Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 28 de enero, Página/12 publicó un artículo de David Cufré titulado “Copiar déme dos” en el que expone la crudeza de los datos de la industria. Para ello da a conocer un informe de la consultora Radar, que dirige la ex subsecretaria de Comercio Exterior, Paula Español, con un balance de lo que sucede en rubros fundamentales de la industria como el consumo, la producción y el comercio exterior. Según consta en el estudio se viene dando una constante a partir de la asunción de Macri: menos demanda y más importaciones a raíz de la devaluación, la quita de retenciones, los tarifazos y el retorno a un escenario de libre comercio internacional que ni el propio gobierno de Estados Unidos lo considera viable. La baja en el consumo y la subida de las importaciones han demolido a la industria y las economías regionales. Según Radar, los bloques que resultaron dañados por la política económica de Cambiemos fueron los siguientes:

1-“electrónicas: se perdieron 4000 puestos de trabajo en 2016. El cuadro se agravó desde el anuncio, en noviembre, de la eliminación de aranceles para la importación de computadoras y tablets. Banghó está en proceso de cierre de una de sus fábricas por esta situación, con 205 despidos adicionales”.

2-“Siderurgia: la producción de acero tuvo su peor caída desde 2009, del 18 por ciento interanual. Peor, sin embargo, le fue a la producción de hierro redondo, con un retroceso del 26 por ciento. En aluminio, el ajuste de la demanda interna logró ser compensado por mayores exportaciones, sosteniendo la producción en niveles de 2015. Equipamiento eléctrico sufrió por la baja de la construcción y cayó 13 por ciento, pero también porque el Gobierno no lo prioriza en las licitaciones públicas”.

3-“Línea blanca: la producción de heladeras cayó 29 por ciento y la de lavarropas, 28. Las importaciones subieron 200 y 111 por ciento, respectivamente. Y las importaciones de piezas bajaron 40 y 20 por ciento. Empresas tradicionales de Rosario y Córdoba son las que más lo están padeciendo”.

4-“Textil, indumentaria, marroquinería y calzado: “La caída de la producción local y el aumento de las importaciones dio como resultado una baja de la participación sobre ventas de la industria nacional del orden de 10 puntos porcentuales”, señala Radar. El mapa de los despidos alcanza a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis y Chubut, entre las más afectadas”.

5-“Motores, bombas, compresores y válvulas: por ser proveedores de insumos industriales, se ven arrastrados en la crisis”.

6-“Madera y muebles: Misiones, Santa Fe y Córdoba son las provincias más castigadas”.

7-“Fertilizantes: la importación de productos que compiten con los de elaboración nacional aumentó 44 por ciento y puso en riesgo al 40 por ciento de la dotación de personal del sector. En noviembre el Gobierno lo incluyó en la lista de los rubros con Licencias No Automáticas de Importación para bajar la intensidad de la avalancha”.

8-“Alimentos y bebidas: la producción alimenticia retrocedió 1,5 por ciento interanual; la de carne vacuna, -2,9; la fa faena de aves, -5,9; la de vino, -7, y la de lácteos, -10. La única subida se dio en azúcar y confitería, con 1,9”.

9-“Limpieza e higiene personal: la producción de jabones de tocador y lavar bajó 17 por ciento; la de detergentes y limpiadores, -4,5, y otros artículos de limpieza, -13,5. Las importaciones de maquillaje aumentaron 41 por ciento, seguida por cremas (24) y capilares (18)”.

10-“Química: la producción cayó 4 por ciento, con alzas en las importaciones de hasta 78 por ciento que forzaron la paralización de plantas, despidos y suspensiones”.

11-“Transformadores plásticos: el sector está compuesto por alrededor de tres mil empresas, con 70 por ciento de pymes y 35.000 puestos de trabajo. El balance fue regular, con un alza de la producción del 5 por ciento en el primer semestre y una caída del 7 en el segundo, desatada, entre otras cosas, por aumentos en las importaciones de hasta el 86 por ciento”.

