Por Luis Alejandro Rizzi.-

La “zurdología” es una moderna sofística que parte de la base que la mera escritura o el discurso enfático son performativos; es un mal argentino que Ortega identificó en el año 1928, en su carta a un joven argentino estudiante de filosofía.

Se construyen “sofismas” a partir de imprecisiones cosidas con un hilo discursivo que no pasan de ser significantes sin significado alguno, meros epítetos apodícticos pero suficientes para arropar un entendible descontento social que pone en crisis los sistemas políticos republicanos con base democrática.

Se llega a este punto por un vaciamiento cultural, paciente y meticuloso que lleva a hacer virtud de la subversión terrorista, del peor asesinato que es el aborto y de todos los ismos que visten. Este proceso de desculturización, que hace insolubles los mayores conflictos como los de Medio Oriente, justifica la invasión de Rusia a Ucrania, los regímenes autocráticos y teocráticos cuyas verdaderas inquisiciones se exhiben como actos de justicia infalible.

Viene a cuento mi introducción a raíz de una nota que leí anoche en ANFIBIA, firmada por Flor Minici, que tituló “El sueño de la república Alberdiana”.

“Si comprendemos que una revolución sexual es mucho más que la liberalización de los placeres de sectores acomodados, podemos prever que la reacción antifeminista necesariamente traerá los ingredientes de culpa, ridiculización y retroceso efectivo para quienes esperaron siglos por derechos postergados como el aborto, una educación sexual acorde a la emancipación del abuso y la liberación, el acceso a derechos civiles que permitan vivir y morir en paz (no sólo el matrimonio igualitario, también la posibilidad de que los deudores de cuotas alimentarias paguen lo que les corresponde) y un largo etcétera. Muchos de estos derechos no podrán ser eliminados, pero la amenaza a la seguridad en materia de derechos es una larga marcha de odio, desesperanza y dolor, al igual que lo es la inseguridad delictiva que empujó a muchos a un nuevo “que se vayan todos”.

El párrafo copiado sintetiza el significado del verbo “pervertir” de viciar las cualidades de nuestro sistema cultural y sus valores, en la que desaparecen los conceptos de obligación y responsabilidad.

La educación sexual integra el concepto más amplio de “educación” y poco o nada tiene que ver con una supuesta emancipación de costumbres y usos y mucho menos con los abusos y la “liberación” (sic.), de qué, me pregunto.

Por naturaleza simplemente, el matrimonio es heterosexual. Es suficiente con ver la conformación fisiológica y anatómica del ser humano.

El matrimonio igualitario es un oxímoron si lo extendemos a las personas de un mismo sexo, porque respetando el viejo principio de no contradicción, no pueden procrear en pareja ni por su similar sexualidad.

De todos modos, las personas con esas inclinaciones tienen el pleno derecho a buscar una forma civil de convivencia legalmente regulada, no el matrimonio, que salvaguarde sus derechos económicos, porque de eso se trata, de lo que sería una sociedad civil afectiva sin fines de lucro.

En el párrafo se hace mención a los deudores de cuota alimentaria, como si sólo se tratara de una obligación de los varones; es del padre y la madre. Sería bueno que tuviera presente el caso Lucio Dupuy, asesinado por su madre y su novia… No generalizo, pero el abuso y el delito no tienen dueño.

Sería conveniente que Flor Minici vea cada tanto las encuestas del INDEC y allí podrá ver un dato que tiene que ver con nuestros niveles de pobreza.

En la que corresponde al tercer trimestre del año 2023, gobierno “K”, la base del décimo decil del ingreso total familiar -CUADRO 7- era de $ 700.000, dos canastas básicas.

Si vamos al ingreso total de la ocupación principal, CUADRO 6.2, la base del décimo decil es de $ 350,000,00. Un poco más de una canasta básica al valor de septiembre del 2023.

Me pregunto cuánto puede aportar tanto el padre como la madre. Por eso, si lo medimos bien, la pobreza debe estar en el 70% de la población y esta degradación con corrupción se agravó en los últimos 20 años, de los que 16 gobernó la familia K. La alimentación de los hijos es uno de los graves problemas de la pobreza generalizada, repito, en los últimos 20 años.

Dice la señora Flor que “…ahora hay escuelas, universidades nacionales, un sistema de ciencia y técnica, aguinaldo (no para todos), municipios con obras en curso. En fin, “sistema”, pero omite decir los resultados de ese sistema y no menciona las falencias en el que la mayoría de los chicos no entiende lo que lee ni puede hacer lo mínimo en matemáticas, sumar dos más dos.

¿De qué sistema habla? El que existe en su enfática ideología.

Para terminar esta nota, uso la palabra “zurdología” con la misma intención con los que la autora se refiere a la derecha, a los liberales y libertarios.

Hay una diferencia: le aporté dos datos significativos en cuanto ingresos y otro en cuanto a la configuración de la naturaleza humana en dos sexos diferentes.

La ideología, mejor dicho, la sofística, no lo puede cambiar.

La zurdología es una estética de la deformación humana que hace culto del más horrible crimen que puede cometer persona alguna, el aborto.

En fin se confunde el útero con el intestino y el aborto no es más que una lavativa anal.

¿A qué se reduce el concepto de ser humano, en esta visión?

Le dejo la respuesta al lector.

Share