Fernández

S./D.-

De mi mayor consideración:

Me dirijo a Ud. como miembro de la misma Iglesia en la que desempeña su ministerio, justamente hoy en que el periódico La Nación permitió que compartiéramos nuestras distintas visiones sobre un mismo tema.

A modo de proemio, debo mencionarle que no soy un católico de confesionarios ni corro detrás de los altares ni de los sacerdotes. Soy un gran pecador y trato de mitigar mis maldades con un corazón abierto a mis prójimos por lo que, -extraído de todo antecedente-, el gesto de S.S. Francisco enviándole un rosario a una persona privada de libertad (Mt. 5:3-12) es entendible.

Pero hete aquí que los sucesos no pueden entenderse en esa justificación que S.E. pretende darle al envió de un rosario como inspirados en el amor al prójimo, sino que tienen una trascendencia mediática enorme, pues de lo contrario, el Vicario de Cristo pecaría de una ingenuidad que estoy persuadido que no lo alcanza. Es argentino, porteño y futbolero, tres distinciones que bastan y sobran para darnos cuenta que de tonto no tiene ni un pelo; jamás nadie podrá decir que “le escriben el diario de Yrigoyen” a estarnos a los gestos permanentes de su acción pontificia.

No soy quien para reprocharle a S.E. absolutamente nada, pero creo que va siendo hora que en nuestra sociedad dejemos la hipocresía de lado, que justifiquemos lo injustificable, que no aceptemos con un corazón humilde las críticas y que no retomemos la senda de N.S.J.C.

Aceptando sus palabras, me dejo interpelar por los gestos y actitudes de S.S. Francisco a quien no pretendo marcarle la cancha ni decirle lo que tiene que hacer sino que rezo por él, (como lo solicita siempre) para que evite las contradicciones entre sus dichos y sus hechos. Pregona la lucha contra la corrupción y públicamente hace gestos hacia una corrupta, respecto de la que también obispos y sacerdotes pidieron por ella.

No tomo a mal que sea bueno (Mt. 20,15) sino que no lo haga en privado (Mt. 6:3), como S.E. sabe muchísimo más que yo, N.S.J.C. nos dejó mensajes para todos los gustos, pero privilegió la humildad, la verdad y la justicia tres valores que no se encuentran en este gesto de S.S. Francisco ni en sus dichos.

Posiblemente el medio en que desarrolla sus actividades diarias (UCA) lo lleva a apreciar los hechos de otra manera. En efecto la humildad es difícil encontrarla en vuestra Universidad a la que los pobres no tienen acceso y junto con la de San Andrés, preparan a los futuros profesionales para un medio en el que la pobreza y los más humildes de la tierra y sus necesidades solamente se enteran que existen por los medios de comunicación. Necesidades que tiene el poder en esta tierra y la hipocresía que vivimos estando totalmente convencido que de encontrarse N.S.J.C. en esta sociedad, actuarían como escribas y fariseos (Mt. 23:2-37).

No espero una respuesta que estoy seguro que jamás llegará, pues estoy acostumbrado a que los Pastores de la Iglesia no lo hagan, pero abrigo la esperanza que estas palabras que brotan de mi corazón puedan servir para advertir hasta qué punto las mujeres y hombres de este tiempo, en este país, estamos cansados de la banalidad frente a la corrupción y la hipocresía que nos rodea.

Qué curiosa actitud. Sé que muchas familias y amigos de los presos políticos argentinos del siglo XXI han mantenido entrevistas con S.S. Francisco y con altos prelados de la Conferencia Episcopal Argentina para tratar la situación que los aqueja ante los juicios de venganza por los hechos luctuosos de los años ´70, pero éste nunca apareció haciendo algún gesto público, ni envío de rosarios ni tan siquiera una carta acompañándolos en su dolor. Como contrapartida, una delincuente proveniente de los sectores más humildes de Jujuy y que vivió los últimos años como viven los más pudientes, enriqueciéndose a costa de los pobres que decía representar, inmediatamente logró la movilización del Excmo. y Rvmo. Mons. Lozano y un grupo de sacerdotes tuvieron el tupé de solicitar que el Presidente de la Nación no fuera recibido por S.S. Francisco mientras que se encuentre privada de libertad Milagro Sala.