12-“Economías regionales: la devaluación y la quita de retenciones no fueron la solución prometida a los problemas globales del sector. Pese a esas medidas, cayeron las exportaciones de ciruelas (-69 por ciento), yerba (-28), manzanas (-19), peras (-9), mandarinas (-9), naranjas (-7), vino (-4) y cebolla (-1), mientras que subieron las de té negro (3 por ciento), ajo (16), limón (40), miel (76) y azúcar (156). Del otro lado, crecieron exponencialmente las importaciones de batatas, zanahorias, naranjas y calabazas”.

Ante esta preocupante realidad el gobierno decide la continuidad de los tarifazos, quita feriados, saca Fútbol para Todos y se desentiende de la desaparición de fábricas. Para Cambiemos el mejor antídoto contra la recesión es la continuidad de las políticas de ajuste. Mientras tanto, los principales referentes del oficialismo piensan exclusivamente en las elecciones de octubre. Ernesto Sanz acaba de decir que lo que está en juego en estas elecciones es la continuidad del modelo de Cambiemos por oposición al modelo populista del kirchnerismo. Por fin alguien del oficialismo dice algo coherente y lógico.

En su edición del 30 de enero, Página/12 publicó un artículo de Mempo Giardinelli titulado “Otra ves Nisman y la manipulación”, en el que analiza la obscena politización de una muerte política que sacudió a los argentinos. Dice Giardinelli: “La prensa del régimen-ese periodismo que en lugar de informar, oculta, y cuya dedicación principal es proteger al Gobierno y presentar al Presidente, su esposa y la gobernadora bonaerense como modelos de gente “bien” y linda, sensible y “populista” en el más inocuo de los sentidos-además de todo eso practica una férrea militancia de control judicial” (…) “Siendo ya la principal oposición, esa prensa se concentró en ensuciar la investigación que llevó adelante la fiscal Viviana Fein, por entonces funcionaria de buena reputación. El boicot fue constante e incluyó una ignota muchachita dizque testigo aportada mediáticamente, a lo que siguió la promoción de una marcha política-llamada “del 18F”-que evidenció que a sus organizadores les importaba un bledo la desgracia del desdichado Nisman, suicida o asesinado. Y es que todo lo que buscaban era manipular la eliminación (voluntaria, inducida o criminal) de ese fiscal que tenía a su cargo la hipersensible causa AMIA, producida justo horas antes de que se presentara una supuesta “denuncia” contra la entonces presidenta y el canciller. Y que eso sirviera, de paso y como sirvió, para que medios basura de todo el mundo cacarearan exigiendo ridículas sanciones internacionales contra el país. Si el objetivo que buscaron el suicida, los instigadores o los asesinos era causar un daño institucional extremo, la verdad es que lo consiguieron. No sólo embarraron mediáticamente y con claro objetivo político toda la investigación, sino que impidieron el esclarecimiento de la muerte del desdichado fiscal con retórica digna de un periodismo sin vergüenza y con la presumible intención de que jamás se supiera si fue suicidio o asesinato. Nisman les servía suicidado o asesinado, pero sobre todo les sirvió y sirve el permanente manto de duda que esos mismos medios organizaron y sostienen. Ése parece ser, visto ahora, el gran logro de esa estrategia periodística: la duda metódica constante fue y es un factor propagandístico fenomenal. En cualquiera de las hipótesis, el episodio produjo tremendos daños al país, amplificados por la extrema irresponsabilidad y malicia de quienes, aún hoy y cada vez más, han venido tapando que el suicidio o asesinato del fiscal Nisman pudo ser, y acaso fue, parte de una interna de los llamados “servicios de inteligencia”. Esos que jamás perdieron su rol antidemocrático y ahora el macrismo consagra con el retorno del Sr. Stiuso y el increíble Sr. Arribas al frente de los espías vernáculos. La inexplicable demora kirchnerista en limpiar esa cloaca llamada “Secretaría”, donde imperó un agente secreto con poder absoluto durante 40 años, muy posiblemente manchado con sangre de crímenes durante la dictadura y ensoberbecido por sentirse por encima de todos los presidentes de la democracia, es un elemento que también debe ponerse a consideración. Pues no parece casual que todo estalló a partir de la muy tardía creación de la AFI kirchnerista, la cual al principio también pareció proteger al Sr. Stiuso”.

