Por Mario Cadenas Madariaga.-

¿Por qué la incertidumbre política argentina?

Si viviéramos un momento de estabilidad, las elecciones no suscitarían esta incertidumbre. Pero estamos sobre un volcán que ha comenzado con erupciones que se visualizan en todo el territorio nacional, aunque muchos se esfuerzan por negarlo. Pero la sociedad advierte que nuestro cosmos tiembla por hechos significativos, como el aumento de la pobreza, los quebrantos de la economía exportadora o el alza continuada de los precios, o las escapadas del dólar.

Por eso la importancia de las encuestas, que son hoy más consultadas que el oráculo de Delfos en la antigüedad. Pero como aquel sus vaticinios son de doble o triple interpretación, con lo cual continúa la incertidumbre y se hacen necesarias nuevas encuestas. En efecto las dos últimas que he leído -de Giacobbe y de Aragón-, dan a Scioli una ligera ventaja en las PASO, y en las presidenciales, pero que en ningún caso alcanzan a definir la elección presidencial.

¿Cómo se sale de esta situación? Hay tres caminos:

.- por el mejoramiento de las propuestas;

.- por un acuerdo más amplio en la oposición.

.- o por un empeoramiento de la situación económica que altere el equilibrio actual.

Éste es el momento de mejorar las propuestas.

A 15 días de las PASO y 90días días de las elecciones generales, es cuando se define el electorado. Si bien la actividad electoral comenzó mucho antes, fue para la elección de los candidatos, que interesa especialmente a las estructuras partidarias -menos del 10% de la población.

Recién ahora se inicia la verdadera campaña electoral para la definición por el electorado de los candidatos a elegir en las PASO, e inmediatamente después en las elecciones de las magistraturas -legislativas y presidenciales-, el 25 de octubre y aún puede extenderse con el balotaje.

¿Pero donde están las propuestas a mejorar? Hay ideas, importantes muchas de ellas, pero no un proyecto que revele el futuro que se ofrece al electorado.

La falta de propuestas revela una gran debilidad creativa de la oposición.

Primero se trata de saber sobre quien recae la responsabilidad del gobierno en las democracias modernas ¿Es una función del pueblo o de la clase dirigente? En todas las democracias desarrolladas está claro que es una función de la clase dirigente, formada por todos los ciudadanos que con diferentes orientaciones pretenden gobernar. Es más se trata de un principio constitucional de las democracias modernas, a diferencia de la antigua democracia griega en que los ciudadanos resolvían en asamblea las medidas de gobierno. Hoy esta práctica está prohibida, porque se asigna al gobierno constituido y lo repite nuestra Constitución en su Art. 22.

La democracia actual, por tanto, consiste en la elección por el pueblo de sus gobernantes, eligiéndolos entre los candidatos que se presentan, conforme a las propuestas que formulan, de tal modo que el juez último es el pueblo, pero se gobierna a través de los gobernantes y los proyectos de gobierno pensados por estos.

En la Argentina de las últimas décadas se ha observado que el partido con iniciativas de gobierno ha sido el peronismo desde 1945 cuando proyectó y puso en vigencia la “doctrina justicialista”. Fue presentada como un proyecto del pueblo, pero era una construcción sofisticada que fue concebida básicamente por Juan D. Perón, e implicaba una reforma de la economía, de la función del Estado, de la organización social, de la justicia, el reconocimiento de los nuevos derechos sociales y la limitación de los clásicos derechos individuales -el derecho de propiedad, la libertad de prensa, y los demás en función de los intereses generales, o del Estado. Esta concepción fue aplicada por Perón desde el gobierno militar (1943/45), en particular en su última etapa, y consagrada en las elecciones de 1946. Después hubo dos correcciones importantes una realizada por Menem y otra por Kirchner.

En el mismo lapso de setenta años, la oposición representada por los gobiernos civiles de Frondizi, Illía y Alfonsín y los gobiernos militares de la revolución Libertadora, la Revolución Argentina, o el Proceso no lograron introducir una alternativa que reemplazara al justicialismo, sin perjuicio de algunos éxitos transitorios, no obstante la pobreza de los resultados aportados por aquel.