Seguramente se preguntará qué tiene en común ambos casos, pues simplemente que en ambas situaciones se trata de personas privadas de libertad, ese es el punto en común. A partir de allí comienzan a diferenciarse pues una está presa por delitos comunes y los otros por cumplir órdenes en defensa de nuestra sociedad en aquellas épocas llamada “Occidental y Cristiana” y de la que la Iglesia Argentina pretende olvidarse y separarse como si los militares fueran perros sarnosos, y sin asumir las responsabilidades que han tenido en esos duros enfrentamientos entre argentinos.

Se olvida S.E. que muchísimos subversivos fueron formados en la Universidad del Salvador? Se olvida S.E. de los sacerdotes que alentaron las actividades subversivas, por una parte y por la otra los incitaban y alentaban a las fuerzas armadas y de seguridad para que los aniquilen? En aquella época S.S. Francisco ya era pastor de este rebaño y por lo tanto tendría que tener un rol activo en la búsqueda de la paz social, no solamente recibiendo a representantes de actuales delincuentes y ex delincuentes subversivos ni a quienes los alentaron ni a los familiares de aquellos que los justificaron, si no hace lo propio con toda la grey. También tendría que mirar un poco para el otro lado, hacia el de quienes siendo jóvenes cumplían las órdenes que les impartían sin posibilidad de cuestionarlas. De quienes fueron formados para defender a la “Civilización Occidental y Cristiana”, de la que nuestra Iglesia no fue ajena.

Un gesto vale más que mil palabras y los gestos de mi Iglesia, de nuestra Iglesia, dejan mucho que desear. ¿No será ese uno de los motivos por los que en las ceremonias solamente vemos a personas mayores y niños que no pueden evitar la imposición de sus mayores? ¿No será que las sectas proliferan porque nuestros prelados se dedican más a cultivar el poder que llevar la Palabra (Lc. 10:10)?

Por último, con todo respeto, es preferible el silencio a pretender tapar el sol con las manos y no caer en la bochornosa situación en la que S.E. se encuentra envuelto en el periódico de hoy pues, en el mismo momento en que Ud. manifiesta que Milagro Sala fue detenida en un proceso formalmente dudoso en su gestación, aparecen pruebas del retiro irregular de $ 29.000.000 de todos los argentinos!!!

No solamente fue formalmente dudosa la gestación de los juicios de venganza, sino inconstitucionales, ilegales, arbitrarios y cuantos más adjetivos le puede deparar la cultura abogadil y ni S.S. y ninguna de las Eminencias de nuestra Iglesia Católica Apostólica Romana argentina ha dicho nada, ni ha tenido un gesto ante las aberraciones jurídicas que se cometen. Reabrieron heridas con claros intereses económicos compartiendo sueños de muy pocos y pesadillas de muchos.

Coherencia Monseñor, misericordia, humildad y acercarse a las ovejas abandonadas y extraviadas y no sólo a los poderosos cuyos hijos concurren a vuestras aulas. ¡No incurra en papelones pues Ud. es nuestro pastor!

Con todo respeto, aunque no le interese lo que pueda pensar un humilde que fue bautizado con el Nombre más grande que se escuchó en la tierra, le hago llegar mi opinión que no pretende torcer la vuestra.

Que Dios lo guarde entre sus manos y la Madre lo cubra con su manto y le dé prudencia.

Guillermo Jesús Fanego

DNI 10691837

Av. Corrientes 1450 – 4° piso B, CABA

PD: esta carta se la haré llegar a mis asistidos en las causas mal llamadas de lesa humanidad.

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