“En cuanto a la “denuncia” del fiscal, era pura inconsistencia según los más respetados juristas argentinos, ya que se basaba en suposiciones, comentarios periodísticos, escuchas clandestinas de poca relevancia y muchísima mala leche. Y todo eso además de que-por su conducta frívola durante la última década y los nulos avances de la causa AMIA-resultaba imposible considerar a Nisman un fiscal ejemplar, ni mucho menos el inmolado “paladín de la justicia” que han querido inventar los mentimedios y la telebasura” (…) “Y estaba claro que sus acciones convenían sobre todo a la política internacional norteamericano-israelí, mientras internamente se liberaba de responsabilidades al multisospechado entorno político y económico de Carlos Menem” (…) “Claro que hay que reconocer también que esta tara comunicacional no se debe solamente a la habilidad indesmentible de los esbirros periodísticos del macrismo, que nos llevan ventajas siderales en materia comunicacional. Su manejo y dominio de las redes sociales, la sobrepoblación de trolls y toda la metodología perfectamente goebbeliana del macrismo, delinea voluntades y fomenta los peores sentimientos en personas que hasta ayer nomás sentían pudor de expresar racismo, xenofobia o colonización antinacional” (…) “Son pocos los medios alternativos que eluden la censura de hecho que se ha reimplantado en la Argentina. Las radios cuestionadoras no se escuchan en el interior del país y los canales ídem suelen ser interferidos. Y la ley de medios fue derogada por decreto, sí, pero antes había sido dilapidada sin crear una sola cadena alternativa y por eso no hay radios ni canales comunitarios, de cooperativas o de pueblos originarios. También estas facturas existen y no hay razón para no decirlo. En ese contexto, la ahora renovada utilización de la tragedia personal de Alberto Nisman resulta, por lo menos, obscena, y junto con la sostenida protección periodística a favor del Sr. Macri y su familia, constituye, sin dudas, un verdadero crimen de lesa comunicación”. Para aplaudir de pie.

Juan José Gómez Centurión, titular de la Aduana, prendió el ventilador. Sus últimas declaraciones provocaron un cimbronazo en el gobierno de Mauricio Macri, quien últimamente se está esmerando en tomar decisiones que no hacen más que unir a la oposición (el feriado del 24 de marzo, por ejemplo). Cuando el presidente había logrado calmar las aguas emitiendo un contra decreto que reestableció la inamovilidad del feriado del 24 de marzo, el ex combatiente de Malvinas y ex carapintada dijo públicamente que no había existido un plan sistemático de desaparición de personas durante la última dictadura militar y dijo que la cifra de los treinta mil desaparecidos era una mentira (“22 mil mentiras”). Con sus palabras, Gómez Centurión decidió desconocer varios fallos judiciales y el informe del Nunca Más, lo que provocó duras críticas de los aliados del radicalismo y la Coalición Cívica, y de la oposición, que le “solicita” al presidente de la nación que remueva al funcionario del cargo. Por su parte, los Organismos de Derechos Humanos reclamaron su renuncia. La reacción del ex carapintada se redujo a un pedido de disculpas, pero no se rectificó.