Ésta es la grave omisión de la oposición en la Argentina en ese período. Mucho más notoria por que en el mundo occidental las democracias republicanas o parlamentarias, habían producido transformaciones económicas y sociales mucho más fecundas que el justicialismo en la Argentina.

Hoy frente a los comicios del 2015 nos encontramos frente a otra gran oportunidad de la oposición, porque más de la mitad del electorado aspira a la finalización del kirchnerismo. Pero la oposición necesita unificarse detrás de un gran proyecto nacional.

El riesgo de una idea equivocada.

Aquí surge la figura de Duran Barba principal asesor del candidato opositor -Mauricio Macri- con las mayores intenciones de voto, ligeramente por debajo de las que prefieren al candidato oficialista. Este asesor entiende que la política consiste en determinar cual es la opinión de la mayoría, y ubicarse dentro de ella, como condición para el éxito electoral. Es decir que el dirigente debe buscar las opiniones mayoritarias de la gente y transformarla en su plataforma electoral. Pero la verdad histórica es que nunca fue así, salvo en períodos muy breves gobernadas por verdaderas puebladas.

Se debe tener en cuenta la opinión mayoritaria de la gente, como un dato importante, pero la solución final saldrá después de ponderar todos los demás factores, y muchas veces será muy diferente, pero siempre más eficaz, y por lo mismo más aceptable. Esta es la conducta que el elector espera de su dirigente y es la que va a contar con la adhesión de la mayoría.

Los reclamos de la gente en verdad se limitan a plantear los problemas que experimenta. Los de la inseguridad, la inflación, la desocupación, la informalidad laboral, la pobreza, la desatención de la salud, las deficiencias de la educación, el problema de la vivienda, la falta de crédito bancario, las deficiencias del transporte, la falta de energía, el temor a una devaluación, etc., etc., pero no tiene las soluciones.

Durán Barba promueve otra vez estrellarnos en un mar de ineficiencia. Mucho más si se escriben “instructivos” con sus ideas para todos los dirigentes del PRO.

Construir la unidad de la oposición sobre la unidad de su pensamiento.

Las dos fuerzas más importantes de la oposición son el PRO y el Frente Renovador y sus aliados respectivos. Sus proyectos se hallan muy próximos. Uno sostiene el “CAMBIO” y el otro el “CAMBIO JUSTO”. Realmente nunca hubo mayor proximidad en el pensamiento de dos fuerzas políticas en la Argentina. Además su caudal de votos les asegura la conquista de la Presidencia de la Republica y una fuerte representación en el Congreso, más el gobierno de la provincia de Buenos Aires, en la primera elección del 25 de octubre. Se diría que hay una Inmensa responsabilidad moral, frente a la mayoría del país, de llegar un acuerdo, imposible de negar.

La palabra apropiada es del CAMBIO frente al modelo político del kirchnerismo que gobierna la Argentina desde hace doce años. Es decir lo que se cambiará es la situación de crisis que experimenta la Nación por el fracaso de ese proyecto político, en particular la pobreza, los bajos ingresos, los obstáculos a la producción, la inseguridad, los defectos de la infraestructura, las injusticias del régimen jubilatorio, la inflación, el déficit fiscal, la insuficiencia energética, la crisis de la vivienda, la insuficiencia del credito, la quiebra económica del interior, el bajo nivel educativo, la insuficiencia de la atención a la salud, el quebranto de la balanza de pagos, la indefensión exterior y todo lo que funcione mal en la gestión del Estado.

El que esta sentado en el banquillo de los acusados es el Gobierno responsable de esta situación. Y no hay que sacarlo de allí.

Como se requieren ejemplos actuales concretos sobre el significado del cambio, se debe mostrar al pueblo argentino, la evolución de Australia, que en el mismo período que Chávez y Maduro fundieron a Venezuela, y los Kirchner a la Argentina, llevándola a una situación similar a la del 2001, aquel país de Oceanía elevó su renta por habitante 19.000 dólares a 62.000 dólares por habitante, hallándose ubicado como el país que tiene el más alto nivel de respeto por los derechos humanos.

En la misma forma el CAMBIO y el CAMBIO JUSTO significarán para la Argentina que en un plazo de doce años triplicaremos también el ingreso Y PASAREMOS A SER UN PAÍS DESARROLLADO.

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