En el programa que conduce Luis Novaresio por América TV los domingos por la noche, Gómez Centurión comenzó a “intercambiar opiniones” con la periodista Romina Manguel. Fue entonces cuando afirmó que no hubo de parte de las Fuerzas Armadas un plan sistemático de desaparición forzada de personas. “Creo que fue una reacción absolutamente desmedida combatiendo un plan de toma de poder. No creo que el gobierno de facto haya sido un plan sistemático. Si no salimos del relato, es muy difícil entender qué nos pasó. A toda una generación le estamos enseñando por consignas”, expresó. “Condeno el golpe como condeno el proyecto del terrorismo de tomar el poder. No hay nada que reivindicar ni de un lado ni del otro”, agregó. Sobre el levantamiento de Semana Santa contra el gobierno de Alfonsín, enfatizó que no fue un ataque contra la democracia: “Semana Santa fue un planteo contra los mandos, que se lo vendieron al gobierno como un golpe de Estado”. Luego siguió negando que haya habido un genocidio organizado desde la cima del poder. “Plan sistemático es un adjetivo. Objetivamente, la realidad es otra. No creo que haya sido un plan para hacer desaparecer a las personas. Fue un torpísimo golpe de Estado tomando el poder y lidiando contra un enemigo que no sabían como manejarlo y que habían arrancado en el 75 con una orden constitucional de aniquilamiento”, aseguró el ex combatiente de Malvinas. “Desde el punto de vista histórico, no es lo mismo ocho mil verdades que 22 mil mentiras”, aseveró el funcionario. Sostuvo que las desapariciones no fueron el fruto de un plan sistemático porque “depende de cómo se hayan producido”. “Es un caos, no es sistemático. Sistemático fue Auschwitz. En la descentralización de la lucha lo que generó fue un plan caótico”, señaló el director de Aduana. Respecto a Galtieri dijo que “es un protagonista más. No tengo ningún sentimiento. Es un personaje de la historia que nadie lo va a recordar” (fuente: Werner Pertot, “Una nueva muestra del negacionismo PRO”, Página/12, 31/1/017).

Los dichos de Gómez Centurión ponen en evidencia, una vez más, que las heridas aún no han cicatrizado. La tragedia de los desaparecidos, la violencia irracional de los setenta, han sido, lamentablemente, politizados en demasía lo que ha provocado una inmensa grieta que amenaza con ser eterna. Esa grieta ha quedado palmariamente en evidencia con la publicación de dos artículos firmados por Gabriela Cerruti y Nicolás Márquez sobre las polémicas declaraciones del funcionario.

Dice Cerruti (“Macri y la dictadura”, Infobae, 31/1/017): “Primero intentaron mover el feriado del Día de la Memoria. Como no pudieron, salió Juan José Gómez Centurión a negar el genocidio con los mismos argumentos que esbozó en su momento Darío Lopérfido y que más de una vez repitió Mauricio Macri. Error y ensayo, el gobierno avanza y retrocede pero no ceja en su intento por construir un cimiento que dé cuenta de la historia según la vivió la familia Macri. Mauricio Macri y sus funcionarios, no están discutiendo un número o una fecha. Están discutiendo la legitimidad del proceso económico, militar y político que le permitió al Presidente ser lo que es. Están discutiendo el núcleo fundador de la clase dominante hoy en la Argentina. Franco Macri salvó a dos secuestrados por la dictadura militar. Los salvó él, personalmente, con un llamado, cuando ya estaban en camino al oscuro y clandestino mundo de los campos de concentración. Carlos Grosso pasó diez días secuestrado hasta que lo rescató. Con Gregorio Chodos fue más eficiente: logró detener el auto en que lo llevaban en el baúl camino a la ESMA” (…) “Franco Macri salvó a dos secuestrados por la dictadura militar cuando miles de familiares, madres, abuelas, jueces, abogados, religiosos, buscaban sin encontrar alguna respuesta sobre los desaparecidos, cuando las puertas no se abrían para nadie, cuando el secreto era el corazón del sistema genocida, cuando nadie obtenía respuestas a sus preguntas” (…) “En medio de la Argentina de la desolación y la tragedia, puertas adentro de las empresas familiares todo era alegría y expansión” (…) “Con la llegada del gobierno peronista al poder, en 1973, el grupo tenía siete empresas. Finalizada la dictadura militar, el holding tenía 47 empresas” (…) “durante esos años, los Macri compraron el Banco de Italia, se quedaron con la obra de Yacyretá, acordaron con la dictadura paraguaya la construcción del puente Posadas-Encarnación; se hicieron cargo de la construcción de la Central Termoeléctrica de Río Tercero y la de Luján de Cuyo; acordaron con el brigadier Osvaldo Cacciatore la privatización de la recolección de residuos en la Ciudad de Buenos Aires a través de Manliba” (…) “Pero además de ser los contratistas del estado más privilegiados aprovecharon las decisiones macroeconómicas en su beneficio: la estatización de la deuda privada del grupo en 1982 por 170 millones de dólares y el acceso a 53 millones de dólares en concepto de regímenes de promoción industrial” (…) “Unos meses antes de ganar las elecciones presidenciales, compartió una cena en el departamento de un dirigente político que supo ser menemista y kirchnerista devenido opositor al gobierno. El resto de los comensales, jóvenes periodistas invitados casualmente, se levantaron de la mesa antes de tiempo ante la insistencia de Macri en sostener que no había habido desaparecidos. Como en la Alemania de los setenta, la discusión sobre las cifras trata de parecer revisionismo cuando es en realidad un intento de negacionismo. Una búsqueda de negación de los crímenes del pasado que permita abrir el camino para los crímenes del presente y del futuro”.

Dice Márquez (“Gómez Centurión sólo dijo la verdad”, Infobae, 31/1/017): “Las organizaciones que se arrogan la exclusividad de velar por los derechos humanos han tenido la sórdida habilidad de imponer no una discutible visión de la historia sino un dogma de Fe, el cual nadie puede cuestionar y todo aquel que lo contradiga cae preso de un linchamiento mediático, judicial o político. Una vez más retomamos a la polémica sobre “los 30 mil desaparecidos” y el protagonista de la misma fue el director de la Aduana Juan José Gómez Centurión” (…) “Desconocemos el motivo de tanta ira por parte de sus detractores y lamentamos la pusilanimidad del gobierno actual, quien obligó a Gómez Centurión a pedir disculpas por el sólo hecho de opinar ajustándose a la verdad” (…) “Del último listado gubernamental y oficial de desaparecidos actualizado por la Secretaría de Derechos Humanos en marzo del 2006 (presidencia de Néstor Kirchner) se confirmó que la cifra real de desaparecidos durante el Proceso de Reorganización Nacional fue la siguiente: 6.809” (…) “En efecto, durante el trágico desencuentro de los años 70 las Fuerzas Armadas combatieron a los integrantes de dichas organizaciones (montos y erpianos) no por lo que eran, sino por lo que hacían. Que esa guerra iniciada mucho antes del 24 de marzo de 1976 haya contado con irregularidades muy graves por parte de las Fuerzas Armadas no desnaturaliza en absoluto el carácter contrainsurgente de la misma y la condición de desaparecido no convierte al terrorista en inocente” (…) “Va de suyo que no descartamos la existencia de muertos inocentes y ajenos a estas organizaciones en tan trágico período, pero lo que sí resulta evidente es que estas desdichadas situaciones constituyeron la excepción y no la norma, excepciones que por otra parte se registran toda vez que se produce una guerra civil de carácter irregular” (…) “¿lo vivido en los años setenta fue una guerra?” (…) “El fallo (de la Cámara Federal en 1985), entre otras cosas, determinó: “En consideración a los múltiples antecedentes acopiados en este proceso y a las características que asumió el terrorismo en la República Argentina, cabe concluir que, dentro de los criterios de clasificación expuestos, el fenómeno se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria” (…) “Que lo dicho por Gómez Centurión se ajuste a sobrados argumentos históricos, jurídicos o políticos no implica necesariamente que el dicente y funcionario de la Aduana sea portador de la verdad revelada, pero sí implica que no dijo nada irresponsable, sus afirmaciones se hallan respaldadas por documentos oficiales y de fácil acceso, y que por otra parte, es hora de que terminemos con la hipocresía de vivir bajo el yugo de una falsa libertad de expresión, en la cual toda opinión que se insubordine al arbitrario catecismo progresista deba ser sancionado, aunque lo dicho sea comprobadamente cierto, como en el caso que nos ocupa”.

Share